Cuando la oralidad se escribe se pierden los matices de un habla que no es neutral, de un habla que muta de acuerdo a costumbres, lugares y pueblos. Cuando el habla llena de mixturas se transforma en una lengua neutra, pierde la fuerza propia del discurso que acentúa el lugar de origen. En La Muda, el lugar tiene mucho que decir. Habla de sí mismo en cada letra y cada acento. Andrés se enfrenta a un desafío: escribir como santiagueño desde su santiagueñidad.