Alejo Carbonell, poeta y editor de Caballo negro editora, nos entrega pistas del trabajo de la editorial y del panorama cordobés.
Este año Caballo negro editora celebrará sus doce años de trabajo, consolidándose con un catálogo más que interesante y con muchos libros necesarios y esenciales para la visibilización de la literatura escrita en las provincias y que permite disputar lugares en lo que se denomina Literatura Argentina. Esto, desde el centro del país, desde Córdoba.
El poeta y narrador Alejo Carbonell, entrerriano de nacimiento y cordobés por adopción, es quien lleva las riendas de Caballo Negro al desempeñarse como editor y director del sello. Durante cuatro años fue coeditor de La Creciente, editorial en donde publicó en 2004 su libro Hache o cruz (el proyecto de La Creciente tuvo un formato de libros pequeños que permitió la difusión de autores inéditos). En 1995, publicó el libro de poesía No nada nunca; Pescados (Ed. Municipal, Córdoba 2007, libro que fue distinguido con el premio Luis de Tejeda 2006) y en 2008, Rocamora. Compiló y prologó la antología de la nueva narrativa de Córdoba 10 Bajistas para la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) en 2008. Diferentes artículos, cuentos, entrevistas, guiones de historietas y poemas suyos han aparecido en diversos medios del país. Conduce también, actualmente, Lago Editora.
El equipo de Caballo Negro no tan sólo tiene cerca de 60 libros en su haber, sino que ante determinadas situaciones toma posicionamientos concretos para levantar la voz ante los nuevos trajes de reyes desnudos, como fue la declaración y las acciones en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española, donde conjuntamente con un amplio sector de la cultura, permitió poner y problematizar temas excluidos en el evento oficial como por ejemplo la tremenda crisis del sector, y que tomo forma de una feria autogestionada que acompañó al Encuentro de Derechos Lingüísticos Como Derechos Humanos que tuvo lugar paralelamente al Congreso.
El catálogo de Caballo Negro Editora es diverso, coexisten autores consagrados con autores nuevos.
En la colección de poesía encontramos a Vicente Luy, María Teresa Andruetto, Elena Anníbali, Camila Sosa Villada, Simón Vinkenoog en traducción, etc.
En la Colección Narrativa: Roa Bastos, Daniel Moyano, Oscar Hermes Villordo, Elvio Gandolfo, etc.
En Colección de la buena Memoria: Alfredo Zitarrosa, Jorge Baron Biza, Paco Jamandreu, etc.
Colección Obra: Daniel Moyano, Glauce Baldovin, Elvio Gandolfo, Emma Barrandeguy.
Completa el catálogo una quinta colección llamada Vida acuática.
Alejo tuvo la gentileza de responder algunas inquietudes que nos permitirán acercarnos, conocer y reflexionar sobre el mundo editorial cordobés.
Creo que editar libros en este momento es más o menos parecido en toda Latinoamérica. Claro que hay matices y las vicisitudes particulares de cada región, nosotros por ejemplo tenemos en Argentina un papel malo y carísimo y en otras regiones eso está mejor, pero por fuera de eso las dificultades son más o menos las mismas: el costo de impresión, los modos de circulación, la cantidad de lectores que podés alcanzar…
El único problema que tenemos al editar desde Córdoba, en ese sentido, es que sabemos que hay una gran porción de lectores en Buenos Aires que tal vez no nos conozcan y a los cuales aún no hemos llegado. Lo mismo vale para los medios de comunicación más masivos.
Lo primero que hicimos fue achicar todo lo posible el margen de error para poder subsistir, es decir, acortamos un poquito las tiradas, pasamos algunos libros para este año. Finalmente, creo que las pequeñas editoriales, con su dinámica y con mucha complicidad de los libreros, fueron un sector que se adaptó muy rápido y pudo sostenerse.
En algunos casos sí, en otros puede ser una forma de sostener el ego, en otros una forma de no aburrirse, de estar en el mundo. Pero todo está bien, me parece, no hay una sola manera ni un solo objetivo.
A esta pregunta cada vez sé menos cómo responderla… Pero a esta altura diría que es intuición pura. Igual, como decía Tu Sam: puede fallar.
Más o menos los mismos de siempre. El altísimo costo de impresión, en particular del papel y que sería genial que la gente tenga más dinero para comprar libros. Problemas hay muchos: el reparto de los porcentajes en todo el canal de ventas tradicional, cómo hacer una buena distribución en un país con nuestro territorio, que el estado si hace un esfuerzo en apoyarnos que lo haga bien, la inflación, etcétera etcétera. Pero si solucionamos las dos cosas que te dije al principio todo lo otro se hace vivible. Es decir, con un costo de impresión más bajo y un mango en el bolsillo de la gente, los editores nos vamos a arreglar para que la rueda gire.
Nos gusta que aparezcan nuevos proyectos editoriales, en Córdoba ocurre todo el tiempo y estamos atentos, compramos sus libros. De los colegas, en este momento los trabajos que más me gustan son los de las editoriales Borde perdido, Vilnius, Los ríos, Prebanda y Cartografías (de Río Cuarto), pero hay muchísimos más, muy interesantes.
Tenemos previstos 11 libros para este año: varias novelas, entre ellas una inédita de Daniel Moyano, algunos libros de poesía, entre las que puedo mencionar a una antología de Cristina Peri Rossi, y bueno, también buena narrativa y poesía contemporánea, dos libros de ensayos… Comenzaremos el año con una novela de la cordobesa Candelaria Jaimez y seguiremos con una traducción del holandés de una novela de Esther Gerritsen.
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