«Mirar con mis dedos, escuchar con los pulmones» de Cecilia Villafuerte

Cecilia Villafuerte, artista visual, inauguró 2 de julio de 2022 la exposición “Mirar con mis dedos, escuchar con los pulmones”, bajo la curaduría de Alejandra Mizrahi. Dos voces hablan, en este artículo, de su lectura sobre la obra; por un lado, Alejandra Mizrahi y, por el otro, Andrei Fernández.

Mirar con mis dedos, escuchar con los pulmones

¿Qué hacer con la piel remanente del mundo? Me pregunto cuando veo a Cecilia cuidadosamente insertar/injertar retales de prendas dentro de redes casi imperceptibles. Superponiendo, compactando y amontonando una diversidad de fragmentos desechados, propone una nueva forma para aquello cuyo destino geográfico sería impropia y tristemente el desierto de Atacama. 
Cecilia aborda su práctica cultivando la respons-habilidad, trabajando en consecuencia y con las consecuencias, como diría Haraway, deviniendo parte de la vida de lxs demás. 
Pero, ¿es ella quien rellena y da forma a estos artefactos o son estos quienes le dan forma a ella? La correspondencia mutua de Cecilia y los artefactos, pone de manifiesto la reciprocidad y con esto, el modo en el que ella insiste en habitar el mundo. Siguiendo el hilo del problema,  Haraway nos dice: “Comerse mutuamente de manera adecuada requiere encontrarse de manera adecuada, y eso requiere una sincronización suficientemente buena.”
A propósito de esta cita, pienso en los placares de su casa colmados de retazos, algunos que ha traído del taller de su mamá y otros que ha encontrado antes de que se convirtieran en basura. Están perfectamente ordenados, comprimidos en bolsas que les dan forma, una forma determinada por el espacio que las contiene y por las demás bolsas rellenas. Hoy Cecilia fagocita, come esas bolsas, alimenta las telas con otras telas, las abre y encuentra una nueva configuración que hace renacer este deshecho. Arrecifes de coral o micelio, descomponerse y renacer en el mismo acto. Un ecosistema que se transforma gracias a la habilidad de la descompostura. 
“Hay que abrir los ojos de tus dedos y hacer tu propia experiencia de viaje por la sensibilidad” dice Elvira Espejo y me hace ver en las manos de Cecilia ojos que tocan y manos que escuchan el material. La alucinación que tienta la sinestesia. Tocar el sonido repetido del sabor que emana por los ojos de las manos. Un mundo construido interconectando cuerpos íntimamente desconocidos. 

Tocar es ser tocada. Afectar es ser afectada. Hacer es ser hecha con deshechos en el bucle del amor y la rabia.

