Qué sueño es este, de Gigliola Zecchin, es una verdadera pieza de arte. Se trata de un poemario que evoca diferentes imágenes, en su mayoría, ligadas a la naturaleza de la contemplación.
La mirada del yo rescata numerosos detalles y los convierte en el centro de pequeñas composiciones que trazan una poética del asombro. Además del trabajo con el lenguaje, resalta la edición del libro ya que los textos fueron impresos en papel hecho a mano con fibras de algodón.
La tapa azul evoca el color del mar cantábrico en días soleados. Es una edición bilingüe –la traducción es al inglés– cuyos poemas revelan, con sus tachaduras, supresiones y superposiciones, el proceso mismo de escritura. Este volumen fue concebido en una experiencia de arte en Cantabria, España, y cuenta con una serie de dibujos realizados por la autora.
Agradezco a Gigliola Zecchin por este diálogo.
Gigliola Zecchin: Esto merece una sonrisa. En la estadía de arte (Arte en el Origen) las restantes artistas trabajaban con lo audiovisual. Cada tarde veíamos en una pantalla, el resultado de la tarea y todos escuchaban con atención mis poemas. Con imágenes solo verbales. Me desafiaron: «Ahora dibujalos». Yo acepté el reto. Lo único que había a mi alcance (estábamos en una zona rural cerca de las cuevas prehistóricas) era mi lapicera fuente de trazo grueso y mis elementos de maquillaje. Con eso dibujé y pinté, corriendo con saliva la tinta azul y aplicando los rojos, negros y rosados.
GZ: Quería un objeto de arte y pensé en los libros hechos a mano de Oriente que me resultan sensibles al tacto y bellos a la mirada. No industriales. El libro se expuso junto a las obras de mis compañeras y grabé para la exposición los textos del libro que se emitían desde una campana sonora si te acercabas a hojearlo.
GZ: Han sido horas de inmersión en el paisaje. Viajamos cada día a un lugar distinto. Nos detuvimos en las cuevas prehistóricas, en lugares salvajes de la costa frente a las rocas que emergen del agua inquieta como criaturas vivas, todo un día junto al nacimiento del Río Ebro, otro entre altísimos árboles viendo la marea subiendo por las rías de la costa y subimos a las cumbres más altas de Europa, donde escribí rodeada de nieve…Todo ha sido inspirador y emocionante.
GZ: Un hermoso aprendizaje, también ha sido traducido al Italiano (hicimos con Silvina Pérez, la editora de Molino de Pan, una nueva edición muy reducida con ambos idiomas). En los dos casos pude hablar con los traductores: Julia Garzón Funes, una gran maestra y Lorenzo Carta, que trabajó desde Alemania. Son poetas con los que tuve largas y jubilosas horas de consulta e intercambio. Una de las razones es que mis poemas son breves y económicos en cuanto al lenguaje y otra es que no hay puntuación. Esto requiere algunos debates acerca del sentido y la función de algunas palabras. Es donde pude volver a sentir el peso precisamente de cada versos en, a veces, su doble sentido y en la imposibilidad de traducir fielmente. No hay fidelidad en la poesía, sino recreación. Eso sí, el autor del poema debe ser fiel a sí mismo, siempre.
Sobre la autora
Gigliola Zecchin nació en la ciudad italiana de Vicenza en 1942 y reside en la Argentina desde 1951. Es escritora, periodista cultural y autora de numerosos libros. Conocida en los medios de comunicación con el seudónimo de Canela, hoy –después de trabajar más de 50 años en televisión– se encuentra abocada a su otra pasión: la literatura. En 2020, Ediciones en Danza publicó su Poesía reunida (2020-2000).