Desde hace ocho meses cerraron sus puertas museos, centros culturales, salas y espacios independientes en la provincia de Tucumán, la falta de protocolos y de voluntad política en la provincia han dejado a la vista la precariedad y el desamparo que sufren las artes visuales en la provincia.
La exhibición, visibilización y prácticas de producciones de las artes visuales han sido muy escasas o inexistentes a lo largo de estos meses, debido al cierre de espacios culturales y por falta de políticas de estado que no dieron soluciones a este sector en lo que va del año. A pesar de ello, muchos de los proyectos vinculados a las artes, sobre todo los proyectos independientes, de intervenciones, exhibiciones de obras, charlas, clases, seminarios y demás, continuaron desarrollando actividades (como pudieron) en todas las plataformas digitales posibles. La virtualidad les dio las herramientas que les permitieron a buena parte de los artistas seguir adelante con su trabajo. Pero estas iniciativas, como siempre, surgieron por parte de grupos o artistas visuales independientes que se organizaron para tratar de unir a su sector y buscar soluciones porque el estado no se las dio nunca, empeñado por comodidad o desidia, cerrando sus únicas fuentes de ingreso y lugares de trabajo. Tal fue la preocupación por este estado de emergencia que buscando organismos que los representen, un grupo de artistas visuales crearon la asociación de Trabajadores de las artes Visuales independientes de Tucumán (TAVIT), una entidad que viene a nuclear a los artistas de la provincia, y que está gestionando su personería jurídica en estos meses, herramientas que permitirían la contención del sector que vienen reclamando los artistas desde hace años por parte del gobierno. Así como también se llevó a cabo de manera colaborativa con artistas de toda Latinoamérica, desde las distintas plataformas virtuales de Trabajadores del arte latinoamericano, encabezada por el Curador independiente y crítico de arte Jorge Sepúlveda Tapia, un tarifario, que permite establecer precios de referencia para los servicios que realizan los artistas visuales de todo el continente, ya sea por parte de organismos o de forma independiente, y que ofrece una herramienta para reclamar pagos justos por sus servicios.
Pero también, para ser justos, debemos hacer una salvedad, ya que el diálogo con el Ente de Cultura de la provincia de Tucumán siempre estuvo activo con las organizaciones autoconvocadas, aunque estático en los hechos, impulsó actividades para las artes visuales, no podríamos incluir claro está la página web del organismo, donde en su galería virtual de artistas visuales de la provincia podemos encontrar tan solo tres, sí tres! y esto no es una broma. Pero si podríamos incluir la convocatoria para el 48° Salón de Tucumán para el Ámbito Nacional, así como aplaudimos la iniciativa del Ente de este mes de Noviembre (aunque nunca es tarde) por la invitación a la 1° Edición de la Semana de Artes Visuales de Tucumán que se realizará de manera virtual, como no podría ser de otra forma ya que se encuentran cerrados los lugares de exhibición, ofreciendo además dentro de este evento el dictado de talleres gratuitos online de formación para artistas tucumanos a partir del 28 de este mes, o la convocatoria becas para el desarrollo de proyectos artísticos que otorga el Ente. Es evidente, además de estas buenas pero muy tardías y escasas iniciativas, que lo que busca el sector es volver a la actividad, un reclamo que hizo bandera la Red de Espacios Culturales Independientes de Tucumán con el pedido de la ley de emergencia cultural, que después de muchos meses parece haber encontrado eco el pasado cinco de noviembre, al ser emitida la presentación del proyecto de ordenanza para habilitación y fomento de la actividad de los espacios culturales independientes por el municipio de San Miguel de Tucumán.
Suena todavía absurdo después de casi ocho meses de parate la idea de que sigan cerrados los museos, y sobre todo los espacios culturales a los cuales nunca el estado tuvo en cuenta o se preocuparon por establecer protocolos para permitir un mínimo funcionamiento de estas instituciones y espacios independientes, que dejó a muchas familias en la más completa ruina económica, sin dinero para cubrir sus gastos mínimos de subsistencia, llevando, en muchos casos a los mismos colegas a hacer campañas solidarias de colectas de alimentos para que esas familias pudieran comer, ¡sí, cómo lo leen, comer!!!.
Entiéndase que no es superflua la apertura de espacios culturales, museos o salas, porque no solo implicaría abrir el museo para su visita, sino la activación de la actividad y de muchos artistas que quedaron a la buena de dios, sin dinero, sin recursos económicos para cubrir sus gastos mínimos de supervivencia. La cultura es una industria y como tal también necesita políticas activas por parte del estado, que la cultura no sea solo un evento o un entretenimiento es lo que nos hace ser, nos otorga identidad, y como tal constituye un elemento esencial de ésta y cualquier sociedad.