Alejandra Mizrahi
Julio 2022


Dislocar los sentidos

La artista tucumana Cecilia Villafuerte inauguró el pasado 2 de julio su exposición “Mirar con mis dedos, escuchar con los pulmones” con la curaduría de Alejandra Mizrahi, artista, investigadora y docente que tomó en esta instancia el rol de curadora para generar un diálogo con Cecilia que posibilitó la toma de decisiones de la construcción formal y discursiva de esta instalación presentada en Tamañoficio, espacio independiente de formación, difusión y experimentación en oficios, artes visuales y escénicas coordinado por Alejandro Fanlo desde el año 2014 en San Miguel de Tucumán. 
Hay que bajar unos escalones para ingresar en esta sala de paredes oscuras, bajar con cuidado porque no se puede entender a primera vista exactamente dónde está el piso. La luz es tan tenue como la voz de Cecilia, como un susurro visual. Ahí adentro están amarradas, cosidas, a varillas de hierro unas nubes de color que parecen algodones de azúcar, hongos, pétalos, enaguas arrugadas. Alejandra Mizrahi escribió un texto que impreso en una letra muy pequeñita te podés llevar en una postal si visitas la sala. El escrito comienza haciendo una pregunta: ¿Qué hacer con la piel remanente del mundo? 
Alejandra describe la práctica de Cecilia como un acto de correspondencia con los materiales con los que trabaja. Cecilia cultiva su propia práctica como quién cuida una huerta, trabajando en consecuencia a una búsqueda, a una insistencia de cómo habitar el mundo: como quien cuida. Detenida en la contemplación y comprensión sensible de las consecuencias de sus gestos y el comportamiento de la vida y materiales que la rodean, que la alimentan, que la abrigan. Alejandra y Cecilia proponen juntas un bucle de amor (y rabia) en la interconexión de cuerpos íntimamente desconocidos que se acercan, que hacen crecer brotes, chispas, a partir de retazos, los bordes de los moldes recortados luego desechados, que conforman un compostaje poético.
El nombre de la exposición viene de un texto escrito por  Elvira Espejo Ayca llamado “Yanak Uywaña, la crianza mutua de las artes” que es parte de un trabajo de la autora con comunidades textileras del departamento de Oruro, en los Andes bolivianos. Ella explica el concepto de “crianza mutua” de los cuidados diferenciándolo de “domesticación”, que tiene la lógica del dominio del ser humano hacia la naturaleza, a la práctica del cuidado a otros seres vivosco como parte del este territorio que habitamos. Las plantas y animales al recibir nuestro cuidado nos devuelven cuidado a darnos alimento, oxígeno, abrigo. La reciprocidad como protagonista vital. 
Cecilia dice que trabaja con bienes y saberes, naturales y sociales. Que estos son los que nutren su pensamiento y así configura una cosmovisión particular que va tomando diversas formas y mutando. Siendo comprendidas primero desde su cuerpo, comprendiendo primero con el tacto y la mirada, luego con la escucha. Su práctica como artista nace desde un tejido que sostiene su propia vida y le permite realizar acciones compartidas. Ella asume la labor textil con una actitud de resistencia desde la cual se convida conocimiento para el cuidado, para el buen vivir. No solo para los seres humanos sino con todas las vidas con las que convivimos. 
Elvira propone también pensar en la crianza mutua de los pensamientos y de los sentimientos, pensar que cultivamos los pensamientos que están dentro de nuestro paisaje visceral, dentro de nuestro cuerpo-herramienta-imagen. En el mismo camino, Cecilia invita, desde el título de su propuesta, a salir de la constante racionalización de la experiencia y a prestar atención a esas conectividades y sensibilidades que nos llevan a nuevas creatividades, que se rebelan a los usos y sentidos aprendidos para poder crear y recrear, imaginar. 

Andrei Fernández


Cecilia Villafuerte es artista visual, trabajadora de las artes. Pertenece al colectivo La Lola Mora Trabajadorxs de las Artes, fundadora del dúo performatico Greco flash junto a Esteban Zelarayán. Estudió en la Escuela de Artes Atilio Terragni y en la Facultad de Artes UNT. Obtuvo la beca Impulsar Cultura de la UNT, año 2020. Becaria del FNA, año 2019. Obtuvo el Tercer Premio Adquisición, año 2016, del XIIº Salón de Arte Contemporáneo del Bicentenario del MUNT y Mención del Jurado, año 2007, en el IV Salón de Artes de la UNT. Participó de múltiples muestras colectivas y salones nacionales. Durante el mes de septiembre, se encuentra realizando dos muestras individuales: Manifestación, en el Galpón 2099, y Tejidos de resistencia en el Centro Cultural Virla.


Alejandra Mizrahi es artista, docente e investigadora. Docente en la Tecnicatura Universitaria en Diseño de Indumentaria y Textil de la Universidad Nacional de Tucumán. Compiladora y autora del libro RandAcerca (Edunt, 2019). Co-Autora del libro Randa: tradición y diseño tucumanos en diálogo (Edunt-Idep).
12 julio


Andrei Fernández (1983). Curadora, artista visual y gestora intercultural. Licenciada en Artes Plásticas (UNT). Realiza estudios de posgrado en Antropología Social y Política (FLACSO).
Trabaja en, y desde, el norte argentino en proyectos en los que conviven la investigación etnográfica, la economía social y el arte contemporáneo proponiendo colaboraciones entre artistas, activistas e investigadores de Argentina, Bolivia, Paraguay, México y Alemania. Escribe intermitentemente para diferentes medios relacionados al arte contemporáneo latinoamericano.


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