La palabra es ritmo que nos amarra a la cadera de la reyna y nos invita a un cortejo de seducción primitivo. Sea cual sea la danza que despierta el deseo, no podemos salir inmunes de este hechizo.
Pedro Santos Deluca
Una reyna montaraz, con su séquito carnavaleado, al que seduce dejándose seducir, anda entre cerveza y amores deseados para hacer que uno desee, que uno quiera ser un cortesano montuno, y tenga ganas de gritar, finalmente, el amor que no se debe callar.
José Astrada
Víctor va trazando, abre paso a esta reyna que nos demuestra que el amor también puede ser una fiesta. Reyna que danza el deseo, que embruja, que emborracha de libertad. En su reino no hay súbditos. Su reino está moldeado de fuego, pueblo y carnaval. Ella escribe y no hay lugar para los prejuicios. Ella escribe y todxs somos un poco más libres. ¿Cómo no sentirnos entonces encandilados por su brillo? Lectores, reciban el hechizo de los versos de esta reyna, cabalguen por los montes audaces y contundentes que es su poesía.
Estefanía Herrera
Víctor Alejandro Aybar. Nació en San Fernando del Valle de Catamarca. Es bailarín, Profesor de Danza, Licenciado en Letras (UNCa) y Diplomado en Escritura Creativa (UNTREF). Publicó los libros de poesía Dúo Nocturno (2018), Dos variaciones para solo final (Editorial Lisboa, 2018), Cabriolas en el aire (Ed. Tren Instantáneo, 2020), Umbral. Cinco escritores catamarqueños (El Guadal Editora, 2021) y El gran baile de la reyna (Falta Envido Ediciones, 2022). Recibió las Becas Creación del Fondo Nacional de las Artes en Danza (2014) y en Letras (2018).