Poemas de URBANO (Gogol, 2017)
Soledades
La multiplicación de intimidades muertas, algunas luces persisten mientras otras se agazapan tras las bocinas y los timbres. Un hombre y una mujer se advierten en la arena. Es el preámbulo de una nada ofensiva y sigilosa. La avenida se siente Evita “mis callecitas negras”, dice. En el bar piden la cuenta (el ocaso de una página blanca) Es mi vos y tu yo, en otros pechos y otros minutos.
Distancia
Odio la distancia con mi oxígeno, con mi saña. Un centímetro ya es distancia. La peleo, la espero por las noches detrás de ese arbusto muerto y la castigo con mis nudillos, con mis codos, con mis empeines, la muerdo fuerte / le arranco sangre / Ella se mantiene erguida y me grita, me humilla, me pisotea, me recuerda con voz cascada que hoy será otro día en el que no podré aferrarte a mí y leerte al oído alguito de Felisberto.
Poemas de LO AMARGO POR MIEL (Gogol, 2018)
Extravío
Una joroba de tierra Intenta calmar a los relámpagos rojos en el centro de un círculo de gente que danza al son de un himno cualquiera. Los pájaros no entienden, los fósforos se inundan así. Ni siquiera un obrero puede con ellos. Camino unos pocos metros, atravieso la puerta de acero, me asfixia esta bufanda azul. Y justo allí / allí / está naciendo tu extravío.
Mi propio gran bonete
A mí (a mí) se me ha perdido un lucero y lo tiene el cielo negro de mi ayer y el tuyo. Yo señor No señor Pues entonces quién lo tiene La sábana celeste con aroma a tabaco negro Yo señor No señor Pues entonces quién la tiene El golpe de la puerta que sonó a disparo a bala sin código a futuro sin ganas. A mí (a mí) se me ha perdido una música y la tiene la avenida con lluvia, tu abrigo de oferta, mi grito cobarde. Yo señor No señor Pues entonces quién lo tiene La muerte de cara lavada, falsa y pedante. Y no me digas que no. Porque te vi.
Poemas de NO HABRA CESADO EL RITO (Inédito)
Desierto
En un punto se fusionan los desiertos. Puede ser cualquiera de las hojas de la rosa o de la luz expandida que regresa y gime. Mi desierto te aguarda, niña mía, y es tu mirada aquel manantial que perdura / y que sufro / Las horas serán el cuerpo que completará la materia y la sangre. La muerte siempre a destiempo.
Ariadna y la furia
Amanecí en este laberinto sin pretenderlo. Sólo fui obediente a un camino que presumía claro. Fue larga la noche. Ni siquiera me atrevo a negar que he disfrutado. También. Tan sólo al rozar el espejo de soslayo y con deshonra he descubierto el hilo trágico y delgado que me arrastra hacia la luz y la memoria.
Poema para leer en el espejo
.atsitra nu oredisnoc em oN ,sàmon ìha rop atsah y olubmaed olòS .ritimsnart y rarficsed odnatnetni .ùt sere ocinù etra iM
La roca
El mar nunca contó con certidumbres. El mar sólo acudió. Una hora / tras otra / un día / tras otro / sólo atinó a ser mar. Una gran lágrima. Poco importó de qué aguas estaba compuesto. No pensó más en ventanitas. Sólo acudió por minutos y por siglos. Y la roca fue suya.
Raúl Alonso nació en 1963, es marplatense y actualmente reside en España. Es escritor, músico y cantante. Cursó estudios de Economía y de Filosofía y Letras. En 2005 se radicó en Madrid donde colaboró en revistas y dio forma a su poemario Estación Uno. A su regreso a Argentina cofundó la revista digital de cultura CIRQUE. En 2017 publica su primer libro de poesías, URBANO y en 2018 edita LO AMARGO POR MIEL, ambos en GOGOL Ediciones. En 2020 publica el libro de cuentos ALÉTHEIA, para AZUL FRANCIA Ediciones A partir de marzo de 2019 se establece nuevamente en España donde está en proceso de finalización de su primer novela.