Un viaje para descubrir misterios más que tucumanos
La casa abandonada de Mica Morón ha sido el primer viaje que emprendí en mis vacaciones. Junto a los hermanos Deetrans me he metido a las profundidades de una propiedad, de la antigua aristocracia tucumana, abandonada a las inclemencias del tiempo, para descubrir un gran secreto. La lectura se sintió exactamente de ese modo, ingresar a la propiedad y olvidarse del tiempo y no poder soltar el libro o salir de la casa hasta resolver el misterio y derrotar al villano.
La fraternidad que existe entre Mica, Julia y Fede es tan genuina que uno no puede dejar de pensar en la relación con sus propios hermanos. Y es que la novela trabaja el precepto “los hermanos sean unidos” pero, a diferencia del Martín Fierro, no lo hace con una lección de moral sino demostrando que somos seres de emociones complejas y que podemos amar con nuestra alma a las personas que más nos gusta molestar, hacer bromas e insultar. Si eso no es la hermandad, ¿Entonces, qué es?
Por otro lado, es esta misma relación la que te mantiene leyendo todo el tiempo con una sonrisa en la cara por la ocurrencia de estos 3 ingeniosos pero inquietos hermanos. Para los que fuimos niños en los 90 hay constantes referencias a lo que fueron nuestras infancias y crecer leyendo Harry Potter y El Señor de los Anillos; jugar videojuegos, ver series en Nickelodeon, entre otras tantas cosas. Sin embargo, la autora no deja de pensar en su público: los jóvenes de hoy, por eso hay referencias al uso de whatsapp y otros artilugios “modernos”. Como amante de la lectura, surge en mi interior una gran alegría al pensar que esta novela puede llegar a un adolescente y enamorarlo de la lectura como nos ha pasado a tantos. No es solo la lectura de una aventura, sino que es la aventura de jóvenxs tucumanxs con los que uno se siente rápidamente identificado. La lectura es una experiencia emocional vicaria, el poder sentirnos reflejados en jóvenes inteligentes, inocentes, atrevidos, irreverentes, valientes y de corazón sincero es un tesoro cuando estamos creciendo y buscando referentes que nos hagan ser la persona que queremos ser.
Quiero decir con esto que me produce una alegría enorme pensar en lxs niñxs que sentirán una identificación con los personajes de este libro y tomarán de ellxs sus mejores cualidades porque las reconocen en sí mismos. No hay orgullo e identificación más grande que leerlo de personajes de tu provincia, escrito por una autora de tu provincia. Podemos hablar ahora de la universalización de la literatura tucumana y entrar al debate de qué es o qué debería ser la literatura tucumana; sin embargo, me parece que, como adultos y quizá transmisores de literatura, el rol que nos cabe es comunicarles a nuestros jóvenes que no necesitamos nacer con un libro bajo el brazo, viajar a París y ser leídos por las academias para consagrarnos como escritores.
Es el mensaje detrás de la historia de la autora, Mica Morón, que escribió esta historia en el año 2007 y que ahora puede ver la luz gracias a Editorial Monoambiente. En los agradecimientos del libro dice la autora “Y a vos Mica, lo logramos”, lograron cumplir un sueño y publicar la aventura que oculta la casa abandonada de la calle San Justo con la Diagonal Sur. Así lo piensa Micaela, mientras están atravesando dentro de la casa semejantes peripecias; debe escribir lo que han vivido porque de otro modo nadie les creerá. Gracias a la motivación de las Micas hoy podemos leer el secreto escondido en la ciudad de San Miguel de Tucumán y los horrores que guarda una simple casa abandonada.
No quisiera terminar esta reseña sin reconocer el trabajo de Monoambiente Editorial que hace años viene trabajando para publicar autores tucumanxs, logrando que cada experiencia de lectura sea única y memorable. Al comprar este, o cualquier otro libro de la editorial, no solo promovés la producción y circulación de literatura tucumana, sino que también haces un viaje experiencial de lectura que no dejo de recomendar.
Lean La casa abandonada de Mica Morón y lean todo tipo de literatura tucumana.
