Beatriz Vallejos o la poesía de la transparencia

A cien años del nacimiento de la poeta Beatriz Vallejos dejo estas instantáneas de su vida y de su obra. Una selección de sus textos para empaparnos de su poesía de río, cañas, luz y transparencia.

I

Hace unos años María Teresa Andruetto publicó el poemario Beatriz, dedicado a Beatriz Vallejos, aquellos textos conforman un perfil poético de la escritora santafesina, pero también un diálogo o una danza de voces entre las dos poetas, donde se harán presentes el asombro ante el paisaje natural en un territorio signado por el río, todo se amalgama y entonces las palabras se transforman, de repente, en una fresca ráfaga silvestre. Las palabras son como un pincel metafísico para trazar algo más allá de la razón, algo que gravita en ese universo que solo puede accederse desde lo que sentimos internamente. Donde está escrito “naranja” por ejemplo sucederá la mutación, algo, no del ámbito físico, comenzará a tener el perfume y el color del sol, el color de un fuego dulce, nos dará luz y tibieza. Ahí radica esa magia edificada con palabras que conocemos como Poesía.

II

En el 2003, Santa fe sufrió una de las inundaciones más trágicas de su historia. La poeta Beatriz Vallejos abrió las puertas de su casa, en San José del Rincón, para que las familias inundadas se alberguen bajo su techo. Unos meses después durante una charla en una biblioteca popular de Rosario ella recordaría que, cuando siendo niña y vivía en un barrio, asistía a la también biblioteca popular Mariano Moreno; “nacida de emergencias sociales con una pátina siempre sospechosa”, decía y sostenía la importancia de esas instituciones para que todos puedan acceder a la literatura, bibliotecas populares siempre de puertas abiertas.

Beatriz Vallejos

III

Beatriz Vallejos nació en Santa Fe el 7 de mayo de 1922 y murió en Rosario en 2007. Vivió algunos años en Capilla del Monte (Córdoba) y otros en Colonia Corondina (Santa Fe), donde ejerció la docencia, y luego en Rosario, con temporadas intermitentes en su querida casa de San José del Rincón “el lugar de mi lejana infancia/ el lugar para entrar al atardecer/ al Angelus la ventana del oeste” según sus palabras.

El padre de Beatriz fue un farmacéutico que hablaba en lengua guaraní y era lector de los clásicos de la literatura francesa del siglo XIX. Así fue como él “la introduce en los infinitos dominios de la literatura”. Su madre fue una italiana que a los quince años afrontó la travesía, como muchos otros, de cruzar el océano para buscar su destino en estas tierras de América.

En 1944 obtuvo el primer premio en el “Concurso poeta joven inédito” por el poemario “Alborada del canto”, su primer libro.

Residió en Rosario, durante los años 1948-1949, donde estudió en la Facultad de Filosofía y Letras.

En una entrevista publicada un domingo de 2004, en el diario La Capital, donde Irina Garbatzky interpelaba ¿Se «empieza» a escribir? ¿O es la poesía un modo de percepción diferente? Y Beatriz le respondía:

—¿Empezar? Siempre fue así. Desde la escuela, desde pequeña escribía. Yo me cohibía, escribía, por divertirme, sonetos con todos los chirimbolos. Pero cuando yo tenía que expresarme, la escritura ya adquirió su perfil indiscutible. Mirá, había un profesor de la Universidad, amigo de mi hermano, yo era chiquilina y un día me dice: «Beatriz, se pueden identificar sus poemas, aunque usted no los firme». Y es cierto. Me puse a pensar, porque para mí todo es valioso, no me siento por encima de nadie, me siento con el derecho de expresarme como quiero porque lo hago desde el vamos con todo el respeto.

Beatriz Vallejos ha publicado los siguientes libros:

Alborada del canto (1945), Cerca del río (1952), Otros poemas (1970), El collar de arena (1980), Espiritual del límite (1980), Horario corrido (1985), Pequeñas azucenas en el patio de marzo (1985), Ánfora de kiwi (1986), Lectura en el bambú (1987), Poemas (1987), El ángel (1989), Sin evasión (1992), Cuadernos de Magoaire-Donde termina el bosque (1994), Del río de Heráclito (1999), Del cielo humano (2000).

En 2001, junto a Olga Orozco, Vallejos fue invitada de honor en el IX.3. En 2012,  el Festival Internacional de Poesía de Rosario, en su XX° edición, estuvo dedicado al homenaje de su figura, ocasión en que se presentó el volumen de su poesía reunida, El collar de arena (2013), por parte de la Municipalidad de Rosario y la Universidad Nacional del Litoral.

