Una amiga me cuenta sobre un artículo donde hablan sobre una mujer que traduce La Odisea al inglés contemporáneo. Esa no es la novedad me dice, agregándole suspenso con la pausa necesaria para engullirse lo poco de cerveza negra que le quedaba en el vaso. Nunca leí La Odisea le contesto mirando mi vaso oscuro y pensando que ya deberíamos ir pidiendo otra bien frappé.
Me aclara fastidiada que no hace falta la lectura de todos los libros que uno comenta. Acá lo importante son las particularidades de la traducción y como muestra la desigualdad entre los personajes, escribiendo esclavitud donde hay esclavos y reflejando mejor el papel de la mujer en la historia. -Parece que los yankis esto antes no lo tenían –piensa en voz alta mientra busca en su celular.- ¿Vés? Esta es la tapa del dichoso libro.
«Parte de la lucha contra la misoginia en el mundo actual es tener un sentido muy claro de lo que son las estructuras de pensamiento y las estructuras de la sociedad que han permitido el androcentrismo en diferentes culturas, incluida la nuestra», dijo Wilson, y la Odisea puede ayudar a los lectores a entender esas estructuras más claramente. El poema ofrece (una) «defensa de una sociedad masculina dominante, una defensa de su propio héroe y su triunfo sobre todos los demás» –
Me lee traduciendo al vuelo mientras mira el celular.- Pensar que uno da por hecho tantas cosas, Focault tenía razón con lo del agua y el pez. ¿Cómo era lo que decía el pelao ese? -pregunto.
No me hace caso. Deja su celular. La mina es la primera mujer que traduce La Odisea al inglés. La primera mujer. ¡Estamos en el siglo XXI! ¿Recién lo traduce una mujer al inglés? ¿No te parece irreal? Encima la mina parece que lo empieza diciendo “Cuéntame de un hombre complicado” cuando antes lo otros traductores empezaban más elocuentemente “Cántame musa sobre el hombre” o “Canta musa, y a través de mi cuenta la historia sobre ese hombre hábil en todas las formas de contienda”. Le preguntan porque y la Emily esta contesta que el lenguaje práctico era necesario, que “Impresionantes muestras de retórica y fuerza lingüística son una buena forma de parecer importante e invitar a un tipo particular de admiración, pero tienden a silenciar la disidencia y desalentar modos más profundos de participación». Una genia la chabona. Encima en el artículo aclaran que las traducciones viejas no identifican para nada a los esclavos, eran niñeras o amas de llave. Emilia pone esclavo donde hay esclavos. Muestra la desigualdad entre Odiseo y Penélope y a su vez la diferencia entre estos y sus esclavos. O sea que las traducciones anteriores parece que dejaban de lado cosas que parecerían incómodas para el lector actual, trataban de no incomodar al mismo tiempo que ablandaban las injusticias de la época. En el articulo dice que en un momento Penélope abre la cámara donde estaban las armas de Odiseo. Homero describe la mano como “gruesa”. Emilia dice que «ya que en nuestra cultura, las mujeres no deben tener manos grandes, gruesas o gordas. «Los traductores generalmente han resuelto el problema salteando el adjetivo, o poniendo algo más tradicional. La mina, sin embargo, lo pone de esta manera:» Su mano firme y musculosa / tomó el mango de marfil de la llave«. «Tejer, de hecho, hace que las manos de una persona sean más musculosas», sostiene Emilia. «Quería asegurarme de que mi traducción, como la original, subraya la competencia física de Penélope, que la caracteriza como un personaje que desempeña un papel crucial en la acción, ya sea que sepa o no lo que está haciendo». ¡Un adjetivo! Se indigna mi amiga. Mirá la diferencia que hace un adjetivo. Aprovecho su pronta serenidad para pedir otra cerveza negra. Seguimos hablando de traducciones menos importantes, de como deseo los cuentos completos de Poe traducidos por Cortázar o los poemas de Artaud traducidos por Pizarnik. Le cuento que un amigo tiene los evangelios apócrifos traducidos por Borges.
Ya volviendo a mi casa pienso en como las palabras son la llave para la realidad reinante y como esta traductora colabora para que la sociedad cambie un poco más a favor de los que no pueden poner palabras en esa realidad. Inclusive con un adjetivo. Todavía tambaleándome me siento en mi computadora. Encuentro el artículo en inglés en Reddit. Intento leer el artículo tanto como me lo permite mi pobre inglés de televisión. Indudablemente la traducción de Emily Wilson no es una traducción feminista sino que se enmarca dentro, y para todos los lectores marginales que posee el canon occidental. Los oprimidos somos todos lo que estamos debajo de los opresores. No hay diferencia entre nosotros, todos somos uno pienso antes de dormirme en la silla.