Los proyectos culturales en Tucumán gozan en general de una existencia efímera, muchas veces por ser de gestión propia estos no pueden sostenerse por mucho tiempo por una razón u otra. Pero todavía superviven y resisten estos espacios a pesar de todo. Este es el caso de La Veleta cultural, que cuenta ya con casi una década de historia dentro de la movida cultural tucumana.
¿Pero qué es la veleta?
La veleta es un centro cultural auto gestionado, dirigido por Yudith Pintos y José Pintos, que funciona desde 2011, un espacio que cobija y brinda múltiples propuestas de talleres (danza, teatro, plástica, artes manuales, etc.), es sala teatral, además de sede y organización de eventos, encuentros, y charlas de todo el espectro cultural, cuenta también con una sala de exposiciones destinada a las artes visuales, El desván.
Una historia con un propósito
La Veleta, como todo lugar, tiene historia y también un propósito. Su nombre surgió, nos cuenta Yudith, por una casualidad cuando La Veleta no era como hoy la conocemos y se buscaba un lugar donde instalar el proyecto, que en un principio se encontraba sobre calle San Lorenzo al 700; entre tantas recorridas por lugares, visitas y mateadas alguien dijo “veleta”, y a partir de ahí no hubo vuelta atrás. “Aunque uno pueda asociar la palabra a la idea de cambiar de pensamiento de manera frecuente, lejos está de ello”, afirma Yudith. La veleta como principio toma la idea de indicar, de señalar “la dirección por donde va el viento”, de ir a un sitio, un camino que les permita mostrar las expresiones artísticas contemporáneas de nuestra provincia. Siendo la bandera que incorporaron y llevan adelante con mucho esfuerzo desde hace años, no sin ningún contratiempo de vez en cuando, y más aún en tiempos de pandemia, pero continúa contra viento y marea. Cómo será el futuro? es incierto, pero el deseo es siempre más fuerte; Yudith afirma: “podré jubílame de todo, menos de esto”.
Desde sus inicios el espacio se planteó la necesidad de que sea un proyecto interdisciplinar que abarcara todas las ramas de la cultura y diera acogida a proyectos plurales propios y externos. A partir de entonces el espacio dio una cálida recibida a infinidad de propuestas, siempre distanciándose de partidos políticos o de ideologías conservadoras o discriminatorias, tratando de ser un espacio abierto para todes.
Transitar por La Veleta es sentir su calidez, es tomarse un café, un mate con amigos, un espacio donde se comparten experiencias e historias de vida. Un espacio donde uno puede sentirse en casa y ver donde sopla el viento.
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