JUGLARES EN LA RED

Hablar de Poesía Dominguera no es hablar de una historia lineal, aunque sería muy sencillo marcar los datos y hechos en una línea, porque hubo una idea y un comienzo y una expansión acomodables en ella. Pero prefiero contar la red, esta red humana que durante ocho meses quebró la teoría de los seis grados de separación entre un centenar de desconocidos de muchos lugares distintos.

     César, cuando todavía no se animaba a los vivos, desde Chivilcoy nos presentó a Luis, a Tomás, a Maru (con quien compartí escenario teatral hace como tres vidas).

     Estefa le regala en las redes un corazón a Gastón que cruza su voz impregnada de tabaco y ausencias, mientras organiza desde Río Cuarto ¿Y si leemos en casa? Allí conocimos a Cali y un paisaje indescriptible y un alambre con manos de abuela y un viaje de descubrimiento que pide que por favor no lo sermoneen. 

     El Paraná nos trajo las voces de sus riberas: Rosario, Paraná, Santa Fe, Reconquista, Posadas. Un río que nos conectó de maneras asombrosas. Mariel (reconquisteña radicada en la llanura bonaerense) se animó en un comienzo, cuando éramos un grupo de amigos asustados por la soledad y la pandemia; ella tiene en su biblioteca dos libros ilustrados por su sobrina y escritos por Misael, tosteño trasladado a Reconquista que se sumó meses después de compartir espacio con Ludo en Misiones o con Belén en La Matanza.

    Hubo un taller de poesía que nos unió a Marx, Aníbal, Ari y Víctor. Desde Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero hasta Nueva Zelanda sin prohibiciones de espacios y de tiempos. Sólo que, mientras algunos de nosotros cenábamos, uno se levantaba a desayunar.

     Magda alguna vez anduvo con sus petates por La Rioja y su oído recordó la voz personalísima de Adriana que un día abrió sus brazos para acercarnos musicalidades de cordilleras.

    Alguien se ofuscó porque no le tocaba.

    Alguien desafió su edad, su incapacidad tecnológica y su dolor para compartir su palabra.

    Daniela, desde donde el frío llegó mucho antes, nos compartió un poema de Vero que – tan conectada con lo real- nos convidó a Cris y a Celina.

     Cris también lee ajeno, pero después suelta y con la voz que tiembla se anima a lo propio. Celi se aísla en el baño y cuenta el origen de su escritura, aquel de cuando las palabras remplazaban a las lágrimas.

   Edgard se presentó en los primeros episodios y nos cuentó de su abuelo o de su perra. Luego acompañó a Majo o a Flor.

     Los amigos traen más amigos y compañerxs. Maru, Luis, Iván abren el juego y nos comparten sus afectividades. Así la red se expande y cobija. 

    Un ángel se emociona la tarde que el ciclo se llenó de maternidades.

    Pero también estamos los amigos de siempre, nos conocemos de cerca y de lejos, nos cruzamos en los libros o en los bares de esta ciudad que algunas veces creemos nuestra. 

     Albita hace un taller con Adriana que presentó el libro de Víctor, el riojanobarilochense que quiere darle nombre a nuestra jirafa. El Víctor catamarqueño una noche danza su voz diversa con Norma, Facu y Lucía o con el Guille y Washington en El Aguante. El Víctor rosarino se baña en el río antes de leernos.

     El Facu se soltó un día, revisó sus papeles y pasó de amigo espectador a amigo protagonista mientras su reloj de pajaritos marcaba el ritmo de sus poemas.

    Y así conocimos el calor de Tucumán y de las siestas de El Mojón; aprendimos sobre un cielo mezquino que les negaba sus aguas a La Rioja o Córdoba; padecimos la bajante del Paraná que mostró su lecho e inspiró a Mariana; escuchamos los acentos, las tonadas, los ritmos.

   Y se termina este texto y advierto que nadie aquí tiene un apellido, que en Poesía Dominguera somos un nombre y un lugar, como juglares medievales que llevaban la poesía y las novedades por los pueblos. 

   Y que nuestra casa tomó la forma de un usuario de Instagram en el que todos somos libres. 

   Y  lo seguiremos siendo aunque las ventanas sean virtuales o podamos enredarnos en abrazos.

   Y si nos quieren ubicar, golpeen la puerta y pregunten por Vero o Tato de Mercedes que serán bienvenidos.


https://www.instagram.com/poesiadominguera/


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