Juego, procedimiento y experimentación: «Ahora» de Fabricio Jiménez Osorio

Ahora es ese instante eterno y maravilloso de la escritura: la disrupción del tiempo que conecta, primero, a quien escribe con las palabras, como si no existiera otra cosa, y luego al autor con el lector. Para su nuevo libro, el escritor y tallerista Fabricio Jiménez Osorio se impuso un curioso desafío: escribir durante un día entero, pero como era algo impracticable se le ocurrió repartir cada hora a lo largo de veinticuatro días. Entonces: veinticuatro relatos, uno por cada hora, todos nacidos con la fuerza de la improvisación y desde el placer de dejarse llevar por la escritura. Sin un plan, las ideas se materializaron sobre la marcha, empujando al escritor hacia adelante en una fuga lúdica y experimental.

Pero todo «ahora» tiene un «antes»: en este caso, la infancia del autor:

“Creo que tanto el juego como la experimentación es importante que vayan de la mano. En mi caso, tratándose del hábito de escribir, ambas son lo mismo. La primera vez que me di cuenta de esto, siendo niño, fue cuando noté que a una serie temática de cuentos la estaba escribiendo solamente a mano sobre hojas añejas, amarillentas, que habían estado mucho guardadas. Era inútil intentar algún cuento nuevo de esa serie y hacerlo en un cuaderno recién comprado. Tenía que ser en papel viejo, hasta que completé la serie, es decir, terminé ese libro, mi primer libro. Eran siete cuentos largos, policiales, que era con lo que conectaba en esa época. Recién ahí, una vez finalizado ese proyecto, migré del uso de hojas viejas. Desde entonces, tomé la decisión de dedicarme a cada libro encontrando algún capricho o ritual o procedimiento siempre diferente. Sostengo eso desde mi infancia”.

Fabricio Jiménez Osorio

En Ahora aparecen textos de diferentes estilos y géneros, que mezclan y combinan ideas, personajes y escenarios. Descripciones de hechos cotidianos capturados al detalle dan paso a alucinaciones enrarecidas y luego mutan a algún artificio metatextual. Todo puede pasar.

Fabricio cuenta que el procedimiento que usó tuvo resultados que lo sorprendieron:

“Desde cierto sistema compuesto de imágenes y elementos poéticos inesperados para mí (como los pájaros, los felinos salvajes, la noche, el bosque, la sangre, el color azul), hasta el milagroso hecho de haber podido olvidarme de lo escrito. Y esto último es muy obra del procedimiento: al día siguiente de haber escrito un relato, lo releía y lo desconocía. Me parece precioso y absolutamente placentero poder olvidarse de lo escrito. Ayuda al asombro, que es tan necesario de alimentar y de cuidar”.

Le preguntamos a Fabricio si cree que su rol de tallerista influyó al momento de imponerse las condiciones de escritura de este libro, como si se tratara de un ejercicio o una consigna de un taller literario:

“Sí, un trabajo nutre al otro. Tiendo a pensar que es al revés, que lo que pueda yo ofrecer como tallerista viene dado por el ejercicio previo de experimentar como autor”.

Nos cuenta que Ahora pasó por un proceso largo de corrección, al preguntarle si no le resultó contradictorio corregir o reescribir un texto que había sido creado sin un plan previo, nos dijo:

 “Para mí, más que contradictorio, sería como cortar un fruto de estación y lavarlo antes de comerlo. Quiero decir, la improvisación ofrece un fruto y ese fruto puede, o no, estar completamente apto para el consumo. Lo de lavarlo como analogía de corregir, tiene que ver con no alterarlo, con poder aceptarlo, respetarlo, y a partir de ahí, ir hacia su ‘mejor versión’ posible”.

Fabricio explica que lo que hizo fue atender “el canto” y “la respiración” de los relatos. 

“Para eso tuve que inventarles párrafos (no los tenía originalmente, todo estaba de un solo tirón). Otra cosa que hice fue eliminar repeticiones y redundancias, no bajo el mandato de la corrección en sí, sino a favor del fortalecimiento y la claridad de la voz poética que narra. En varios casos retoqué puntuación también. Lo último fue el cambio de orden. No creo que nada de esto haya anulado ni traicionado la experiencia de haber generado un librito procedimental más en mi obra. De hecho, no veo razón para no integrar al proceso de corrección -bajo los criterios mencionados- dentro del procedimiento total de creación de Ahora. Quizás ahí algo tiene que ver mi aprendizaje como tallerista, en eso de haberme amigado a lo largo de los años con la idea de que escribir es preescribir, escribir, y postescribir, todo eso junto, en niveles correlativos”.

En Ahora, por momentos, pareciera que el autor, acaso en una especie de trance, ha encontrado la manera de conectarse y acceder a un continuo de relatos que ya existían, fluyendo sin detenerse en otra capa de la realidad, y él simplemente los pone por escrito. Es un método que ha decidido no repetir en el futuro y así explica sus razones: 

“No hay nada que me interese más que estar permanentemente en la búsqueda de procedimientos inusuales para mí. Lo que me regala un procedimiento es esa sensación de volver a la escritura como un recién llegado, como alguien que no sabe muy bien cómo se hace algo ni con qué se puede llegar a encontrar, que para mí es una mezcla muy nutritiva entre calma y asombro. Pero también es cierto que aparte del procedimiento está ‘la relación con’ el procedimiento, y eso en toda una vida puede variar mucho, es decir, de acá a diez o quince años, si practico el mismo procedimiento que usé para Ahora, no va a salir un Ahora 2. Va a aparecer algo igualmente inesperado, pero diferente. Por lo pronto, voy variando de juego y tomando distancia de un juego ya trabajado”.


Fabricio Jiménez Osorio nació en 1989, en Santiago del Estero. Publicó los libros Bifurcaciones falaces (Culiquitaca, 2014), Un limbo ideal (Gato Gordo Ediciones, 2015), Boogiepop Phantom (Charqui, 2016), Música porque sí / Los amigos del futuro (Edición de autor, 2018). Escribió para Toukouman Literatura, Los Inquilinos, La Cascotiada, Campotraviesa, Muta, Escritores en Marcha, Perfectxs desconocidxs, entre otras. Dirige, desde el 2015, la editorial de narrativa breve Gato Gordo Ediciones. En 2022 publicó Ahora.


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