Hipopótamo de Germán Roffler (CR ediciones)

Colección: mínimo indispensable

CR ediciones: edicionescr@hotmail.com

Arte de tapa: Pablo Iguri

Fotografía: Luisina Raffo

Hipopótamo

Germán Roffler

1°Edición Enero 2022

Rosario, República Argentina

Roffler, Germán

 Hipopótamo / Germán Roffler ; fotografías de Luisina Raffo. –

1a ed. – Rosario : CR ediciones, 2022.

 54 p. ; 16 x 12 cm. – (Mínimo indispensable)

 ISBN 978-987-48218-9-8

 1. Poesía Argentina. I. Raffo, Luisina, fot. II. Título.

 CDD A861


3
Hay una franja del dolor que hay que atravesar
que es como cruzar un hipopótamo en el camino.

Minutos que pueden ser extensos
como el tiempo mismo.

También existe:
la selva,
el agua del lago,
la costa barrosa, con plantas verdes y carnosas
que enroscadas a su voluntad o a la del sol
avanzan,
todo el tiempo, avanzan
y llenan de sentido a lo que rodea la foto.

Lo que decía:
cruzar, decía,
atravesarlo todo
a él,
a ese peso sobre la tierra,
ese viaje al interior,
un animal en peligro de extinción
y yo.

Al final,
una forma,
una metáfora.

Hay una franja del dolor que hay que atravesar.
Hay un poema,
hay un hipopótamo en el camino.















4
La lisura se refleja en el agua de la luna,
sos un revoltijo de labios astrales
y aire engalanado: un soporte perfumando
lo indivisible.

Boca equivocada
que al fondo del día
se va a mezclar con la sangre del trabajo y
la práctica de continuar perplejo:
al día
a los autos que pasan
a tus modos oscuros.

Vibrante espectáculo
la llama azul que se ondula sobre el frío oxidado
de los diarios que mirás en la web.
El mate por venir, la risa
y el chico bailando a nuestro alrededor.

Porque de alguna forma
también somos una especie del fuego.

























11
Una tormenta
cambia
constantemente.

Cambia a la tierra
con sus devenires
y a las formas
de habitar en ella.

Es
como nosotrxs,
una transición
más o menos fugaz
que habita el tiempo.

Somos
una transición
entre tormentas.

¿Hablan los hipopótamos?
Este poemario puede ser un canto mudo, pero nunca sordo. Este caballo de río (híppos: ίππος y potamós: ποταμος) sabe que sabe o sabe que ignora y además es lentiforme, Roffler escribe demorándose, leve como un cetáceo, el primo acuático más próximo y vivo del rumiante. Prudente con los tiempos de publicación, paciente, fragmentario; acumula para hacerse oír cuando gusta. Su plétora es su distanciamiento y su resistencia también.

Los poemarios de Roffler (al igual que sus canciones, sus músicas) siempre reflejan un proceso de aprendizaje existencial contemporáneo. El artista se da una libertad creativa y lactante: escribir poemas sin pensar en la idea de conjunto como un ruido rosa del pensar, como una violentación que la urgencia del lenguaje tiñe en la memoria y en el razonamiento (paralelamente: cuando un hipopótamo amamanta a su cría, el color de la leche es rosa, único mamífero con capacidad para pigmentar la leche materna).

¿Este caballo de río lo sabe? 
Este caballo de agua sabe de litoral. Eso es capital y núcleo en su arte, y fragmento tras fragmento, nos damos cuenta de que Hipopótamo es una suma armoniosa de momentos del hablar y eventos del decir que secuestran la racionalidad y la alejan de la abstracción. Röffler hurga las palabras en su tejido para salirse del redil.  A ritmo “ungulado” y sostenido por la memoria motora, esa que utiliza todos los dedos para andar. Tiernas estampidas de escarbar en la hondonada del alma y evidenciar la materia más prístina, más inmediata: la melodía, la atrayente sensualidad de las cosas que suenan y resuenan y se suceden en el goce de decir lo que no se dice.  

En este poemario hay una renovación del descubrimiento, una continúa reconfiguración de las perspectivas, del reino visual, escrituras sensibles, mudas conversaciones, pero nunca sordas. 

Cuando un elemento de la naturaleza capta nuestra atención, ocurre una fascinación y la fascinación es un fenómeno de la atención (de la que habló Sartre), un fenómeno pasivo, que puede dar lugar o no al poema. Estos textos embisten hacia una poética, esa que uno descubre más o menos extrañado en lo que escribe. Y consiste en que lo que está ahí, de pronto nos absorbe y llena como si el yo que percibe fuese un yo carente. Y por eso se llega a la poesía, por carencia y precariedad existencial. Para esa necesidad Hipopótamo ofrece su cuerpo robusto (pienso en la contundencia del irupé) y con sed, con sed de algo que la vida misma no parece satisfacer, pero canta.
Sí, los hipopótamos hablan.


María Paula Alzugaray
Rosario, primavera de 2021

Germán Roffler nació en Rosario en agosto de 1982. Se dedica a la música desde hace veinte años, especialmente como cancionista, compositor y arreglador. Lleva cuatro discos editados, los últimos dos como solista: “Soles azules a secas” (2018) y “Túneles” (2021). Ha girado por Colombia, México, Cuba, Alemania, Francia, Suecia, Dinamarca, España, Portugal y Lituania. Figura en diversas antologías relacionadas a la poesía. Después de mucho tiempo, este es, casi, su primer libro de poemas. 


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