Desacuerdo Caí en el embudo de la academia ese espacio abruptamente sacramentado ese prisma que confunde deforma y forma realidades. La podredumbre caló hasta los huesos mis pulmones exhalaban envidias impropias tomé palabras ajenas viví del otro lado de la cancha ahí, donde el cenáculo de larvas se premian entre sí las peores hipocresías. Allí la costumbre los masera nadie, nadie se rasca las pulgas y aquellos que lo intentan son tacleados por el panóptico de derecha. No hay terreno pródigo sólo aquel con las mismas fichas de juego llega a destino. todos fuimos y somos tontos no hay cómo escaparle a la idiotez. Andamos al garete embebidos en necesidades fútiles andamos aprendiendo y desaprendiendo trastabillando en los dias hasta que podemos dar finalmente con nosotros mismos. Membresía La identidad en constante crisis, la visión en t u n e l enflaquece y la luz la estrangula, las manos ya no se amigan como antes. Se oye la voz de alguien más se sienten las manos de alguien más y los secretos se calcinan en el calor de mis pechos. He desmantelado el reloj del comedor ya no me señala ya no hay tic tacs que me apresuren no hay fotografías ni versos hay té frío hay espejos vacíos hay en abundancia entes parlando estupideces hay interferencia entre el cuerpo y el alma hay una casa que cierra sus puertas ya no pasean fantasmas por la habitación solo queda una majareta ornamentando mi cabeza. El placer en errar Nacida con la idea de venir al mundo a pedir perdón. Siendo una ignorante de mi destino acarreo en la sangre el lamento risible de los actos mas bestiales y domesticados. Las llagas pasadas prorrumpen en el café los anhelos febriles de enero y la pregunta constante sobre quien soy un rostro maleable una montonera de ideas arenosas una filosofía que oscila entre lo bacterioso y lo vigorizante un mundo que se me hace ajeno hora tras hora el goce cuando armonizo la respiración los muebles de la casa vieja de mamá una piel en constante viaje una memoria claudicante y muchas veces machacadora igualita a la economía fatídica de mi país. Colgada de los pies, patas parriba nadie corre al rededor y advierto que todo vibra en una sola sintonía recapacito la decisión más importante fue abrir las puertas de la casa para dejar entrar el amor que verdaderamente merezco. Punzan las expectativas ilusorias, el XIII del tarót alumbra el camino el renacimiento del cuerpo y el alma, percepción de la finitud de la existencia la purga de lo más arraigado y me es inevitable pensar cuánto placer pueden generar ciertos errores... Autómata A veces soy un robot como caballo con anteojeras bebo una copa del status quo y me dejo corromper por normas absurdas me camuflo, soy una más. A veces soy un robot me desdoblo en distintas personalidades me trago el cuento barato de lo partidario me emperno en malas decisiones patino entre discursos insensatos. A veces soy un robot disocio la realidad extravío sentires, búsquedas, entes del ayer y mi puente hacia el mundo lo tiendo entre pantomimas baratas. Me resulta indiferente la mierda ajena aquella que se riega con aspersor… En ocasiones lo inerte es necesario… A veces soy un robot Me masturbo con groseras ganancias tomo el colectivo hacia el autosabotaje silencio el escozor con música me dejo sentir la adrenalina del odio sinsentido. A veces soy un robot porque así sobrevivo. Lola Berta No tengo un orden en nada de lo que respecta a mi vida y en ese desorden irrumpe tu aterciopelada voz deteniendo la fugacidad de los momentos: nada importa, solo tu canto. Con vos es más fácil ser yo niña, si jugamos a estrellar risas en el cielo cuando la incomodidad de lo ajeno destempla nuestro cuerpo. Aprendimos a lamernos las heridas y a quemar en el fuego insulsas expectativas historias inacabadas. Con vos fácilmente se desmonta la armadura para que el pecho pueda respirar tranquilo aún cuando las lágrimas son un mar salado que ahoga las palabras. Me ayudas a teatralizar los desatinos y a elucubrar el descanso. Con vos aprendí que la empatía nos hermana y que con un abrazo podemos reconstruir cualquier alma. Sietemesina, altanera y caprichosa la mujer de labios laberinticos y mirada utópica. Todo en vos es llevar los límites al abismo o amordazar el pensamiento. Te invito, amiga mía a quedarte un rato más a cocinar versos agridulces, que florezca todo a nuestro alrededor. A fumar humo sagrado y pintarnos la piel de ganas de comernos el mundo juntas.
Julia Tiraboschi nació el 19 de octubre de 1994, en el Valle Catamarqueño. Desde temprana edad se desenvolvió en el ámbito artístico, como actriz de teatro y en lo audiovisual. La literatura es un lugar que le permite transformarse, conjugar y cuestionarse aquello que la rodea. Su madre fue una gran influencia ya que acostumbraba leerle cuentos y poesía desde muy pequeña. En el año 2018 publicaron dos textos de su autoría en la Antología del II Encuentro de Escritores de la Nueva Generación. Actualmente estudia la carrera del Prof. En Letras y trabaja alfabetizando junto a brigadas educativas. Integra el grupo de teatro independiente “Mise en scène”.