Poemas de Julia Tiraboschi

Desacuerdo

Caí en el embudo de la academia
ese espacio abruptamente sacramentado
ese prisma que confunde 
deforma y forma realidades.

La podredumbre caló hasta los huesos
mis pulmones exhalaban envidias impropias
tomé palabras ajenas
viví
del otro lado de la cancha
ahí, donde el cenáculo de larvas 
se premian entre sí las peores hipocresías. 
Allí la costumbre los masera
nadie, nadie se rasca las pulgas
y aquellos que lo intentan
son tacleados por el panóptico de derecha.

No hay terreno pródigo
sólo aquel con las mismas fichas de juego
llega a destino.
todos fuimos y somos tontos
no hay cómo escaparle a la idiotez.
Andamos al garete
embebidos en necesidades fútiles
andamos aprendiendo y desaprendiendo
trastabillando en los dias
hasta que podemos dar 
finalmente
con nosotros mismos.
 
Membresía

La identidad en constante crisis,
la visión en      t  u  n   e   l
enflaquece y la luz la estrangula,
las manos ya no se amigan como antes.
Se oye la voz de alguien más
se sienten las manos de alguien más
y los secretos se calcinan 
en el calor de mis pechos.

He desmantelado el reloj del comedor
ya no me señala
ya no hay tic tacs que me apresuren
no hay fotografías ni versos
hay té frío
hay espejos vacíos
hay en abundancia entes parlando estupideces
hay interferencia entre el cuerpo y el alma
hay una casa que cierra sus puertas
ya no pasean fantasmas por la habitación
solo queda una majareta ornamentando 
mi cabeza.

El placer en errar

Nacida con la idea de venir al mundo
a pedir perdón.
Siendo una ignorante de mi destino
acarreo en la sangre el lamento risible
de los actos mas bestiales y domesticados. 

Las llagas pasadas prorrumpen en el café
los anhelos febriles de enero
y la pregunta constante sobre quien soy
un rostro maleable
una montonera de ideas arenosas
una filosofía que oscila entre lo bacterioso y lo vigorizante 
un mundo que se me hace ajeno
hora tras hora
el goce cuando armonizo la respiración
los muebles de la casa vieja de mamá
una piel en constante viaje
una memoria claudicante y
muchas veces machacadora
igualita a la economía fatídica de mi país. 

Colgada de los pies, patas parriba
nadie corre al rededor
y advierto que todo vibra en una sola sintonía
recapacito 
la decisión más importante
fue abrir las puertas de la casa
para dejar entrar el amor que verdaderamente merezco. 

Punzan las expectativas ilusorias,
el XIII del tarót alumbra el camino
el renacimiento del cuerpo y el alma,
percepción de la finitud de la existencia
la purga de lo más arraigado
y me es inevitable pensar
cuánto placer pueden generar ciertos errores...

Autómata

A veces soy un robot
como caballo con anteojeras 
bebo una copa del status quo 
y me dejo corromper por normas absurdas
me camuflo, soy una más.

A veces soy un robot
me desdoblo en distintas personalidades 
me trago el cuento barato de lo partidario
me emperno en malas decisiones
patino entre discursos insensatos. 

A veces soy un robot
disocio la realidad 
extravío sentires, búsquedas, entes del ayer
y mi puente hacia el mundo
lo tiendo entre pantomimas baratas.
Me resulta indiferente la mierda ajena
aquella que se riega con aspersor…

                                                               En ocasiones lo inerte es necesario…
                            
                                                                      A veces soy un robot
                                                    Me masturbo con groseras ganancias
                                                    tomo el colectivo hacia el autosabotaje 
                                                        silencio el escozor con música
                                                           me dejo sentir la adrenalina 
                                                                 del odio sinsentido. 

A veces soy un robot
                                                                  porque así sobrevivo.


Lola Berta

No tengo un orden en nada 
de lo que respecta a mi vida
y en ese desorden 
irrumpe tu aterciopelada voz
deteniendo la fugacidad de los momentos:
nada importa, solo tu canto. 

Con vos es más fácil ser yo
niña, si jugamos a estrellar risas en el cielo
cuando la incomodidad de lo ajeno 
destempla nuestro cuerpo.
Aprendimos a lamernos las heridas
y a quemar en el fuego 
insulsas expectativas
historias inacabadas. 

Con vos fácilmente 
se desmonta la armadura 
para que el pecho pueda respirar tranquilo
aún cuando las lágrimas son un mar salado
que ahoga las palabras. 
Me ayudas a teatralizar los desatinos
y a elucubrar el descanso.

Con vos aprendí
que la empatía nos hermana
y que con un abrazo
podemos reconstruir cualquier alma. 

Sietemesina, altanera y caprichosa
la mujer de labios laberinticos 
y mirada utópica. 
Todo en vos es llevar los límites al abismo
o amordazar el pensamiento. 

Te invito, amiga mía
a quedarte un rato más 
a cocinar versos agridulces, 
que florezca todo a nuestro alrededor. 
A fumar humo sagrado y 
pintarnos la piel de ganas
de comernos el mundo
juntas.

Julia Tiraboschi nació el 19 de octubre de 1994, en el Valle Catamarqueño. Desde temprana edad se desenvolvió en el ámbito artístico, como actriz de teatro y en lo audiovisual. La literatura es un lugar que le permite transformarse, conjugar y cuestionarse aquello que la rodea. Su madre fue una gran influencia ya que acostumbraba leerle cuentos y poesía desde muy pequeña. En el año 2018 publicaron dos textos de su autoría en la Antología del II Encuentro de Escritores de la Nueva Generación. Actualmente estudia la carrera del Prof. En Letras y trabaja alfabetizando junto a brigadas educativas. Integra el grupo de teatro independiente “Mise en scène”.


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