Tantakuy (Antología de dramaturgas del NOA), un inutensilio necesario

Tantakuy, significa “reunirnos” en quechua, título que eligió la dra. Valeria Mozzoni, compiladora de la antologìa, ya que su objetivo fue justamente reunir y visibilizar dramaturgias escritas por autoras en el NOA. La publicación se hizo a través de Humanitas, editorial de la Facultad De Filosofía y Letras de la UNT. Son nueve las obras que se incluyen y están representadas cuatro provincias. Las autoras son Andrea Campos, del colectivo La Mar en Coche (de Jujuy), Raquel Guzmán, Lucila Lastero (de Salta), Cecilia Salman (de Santiago del Estero), Lupe Valenzuela, Silvia Camuña, María Laura Núñez, y la dupla María Elena González-Karina Tolosa (de Tucumán). Cada obra está acompañada de un comentario a modo de presentación a cargo de investigadoras de distintos puntos del país.

Si bien integro como dramaturga este libro en formato digital, con mi obra para niñas/os “Lala y los lobos”, elijo comentar la publicación como lectora y como mujer, no como autora. Cuando me interné a leer Tantakuy me encontré con estructuras diluidas, la poesía presente, con búsquedas nuevas para “nombrar” y “nombrarse” bajo diferentes formas: poemas épicos, metateatralidad, monólogos, lo teatral autobiográfico, entre otras. Pero las autoras no hacen ningún tratado previo sobre la transgresión, ni punteos sobre las rupturas, porque cuando una se libera no lo hace a partir de un decálogo de fundamentos, se empuja la puerta y se sale. 

En Tantakuy no van a encontrar estructuras dramáticas clásicas sino una saludable mezcla de géneros y las fronteras borradas. Van a “extrañarse” como lectoras y lectores porque la palabra muestra la realidad desde otros lugares, desde lugares marginales, rotos, nuevos, apenas solidificados; la palabra nos sitúa en Tantakuy en espacios poéticos. Y “la poesía es la conciencia más aguda del lenguaje” como afirma la poeta argentina María Negroni. Para ella, los momentos más lúcidos de un libro son los momentos en que “el pensamiento se emociona”. Eso es lo que agradece de la poesía, “porque vivimos en general en una especie de pradera chata de lugares comunes, entonces cada vez que aparece algo que nos propone un pensamiento díscolo, se abre un espacio de libertad” (Negroni, 2020). Las dramaturgas de Tantakuy se han sumado a una especie de aventura literaria y existencial, y tratan, más que responder a preguntas que nos hacemos como mujeres, de mejorarlas.

Y si la poesía es pregunta pura, ¿sobre qué se preguntan las autoras que conforman esta antología?: sobre la violencia social y la discriminación, sobre la violencia de género, las desigualdades, los femicidios, sobre los desaparecidos, sobre la identidad, sobre la infancia y los miedos, sobre la muerte, y entre los intersticios, sobre el amor. 

Paulo Leminski, poeta brasilero, nos decía que “la poesía siempre vuelve para incomodar”. Incomodar. ¿Qué sería lo incómodo? Lo inconveniente, lo que no es fácil. La poesía causa sobresalto o asombro cuando algo de lo que leemos nos resulta inesperado. El/la poeta es consciente de lo inasible. Cuando uno repite lo consabido no hay asombro, en un poema no hay otro personaje que el lenguaje. La poesía hace constantes interrupciones a las reglas, sorprende, disloca, empuja para sacarnos de lugar. Por eso me atrevo a hablar de estas obras como textos cruzados por la poesía, porque “nos instalan en un lugar que está fuera del tiempo y nos exigen como lectoras/es la predisposición personal de querer plantearnos y preguntarnos ciertas cosas” (Leminski, 2019). 


Comparto a continuación fragmentos de algunas de las obras. 

