A fines del 2021, un par de meses antes de iniciar esta escritura, conocí a Guille Plaza Schaefer, recuerdo que me comentó de su último poemario y que le gustaría que lo acompañase en una presentación de Poemas de resistencia aquí en Tucumán; dicha presentación sucedió hace unas semanas, el 27 de febrero de este 2022, en el IV Festival Intergaláctico de Escritores (oficial) y la 3° Feria de Editoriales Independientes. Motivo por el que no solo pude esbozar algunas impresiones de lectura sobre su obra, sino también conversar con él y realizarle, días después, una pequeña entrevista.
Médico y poeta
Guille Plaza Schaefer nació en Salta el 7 de abril de 1987. Vivió en Córdoba, Cachi, Molinos y Salta capital, donde actualmente reside. Además de poeta es médico (generalista y reumatólogo) y diaguita. Su rutina inicia muy temprano por las mañanas en un hospital de segundo nivel en la localidad de La Merced, ubicada a unos veinticinco kilómetros de Salta capital. Por las tardes atiende en su consultorio particular en la capital, en el Centro Privado de Reumatología. Entre que se desempeña en su profesión escribe, Poemas de resistencia es su cuarto poemario, anteriores a él están: Poesía íntima, Antología a Dúo y Retorno, todos con editorial Gráfica 29 de Mayo, Córdoba. Una tucumana es su compañera desde hace cinco años, por lo que su relación con la provincia de Tucumán es cercana.
Cuando le pregunté sobre la editorial que ha publicado sus obras me comentó que a ella llegó: “gracias a la militancia universitaria en Córdoba. Gráfica 29 de Mayo empezó trabajando con las organizaciones sociales con las cuales articulamos: HIJOS, familiares y Abuelas, también con el Movimiento Campesino de Córdoba. El grupo Pan Comido Poesía (un espacio que reunía a distintos poetas muy copados de Córdoba) empezaron a publicar sus libros con ellos. Además de la estética con la que trabajan, me gusta que sean compañeros. Los libros tienen el formato COPYLEFT: la editorial adhiere la reproducción total o parcial de la obra citando debidamente las fuentes.”
Luchar-resistir
Luchar, vencer, caerse, levantarse luchar, vencer, caerse, levantarse hasta que se acabe la vida Álvaro García Linera
Luchar es la primera palabra poética que me encontré al abrir el libro, un epígrafe de Álvaro García Linera, seguido de un pequeño fragmento de Eduardo Galeano. Luchar, vencer, caerse, levantarse es un anticipo oportuno y certero al libro. Poemas de resistencia abarca toda la resistencia del pueblo diaguita a lo largo de un siglo. Más precisamente: Las Guerras Calchaquíes, que fueron la sucesión de enfrentamientos bélicos entre la Confederación diaguita y el Imperio Español, entre los años 1560 y 1667. El poemario está separado en cuatro apartados: (1) La primera resistencia, (2) El gran alzamiento, (3) La contraofensiva final y (4) El desarraigo. A cada poema le acompaña una exactitud en fechas y lugares. Estamos ante una épica que busca ser precisa en años, fechas y nombres.
Pienso que puede ser leído como una bitácora de resistencia, un diario de resistencia y una recuperación histórica de la resistencia de la Confederación diaguita. Como bien dice Daniel Medina en el prólogo del poemario: “el horror no es parte del pasado. Pero tampoco lo es la resistencia”.
Al leerlo sentí el respeto del autor con nuestra historia. Ese respeto del que les hablo tiene que ver con una reconstrucción histórica, que se traduce en cinco años de estudio, de dedicación de parte de Guillermo Plaza hasta llegar a su escritura final. Está reconstrucción relata las exigencias coloniales, la apropiación de la tierra, la profanación, el saque y el genocidio… Pero “los invasores no son seres inmortales: / ellos sangran, se pudren y hasta se retuercen / del miedo” y la flecha y el titaquín lo saben.
No estamos ante versos tradicionales que por medio de figuras retóricas busca embellecer o cautivarnos, sino más bien estamos ante poemas que desean transmitirnos el proceso de lucha de un pueblo y dar cuenta de que la poesía también es resistencia.
Algunas preguntas a Guillermo Plaza
Guillermo Plaza: Tengo cuatro libros publicados: Poesía íntima. Antología a Dúo. Retorno y Poemas de resistencia. Hay un camino transcurrido hasta llegar a donde estoy parado actualmente, temáticas y narrativas que fueron cambiando de acuerdo al momento de mi vida: los primeros poemas son más de amores, desamores, de militancia, de las luchas sociales y políticas tanto urbanas como las campesinas del Norte de Córdoba, hasta llegar a Retorno con la cuestión diaguita. Indudablemente este camino obedece al proceso de auto reconocimiento personal, familiar y comunitario que empezamos a transitar no sólo dentro de los valles calchaquíes, sino también en los barrios y en las villas, donde dejamos de sentirnos avergonzados por tener raíces originarias y levantamos la frente bien alto. Un proceso cultural, social y político de emancipación y de resistencia, que empezó con el titaquín Juan Kallchaki y que volvió hace algunos años para reorganizarse, luego de haber experimentado la más dura derrota. Con el libro Retorno no solo vuelve Ambrosio Casimiro al territorio “en forma de niño/de madre/de pueblo” después de morir por una neumonía, sino que también vuelvo yo a vivir a Cachi, a reencontrarme con mis raíces, luego de vivir casi 10 años en Córdoba.
GP: Hay muy pocas cosas escritas desde nuestra perspectiva y lo poco que hay lamentablemente carece de rigor histórico. Porque las Guerras Calchaquíes fueron una auténtica guerra de independencia llevada a cabo por la Confederación Diaguita contra el imperio español. De ahí surge el principal motor para encarar este proyecto: escribir un libro de poesía épica sobre las Guerras Calchaquíes, con el mayor rigor histórico posible, con fechas, lugares, batallas y con nuestros héroes y mártires. Sin manipular los hechos (como lo hacían muchas veces los gobernadores y encomenderos para obtener algún beneficio como cargos, títulos de nobleza o tierras) y sin omitir las calamidades.
GP: Además que es el género con el que me siento más cómodo, escribir un poemario sobre la Guerra es darle el carácter y trascendencia que el asunto lo merece. La poesía épica como la Ilíada o La Eneida, es el campo literario donde el pueblo va construyendo su palabra, la historia de sus antepasados y las hazañas de sus héroes.
GP: Reunir el corpus documental fue un trabajo largo y tedioso de cinco años. Las principales fuentes son los autos de guerra de los gobernadores, las cartas anuas de los jesuitas, la Relación Histórica de Torreblanca, la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán del Padre Lozano, probanzas de méritos, libros de historia, de etnohistoria, trabajos de arqueología, antropología, entre otros. Y no menos importante: la experiencia. Vivir en el territorio, participar de las asambleas, de las ceremonias ancestrales, de conocer la memoria viva de los abuelos y abuelas del monte y saber con conocimiento de causa, del odio de los poderosos, los descendientes de esos españoles que triunfaron y mantuvieron en condiciones de esclavitud a nuestro pueblo.
GP: No. Mi cabeza sigue puesta en este libro. Poemas de resistencia se publicó en 2021 y por la pandemia no pude trabajarlo ni difundirlo como hubiese querido. Quedan muchos lugares para presentarlo, un largo trabajo de articulación y vinculación con entidades educativas, organizaciones sociales y espacios académicos. Muchos hermanos y muchas hermanas diaguitas con quienes encontrarse para conversar sobre nuestro pasado y sobre nuestro presente de lucha y resistencia.