El Guadal, sello editorial de la provincia de Catamarca, lanza la Colección Chinita. Victor Aybar, uno de sus editores dice: “Aquí la conocemos desde la primera persona del plural”.
Las chinitas florecen en muchos colores; desordenadas son hermosas, aunque también se las puede ordenar: juntar todas las anaranjadas, las rosadas, las violetas, las amarillas; zinnias, estoy escribiendo sobre las zinnias, por si en sus provincias no las llaman así. Las chinitas también son esas niñas o mujeres que dependiendo de la voz que la nombre puede ser un halago, un mimo o bien un reto. Aquí en Catamarca, desde El Guadal Editora hemos pensado en la poesía de las chinitas poetas que están escribiendo actualmente. He construido un jardín para dialogar, nos dice Diana Bellessi y eso es Chinita, la nueva colección de poesía que proponemos. Poetas catamarqueñas contemporáneas. Chinitas que escriben y viven poesía. Poesía en mil distintos tonos de verdes.
Emprendimos la tarea: unir a las chinitas, Celia y Estefanía, en una colección de poesía en verde. Esta colección, que reúne en un principio a dos poetas destacadas del medio literario de Catamarca y que sumará, más adelante, otras poetas mujeres, surge de la necesidad de dar cuenta del nuevo mapa literario. Estas autoras han adquirido una presencia tan fuerte que se vuelve indispensable dejar registro. Si bien tenemos los casos emblemáticos de mujeres pioneras como Emilia Azar de Hurtado, Hilda Angélica García, Rosario Andrada y María Elena Barrionuevo; en este momento están coexistiendo generaciones de poetas mujeres que están trabajando en una nueva sensibilidad dentro de la poesía catamarqueña.
Los dos primeros títulos de Chinita son La tierna ferocidad de los días de Celia Sarquís y Diestra de Estefanía Herrera. Ellas, poetas de reconocida trayectoria en el medio literario, cuentan con libros publicados, premios y distinciones. Celia Sarquís ha publicado los libros de poesía La voz del río (1988), Y le tira la lengua a la memoria (1996) y El Hueco en la piedra (2008). Sus dos novelas más recientes Eulalia, la rebelión de las polleras —editada hace cuatro años, lleva ya cuatro reediciones— y Felipe Varela, caudillo de la libertad, centradas en las figuras emblemáticas de Eulalia Ares de Vildoza y del caudillo federal, respectivamente. Además su producción abarca antologías, ensayos y literatura infantil, dirige grupos literarios y actualmente está a cargo de la Dirección de Bibliotecas y Archivo de la Provincia. Por su parte, Estefanía Herrera cuenta con su libro Desnuda (2021), libro que lleva ya tres ediciones por parte de la editorial tucumana Puerta Roja y ha sido becada por el Fondo Nacional de las Artes para completar su próximo libro Escribir la muerte; dirige el Ciclo de Poesía Verde Comunión y colabora en revistas regionales.
Como me enseñó Celia, una suerte de madre literaria, con las chinitas hay que cosechar y repartir sus semillas, plantarlas, regalarlas y dejarlas florecer. Ellas harán lo suyo. Estefanía, mi hermana de la poesía, me dijo que las manos como las palabras, aunque heridas, pueden reparar otra herida, mientras tejemos, bordamos una nueva idea de libro o poema. Estos vínculos, forjados allá en el 2011 bajo el ala del taller literario Los Innombrables que dirigía Celia y al cual junto a Estefanía asistíamos con la premura de escribir y ser guiados, se refuerzan hoy en estos libros de poesía. Esa madre literaria que es Celia para nosotros nos resuena completamente cuando leemos: quiero inventar unos zapatos/ cómodos, blandos, transparentes,/ quiero ver a mis hijas andar por la vida/con zapatos transparentes porque en el andar se ve lo andado.
Incluso estos vínculos se extienden no solamente en el valle catamarqueño sino que cruzan la ruta 38 para llegar a Tucumán, pasa el verde Totoral y llega a Santiago. Las poetas Zaida Kassab y Gabriela Álvarez, en el prólogo de Estefanía, escriben: “Diestra se lee entre versos cargados de una profundidad que nos obliga a cuestionarnos qué tanto hemos cargado y cargamos como mujeres con el poder de nuestras manos. La irreverencia se contagia y nos nutre”.
Celia Sarquís nos dice, al consultarle sobre su nuevo libro: “Siento que La tierna ferocidad… es casi una concepción de vida: asumir esa mixtura de sensaciones extremas que se da en la cotidianeidad de los días, no ya como una tensión, sino más bien como elementos integrados. Contiene mucho de contemplación, del ida y vuelta entre la naturaleza y el paisaje interior, de la relación entre poeta y mundo”.
Por su parte Estefanía Herrera sobre Diestra nos cuenta que “es el entretejido de historias de manos, desde donde escribo, son las manos que trazaron tramas en mi vida y en la de otros. Quizás también sea una manera de homenajear este instrumento que nos hace felices y nos conecta con un otre: escribir, tocar, abrazar, rozar, cocinar, acariciar. Esta propuesta llega en un momento donde reafirmo que la escritura también es una herramienta de resistencia, comunión y compromiso”.Frente a este momento adverso para la cultura por los recortes a nivel nacional, como editor rescato el esfuerzo de El Guadal Editora por aventurarse a definir y redefinir la escena literaria catamarqueña y les presento, a manera personal, —pero apoyado incondicional e indiscutiblemente por esta hermosa casa que hemos hecho de Guadal con Gonzalo Reartes, José Astrada y Laura Sali—, la Colección Chinita. ¿Qué hacer en estos tiempos de caos, individualismos y presiduende absurdo y violento? Las mujeres de mi vida me enseñaron lo siguiente: mirar el cielo y al horizonte para ver lo que se viene; guardar la fruta, la proveeduría, las semillas; proteger el brote nuevo, sostener el que quedó en pie. Sostener. Unir esfuerzos y también, ¿por qué no? Los refuerzos; y sobre todo tejer, tejer mucho para el invierno que se viene.