NI AQUÍ NI ALLÁ
Se seca la garganta clima de doble cara despliega destinos que el cuerpo no comprende Es un error un código en la profundidad de la piel sin palabras profanando la armonía El aire de repente es un misterio que no quiere florecer.
QUIEBRE
El aire amanecido en la fisura de aquel vidrio se repliega en la dureza de mis manos te recuerdo de repente Irreparable transparencia que nos deja ver lo que no queremos El cristal y la memoria duelen en la misma herida.
QOYLLUR
Gastaba su desvelo acunando constelaciones huérfanas un rincón de cielo donde dormir cuando mirara sus ojos Y se bautizó mujerluna mujerestrella lunar en la mejilla Qoyllur en quien creer aunque luciera efímera.
ESTRELLA MIRANDO EL MAR
Qoyllur distante constelación de sueños Supo y sabe aquel mar mece historias secretas de cuerpos secretos rompiéndose en las olas Gota a gota Qoyllur ojos de luz fugaz se aventura al naufragio de sus besos al vacío y huecos en los abrazos destejiéndose en el viento Qoyllur, brillo de cristal al borde del quiebre. Supo y sabe el mar es solo una ilusión eterno hechizo del espejo donde se mira. Al fin de cuentas, las estrellas solo son, si su brillo nos queda lejos.
PIRUAS EN EL CIELO
Siete cabras de luz palpitan en el cielo de tus ojos Creo descifrar su misterio de patronas celestiales constelación de semillas nocturnas para después... Pero eran ellas (siempre fueron ellas) quienes develaban la fuerza oculta de mi cuerpo El susurro cristalino de la voz del mar sobre la piel sedienta.
IMAIMANA
Podría dibujarte, Imaymana, mi universo de sed, los puntos cardinales de mi soledad. Pero somos apenas una danza de humo en cornisas distantes. ¡Ay, Imaymana! Acontecer en el deseo es promesa ciclo veneno brujo. No todos saben danzar el amor Quebrar la profecía de nunca ser... Y yo siempre me pierdo aprendiendo a perder. En la ida y la vuelta desando, Imaymana, el camino que soy. Equinoccios y solsticios de un cielo subrayan el deseo el sueño y "tal vez"... Me rompo en la caída y en la huella, Imaymana, que lloran mis pies. Podría darte el futuro a bocanadas y a huracán a fuerza y ternura, y a mí... ¡Ay, Imaymana! Brújula de la noche, Imploro a tus siete luces, el beso a mi tempestad...
TINKU
Killa intensa en la marea se mece ardiente su reflejo en secreto vaivén la turbulencia es danza y lucha agua y viento a la luz y a la sombra de los cuerpos de los sueños que “alguna vez…” ¡Qué no amanezca aún! ¡Que no amanezca! Te ofrendo en el beso una promesa Achiqñawi, brilla y danza la música del agua en la luna que yo bajo cualquier cielo o designio cumpliré… ¿QUIÉN LO DIRÍA? Sentir el peso de lo ausente fueguito escondido quemando el pecho secreta y ardiente felicidad de sentir lo que parece vida aunque duela… Quién lo diría aquella luz que acuné de niña en el umbral de una ventana mirando pajaritos sigue viva… Nadie entiende en mis ojos el peso de esa ausencia aves, mariposas que se van ese cielo sin nada el despojo de lo posible la utopía… Quién lo daría aquella luz era una pena para encender las rendijas de la noche y mirar… descubrir que la ausencia, al fin de cuentas, era yo…
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Laura killawarmi es docente, madre, soñadora empedernida, jujeña-tucumana, poeta en abandono, deportista rezagada y lo que se vaya dando. Desde el año 2016 coordina talleres de filosofía con niñes y adolescentes en el colegio donde trabaja en Jujuy.