Metamorfosis
Un vaho dulce sale de la boca de mi padre lo huelo ensanchando las narinas hasta su limite Narinas es una palabra curiosa na-ri-nas la repito hasta que pierde sentido y todos me miran ¿Qué hago diciendo algo cuando no hay nada más importante que la muerte? La boca de mi padre ahora es dulce de una dulzura sintética de pegamento instantáneo como de mentira Cómo huele la lagrima de mi hermana tendida sobre él tragándose el vaho, la dulzura y la muerte sin quejarse la absorbe e incorpora Mi hermana es una lagrima tiene forma de gota resinada se le ensancharon las caderas, no tiene cara ya no es más bella.
Imaginería
En el monte el humo habita más que yo me acuesto en un rinconcito como gato enroscado mi cola inmóvil mi cuerpo reposando perdí el estado de alerta no hay nada que amenace o importe me alimento con mesura mi virtud es vivir en un eterno término medio nada malo me pasa no hay logro ni recompensa la noche me hace dormir la luz despertar nada pasa a veces imagino me represento el peligro soy una cebra este león es el más grande que he visto debo correr o morir elijo la huida las patas traseras hacen ruido de taco tac tac el monte santiagueño me arropa hay una tusca sobre mi me mancha las rayas con pintitas verdes soy un animal nuevo habito un poco más de espacio de tiempo en este lugar el león me pierde de vista descanso la imaginación puede ser peligrosa sangra la herida que me hice
Victoria
No es fácil construir una vida que valga la pena ser vivida No es fácil retroceder de la cornisa dejar de repetirte por qué lo hiciste por qué no o por qué dejaste que lo hicieran. Construir una vida a sabiendas pasajera porque ya que estamos acá porque por qué no sin saber para qué sí. Si pensara en mi madre, quizá (pensá en tu madre pobre santa que te lo dio todo) renunciaría a la dulzura del caminar cansado apagando incendios Pero por qué habría de hacer todo eso que no sé si vale la pena del otro límite atravesar el corte, la sangre hecha cicatriz mi padre, mi madre para pedirte que me ayudes a vivir una vida que valga aunque sea un poco más ser vivida
Belén D’Alvia nació en Santiago del Estero en 1997. Estudia la carrera de Filosofía en la UNSE. Ha publicado anteriormente en las antologías poéticas Todos los instantes y Pandemia de letras. También en revistas como Los inquilinos, Rumbos y la sección Letras santiagueñas del diario El liberal.
Correo: belendalvia@gmail.com