Katrien es una artista visual belga cuyas obras son el resultado de implementar la técnica collage, parecieran Petites cartographies poétiques; quien haya podido disfrutar de la misma, pensará que es una artista contemporánea a Man Ray, Max Ernest o Hannah Höch, pero no, mientras estos pilares del arte iban pensando y dando forma a sus ideas creativas Katrien nacía en Ronse en 1969.

Estas Petites cartographies poétiques raptan la mirada del espectador a un mundo atado a un extraño pasado melancólico, solitario, lejano, que roza con temblor el esternón al observarlas. Es el comienzo de una serie de sensaciones que evocan sus producciones artísticas, es innegable que de las mismas se desprende un relato, una prosa, que imaginamos inmediatamente al mirarlas, ya no somos simplemente un público del otro lado sino creadores secundarios de esa poesía que Blauwer busca proyectar fuera de esas fotografías.
“Las emociones siempre han sido la fuerza impulsora y la principal consideración en lo que hago. Me siento muy atraída por lo incómodo de las emociones humanas: el dolor, la tristeza, la pérdida o el deseo. Hablo sobre la vida y la muerte, lo que somos, lo que significa y cómo somos amados. Me gusta la inmediatez de las imágenes y su presencia. Con los recortes idiosincrásicos, condensados y pastas, trato de relatar una historia propia. Al hacerlo aparecen a menudo, sin darme cuenta, los nuevos significados y asociaciones, que también tienen un efecto terapéutico sobre mí. Es un proceso de búsqueda de mi propia lengua” .
De esta forma la autora, nos adentra a una búsqueda que ya no parte de una necesidad individual sino como dije invita a que el espectador también sea parte de ese nuevo “lenguaje”. Utilizando imágenes de revistas desde la década de 1920 hasta la de 1960, revistas ante todo de moda y cine, de Blauwer recorta/reencuadra imágenes, pegándolas junto con otras, o con tiras monocromas de esas mismas revistas. Al crear, utiliza diferentes paletas con miembros, naturalezas muertas, tonos oscuros y colores primarios.
Muchos críticos la definen como: maestra del “corte”, término que define mejor su práctica que el “collage”, ya que no se trata de asociar fragmentos para recrear imágenes como hicieron los surrealistas, por ejemplo. Su gesto artístico se origina en una percepción intuitiva y un proceso más intimista, pero su enfoque es conceptual y de naturaleza esencial.

Sin embargo, cuando hablamos de “corte” en esta autora podemos observar que no sigue las formas de los cuerpos o las caras, sino que delimita franjas visuales y crea una composición regida por principios abstractos. Su arte se comprende de pocos elementos, los suficientes para “decir mucho”. Sus ojos destacan algunos elementos visuales y los enfocan formalmente mediante la adición de tiras de colores mudos que sugieren un espacio fuera de cámara y producen una nueva narración visual.
Katrien De Blauwer se denomina a sí misma una «fotógrafa sin cámara», interesante concepto que demuestra la habilidad de la artista de captar otra foto en una fotografía ya tomada, su trabajo da cuenta de que Katrien ha descubierto una y decenas de imágenes allí donde el flash de algún otro fotógrafo hizo el disparo. Logra otras significancias como si a propósito hubieran llegado esas imágenes atraídas por un imán misterioso a sus cuadernos, esos cortes se vuelven suyos, ella con sus manos también ha creado esas imágenes que colman las revistas que luego serán parte de un universo hecho de prosas y tijeras. Universo que también estará influenciado de alguna manera por los artistas conceptuales de las décadas de 1960 y 1970, como el enfoque documental de Dan Graham que consiste en combinar diferentes tipos de documentos fotográficos y presentarlos como registros recogidos en catálogos, elaborando así la ficción tipologías urbanas, o el artista
Gordon Matta Clark, cuyo trabajo se basa en cortes arquitectónicos de sus proyectos en papel y los registros fotográficos de sus intervenciones monumentales actuando como proposiciones “abstractas”.

Sus Petites cartographies poétiques son ante todo manifestaciones sensuales y eróticas. El elemento protagónico es la corporalidad femenina y su gestualidad, los rincones sutiles del mismo y a la vez abrasadores, las imágenes a las cuales recurre parecen provenir de heroínas de películas en blanco y negro, el neorrealismo italiano y la nueva ola francesa de los años 50 y 60. La moda de pelo largo o corto de sus personajes recuerda a Jeanne Moreau y Françoise Dorléac, mientras que las cejas que se elevan por encima de las tiras negras recuerdan a Anna Karina y Silvana Mangano.

En otras imágenes, se puede reconocer la boca voluptuosa de Monica Vitti o la delicada cabeza de Jane Seberg, mientras que los muchos pares de piernas en su trabajo parecen invocar una feminidad fugaz pero eterna. La autora no solo juega con la tristeza, la melancolía y el aura de lo antiguo también juega con las tensiones de los cuerpos, con primeros planos de bocas, manos, vientres, espaldas; trae a sus imágenes el deseo y la furia de la ausencia.
Su amplia obra abarca diversos títulos, cada uno comprendido por varias producciones:
Conóceme Couleur Pâle (2015) Cuando era niño (2017) Escenas (2017) fuga (2017) Cortes simples (2018) Ámame tiernamente (2019) Intimidad Abstracta (2019) Cierro los ojos y luego me alejo 30, Fotografía de François Halard (2019) Escenas sucias (2019) Falsos Polaroids (2019)
También ha publicado libros y sus piezas artísticas han ilustrado portadas de novelas y ensayos de diferentes escritores.
Por último, hay que destacar el interés de Katrien de Blauwer por el cine, su material se encuentra influenciado,especialmente, por el gran director italiano Michelangelo Antonioni “él decía:-Si uno me hace una pregunta, respondo haciendo una película.- Hay mucho en eso, creo. Él usó sus películas como su lenguaje y yo uso mis collages”.
Esta referencia cinematográfica es central dentro de su serie titulada Escenas oscuras, Escenas,Cortes simples, Conóceme, etc. Los títulos incluso rinden un homenaje implícito a las revolucionarias técnicas de edición inventadas por Jean-Luc Godard, y especialmente a los “jump cut” como él los definió. En algunos de los cortes de Katrien de Blauwer, están compuestos de sólo dos hojas de papel, la noción de plano e imagen en movimiento parece prevalecer sobre el “marco”. La calidad cinematográfica de sus series se traduce por el movimiento de algunos de sus personajes y acentuada por el montaje de la artista que consiste en la repetición desplazada de imágenes como si hubiera extraído planos de uno o dos segundos de la película.
Aunque parezca curioso, la obra de Blauwer empezó a visibilizarse recién en el 2014; hoy la artista sigue produciendo nuevos cuadernos llenos de sus composiciones fotográficas, nuevos mundos que esperamos contemplar.
Página oficial: https://www.katriendeblauwer.com