Libros en cómoda azul

IV

Beatriz, la imaginera.

obra de BV ciencia

Beatriz Vallejos además de ser poeta fue artista plástica, específicamente laquista, lo que la llevó a exponer sus obras en distintas exposiciones a lo largo de su vida. En la entrevista con Irina Garbatzky ella cuenta sus inicios en esta disciplina:

Porque todo sucedió de golpe. Resulta que un día, curiosa como todo artista, fui a ver la exposición en Rosario de Carlos Valdés Mujica, un imaginero laquista, mi maestro laquista, no había otro laquista en América. ¡Uy, cómo se entusiasmó con mi trabajo! Desde entonces me decía: «Beatriz, tienes que pasar tus trabajos a la tabla». Mis temas siempre estaban ahí, vinculados con el paisaje. Entonces apareció en mí esa inquietud. Me dije: en sus orígenes el mensaje religioso es un mensaje de luz, y yo no voy a repetir el Evangelio, pero quiero que transmita la alegría de vivir por sobre todas las cosas. Expuse en todos lados, en las mejores galerías en Buenos Aires

El artista chileno Carlos Valdés Mujica, después de haber leído el segundo libro, Beatriz Cerca pasa el río, le anima para que lleve sus palabras a la plástica. María Amelia Arancet Ruda en un artículo sostiene:

[…] El encuentro con este artista/artesano fue para Beatriz Vallejos fundamental, pues trastrocó su manera de producir: incorporó la expresión plástica y, a partir de ello, cambió drásticamente su expresión verbal. Hubo una modificación sin vuelta atrás.

[…] la poética de Vallejos, vertida en letras sobre papel o en laca sobre tablas es la misma. Estas dos caras “conforman un continuo textual y material difícilmente escindible”. Tal disposición de quehacer artístico/artesanal un día tomó los dos cauces que Beatriz Vallejos necesitaba, el día del encuentro con Carlos Valdés Mujica.

taller de lacas de Beatriz

V

Antes de concluir este artículo con una selección de poemas de Beatriz Vallejos en el centenario de su nacimiento, dejo los siguientes links con un peso casi imprescindible para conocer más sobre la poeta santafesina:

Beatriz de Maria Teresa Andruetto y el perfil que está escribiera para el CCK.

https://cck.gob.ar/beatriz-vallejos/4862/

El cerco del cielo. Una mirada sobre Beatriz Vallejos (cortometraje), Taller de cine UNL. (2002), dirigido por Rosa Gronda.

Para cerrar nada mejor que las palabras de la poeta, que nos entrega una definición para atesorar para siempre:

“El atardecer en el alto Paraná es lo más hermoso. Después de eso ¿qué escribir? Lo «obvio», un tema que le suele gustar a mi nieto: «obvio», dice; bueno, lo obvio ponelo a un costado, y lo otro ya vendrá solito y descalzo. Yo era quien tenía que intervenir aquí, «yo» el duende, «yo» el desconocido. Siempre te vas a encontrar con desconocidos, siempre es cuestión de no temerles, sino de averiguar a tiempo con qué intenciones vienen. Y que no se tergiversen mis palabras, que no se tergiverse el mensaje. Para mí, mi mensaje es la luz, ya con eso está bien, después cada uno le da el vuelo que cree. ¿Sabés lo que yo hago a veces? Caleidoscopios, mi padre me enseñó cuando era chica, viste que es una aparente ilusión. Así es la poesía, también.”


Poemas de Beatriz Vallejos

Por encima del silencio
orillas del Salado, Santa Fe

Camalotes patéticos
por encima de latas
por encima de vidrios
por encima del silencio.

Quién sabe la piedad
la impiedad.
Quién sabe la vergüenza la exquisitez.
El paisaje sobre ruedas, quién sabe.
Casualmente de otros esotéricos
símbolos quién sabe, arrojados:
podridas gomas, podridas hojas.
Esa zapatilla en el barro
perdió su pie, quién sabe.

Chingados rectángulos
de toda existencia.
Interrogantes
que resisten los libros.



Relatividad

De la distancia
entre la semilla
y el sol
comprendo
que todo es posible.



Chuang Tze

Tan cerca,
tan apenas tan cerca
o lejanísimo, tan solo
un hombre así
posado
en una mariposa.


Llovizna

De los naranjos llovizna
el azahar, como entonces.

¿Tan brevemente así?
como entonces, y cerca
sobre las tumbas
todo parece igual.


Mensaje

Una botella pasa navegando

dónde
la vehemente ilegible?

qué mano
 rescatará
 el trasluz


Cruzando

el chasquido del pajonal
centellea silencio


Quise bordar

Quise bordar
una corola
la corola fue pájaro

Quise bordar mi corazón
y regresó el pájaro
a llevarse las hebras


Vibraba de abejorros la mañana

y era un sentido
de la vida

a la sombra de las hojas
miraba pasar

qué hermosa flor separaban
un gajo

esta mañana
es demasiado pronto


Paseo en canoa

La rosa del agua
enamora los remos

inclina reflejos
la quietud del sauce


Islas

Noche estrellada
no turbes
el atenuado resplandor
del silencio

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