Un libro que nos invita a pensar el cuerpo, el ser y el poder desde una mirada adolescente
El libro que me convoca a escribir estas palabras fue elaborado por un grupo de “Jóvenes Editores”, estudiantes del Colegio Martín Pescador (Jujuy), acompañados y asesorados por los docentes del Equipo de Filosofía del Colegio y de la mano del Diseñador Gráfico Rodrigo Moltoni. Reúne las producciones artístico-filosóficas de aproximadamente 70 estudiantes y es el resultado de dos años de participación, con diferentes trabajos, en las Olimpiadas de Filosofía de la República Argentina (O.F.R.A.)
Descarados desenmascarados. Filosofía al desnudo, la más reciente producción de la editorial del Nivel Secundario del C. M. P., cuenta con una publicación en formato papel, realizada durante el año 2019, y una edición digital en formato E- Book de acceso libre y gratuito, publicada durante este año. Todo el que quiera puede visitar y explorar el libro en la página oficial del Colegio.
http://www.martinpescador.edu.ar/publicaciones/
Sergio Andrade, Dr. en filosofía, expresa en la contratapa del libro que “Pensar requiere de todo lo que somos -y de lo que podemos llegar a ser-”. Podríamos agregar que, en ocasiones, el pensar implica también la posibilidad de descubrir eso que somos y que, a menudo, no tenemos muy en claro. Esa es, posiblemente, uno de los desafíos que asumieron los estudiantes en sus producciones. Tal es el caso de Luna Asmuzi y Valentina Hernández que se preguntan “¿Qué es el ser? ¿Se puede no ser? ¿Siempre se es algo?” Inquietudes que nos interpelan y que difícilmente nos permitan transitar senderos plagados de certezas.
Así es este libro en su conjunto. Cada producción artístico-filosófica nos invita a habitar la incertidumbre, a sumergimos en un universo de pura potencia, en un camino aún sin trazar, del cual, inevitablemente, surgirán nuevas preguntas. Se trata de un viaje del que resulta difícil salir siendo el mismo.
Los interrogantes, las frases, los textos y las imágenes propuestas se mueven en ese vaivén entre lo que se es, se cree ser y lo que se puede llegar a ser, dando lugar a la problematización ineludible de la identidad y los cuerpos.
Viajar por las páginas del libro implica poner al descubierto que entre nuestro ser y nuestro deber ser se interponen las máscaras, porque lo que somos y lo que mostramos no siempre coinciden. Podríamos recurrir a cientos de ensayos filosóficos sobre este asunto, sin embargo, los estudiantes eligieron una forma diferente de filosofar, saliéndose de los formatos clásicos de escritura ensayística y mostrando sus reflexiones desde frases breves, cartas a un yo del pasado, fotografías, dibujos, historietas. Ese es el caso, de la producción elaborada por tres estudiantes en la cual, desde el formato de la historieta, dos mundos aparentemente inconexos, finalmente se unen. La identidad, tema que interesa de modo particular a los jóvenes, es el eje central. En ese pensar la identidad aparecen las máscaras que están allí, en el armario de los personajes, para elegir cual ponerse según la ocasión. Se trata del trabajo “El espejo de lo oculto y lo expuesto” de Lourdes Paoloni, Joaquín Ponce y Facundo Torrico.
Los estudiantes se inspiraron en sus propios ensayos filosóficos para elaborar una producción artística diferente, que resultara significativa, tanto para ellos, como para ese público lector que tenían en la mira: otros adolescentes Podría decirse que ese es uno de los aspectos más significativos de este libro. Si bien, todo tipo de lector puede sentirse a gusto en el recorrido que nos propone el libro, se trata de una obra pensada principalmente por adolescentes para adolescentes. Este aspecto se evidencia en la forma de expresión, en el formato, los colores, las imágenes.
La forma tan genuina, irreverente y “descarada” de los adolescentes se destaca a lo largo del libro y le otorga un estilo único y descontracturado, para invitarnos a experimentar una filosofía desnuda de lenguajes o formatos complejos y pesados. De esa forma, uno puede encontrarse con reflexiones muy profundas sobre filosofías no occidentales, como las que hace Agustina Saravia, escritas en su “Querido diario”. De un modo similar, es posible leer una carta que Valentín Martínez Sosa le escribe a su “yo del pasado” en “De espectro a espectro”. Lo propio hacen Victoria Insausti, con un enorme dibujo de un ave Fénix en “Claroscuro en el dolor” o Esmeralda Jamarlli Entrocassi con un hermoso poema, inspirado en su trabajo “Los cuerpos del Llullaillacu” (Trabajo que obtuvo el primer premio nacional OFRA – 2018).
Desde las propuestas más variadas y heterogéneas podemos encontrarnos con temas que nos invitarán a reflexionar en torno a los modos de relacionarnos, de pensarnos, de pensar los cuerpos, el lenguaje, los poderes que se ejercen sobre ellos, las desigualdades y las injusticias, entre otros.
Es preciso recalcar, que los jóvenes tienen mucho por decir, por pensar y proponer en un mundo adultocéntrico. En esta oportunidad, a partir de la publicación de un libro, los estudiantes del Martín Pescador, pudieron encontrar un espacio para ello.
A modo de cierre, comparto con los lectores la declaración que los Jóvenes editores escribieron, de forma colaborativa, para abrir la lectura de su libro. Considero que es, en sí misma, una hermosa invitación para embarcarse en un viaje filosófico, cuyo destino lo define cada lector.
“¡Esto es en serio! Tenemos un deseo de ruptura casi incurable Preferimos estar desnudos y mostrar lo que somos a estar cubiertos y no ser nada. No estamos intactos, aunque nos gustaría Estamos en una crisis, aunque no lo queramos Tenemos un cuerpo y una mente que defender Por eso… Filosofamos.”
Jóvenes editores del Colegio Martín Pescador