Hijas. Mujeres que vibran (de la Grupa de Actrices de La Mar en coche- Jujuy) 

HIJA 2: Cuando era chica me gustaba subir a las hamacas a los toboganes y al pasamano, siempre parada nunca sentada, un día me regalaron un vestido todo cuadriculado y así fui al parque me miraba las piernas todas velludas y con moretones, me entraba el aire por todos lados, cuando comencé a jugar me gritaron –bájate de ahí mamita no ves que se te ve la bombacha. Por eso, odio los vestidos.

“Septiembre Coventry” de Cecilia Salman (Santiago del Estero)

S E G U N D O S I S T E M A
Todavía no tenemos baño.
No tener baño,
Se ha vuelto una forma de querernos. Me baño en la cocina,
Con un calefón eléctrico y un hilo de agua,
Estamos frescxs,
Excitadxs,
Cae agua
Vos me sacás una de mis fotos favoritas.
Azul
Turquesa
Soltás la cámara,
Entrás al hilo de la ducha
Somxs tan predecibles que cogemos,
Otra vez vamos a coger.
La necesidad de tener un baño
¿Se vuelve urgente?
Construimos un baño leyendo viñetas sanitarias por las
noches,
E instalamos cañerías por las mañanas.
Me divierte entender cómo funcionan las cosas,
Casi todas las cosas.
Ahora sé cómo llega el agua al inodoro
Y a donde van a parar nuestros desechos
En ese pozo ciego que cavamos en el fondo.
Cámara séptica
Pozo ciego Pozo negro Eso
Un pozo que traga No traga, recicla.
El lenguaje será nuestro sistema pendiente de construir.
Vos explicás de manera que confunde.

“Las Antonias” de Karina Tolosa y María Elena González (Tucumán)

ANTONIA MARÍA: (Con tristeza)

A la abuela le gustan las coronas de novias,
las flores dulces
pétalos tupidos,
redondas,
aterciopeladas y estrelladas.
Ella dice que el blanco es aburrido.
Tiene puesto tul
ha entrado en un jardín de rosas y jazmines
Han penetrado en ella perfumes dulces.
Se clavaron las espinas de las rosas.
Siente ardor y de a ratos
la vulva le palpita
ha manchado el jardín
le gusta y va a quedarse
hasta caer la tarde. (llora)

“Estamos grabando” de Guadalupe Valenzuela (Tucumán) 

ACTRIZ 1: Estoy en un espacio grande, paredes grises de cemento, un solo espacio al que le falta la pared del fondo. Ahí donde no hay pared empieza un jardín y veo el tronco de un árbol, veo borroso, pero sé que es mi casa, tengo la sensación de saber que estamos todos. No sé por qué pero estoy vestida así. Entonces mi abuela es la única persona que aparece nítidamente y pasa delante de mí, se acuesta en una cama matrimonial que nunca he visto, se recuesta de costado y yo la sigo. Me acuesto por detrás de ella y la abrazo, la acaricio, le muevo la piel que cuelga del brazo gordito, la piel arrugada de mi abuela y le hago sonar las tres pulseras que ella tuvo puestas siempre y que son mías aunque ya las perdí, y me invade una tristeza enorme y entiendo todo. Me digo: a partir de mañana me voy a sacar una foto por día con mi abuela.

Son pasajes que me emocionaron como lectora y que espero, funcionen como una invitación a acercarse a estos textos. 


Pueden accedera a más información sobre la publicación, y también descargar el libro en: http://filo.unt.edu.ar/2021/11/26/tantakuy-antologia-de-dramaturgas-del-noa/


Bibliografía 

Negroni, M. (2020) La poesía es la conciencia más aguda del lenguaje. Disponible en:  https://www.eternacadencia.com.ar/blog/contenidos-originales/entrevistas/item/maria negroni-la-poesia-es-la-conciencia-mas-aguda-del-lenguaje.html) 

Leminski, P. (2019) Inutensilio.  Disponible en: https://lobosuelto.com/inutensilio-paulo-leminski/


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *