Este artículo es un sincero homenaje a Susana Cabuchi. El autor recupera un texto que nos cuenta cómo las palabras de la poeta son las semillas para generar sentidos y, desde la escritura en una escuela tucumana, hablarnos de la dignidad.
En su conferencia “La literatura en los tiempos del oprobio” Liliana Bodoc cita unos versos del poema “A los que vendrán después” de Bertolt Brecht para luego reflexionar sobre la palabra poética y política.
qué tiempo es este de hablar de los árboles es casi un delito porque significa silencio sobre tantos males…
Salvando las diferencias, porque Brecht estaba hablando de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, yo sentí que no se podía hablar de los árboles. Por lo menos que no se podía hablar solamente, apolíticamente de los árboles. […] La palabra no es apolítica. Porque la especie humana no es apolítica, por lo tanto el lenguaje humano no es apolítico, ni el predicado verbal, ni los pronombres, ni los recursos retóricos, ni la educación. […]
Arte, educación y política, son conceptos entramados y dependientes. Si la educación es vapuleada, es vapuleada la palabra de nuestros niños y nuestros jóvenes y con la palabra, sus capacidades, sus sueños y sus derechos. Entonces, la pregunta que todos nos hacemos, pero muy especialmente los escritores: ¿debe la literatura erguirse en defensa de la palabra atropellada? Quién sino. […]
Las reflexiones de Bodoc me resonaron en el instante cuando supe del fallecimiento de Susana Cabuchi, porque aplican integralmente a su última obra. El 21 de julio pasado fue presentado el libro SIRIA (Ediciones Barnacle, 2022), donde justamente la poeta cordobesa hace a la poesía erguirse en defensa de la palabra atropellada, de las injusticias, de las víctimas de la guerra.
En SIRIA están los orígenes, el orgullo, la memoria, la misericordia, la voz alzada, la solidaridad, la fraternidad, la lucidez. SIRIA más que un poemario es una denuncia de la barbarie, un triunfo del espíritu, un alegato de la condición humana, un clamor urgente de dignidad. La poesía de Susana, nos hace reflexionar y por ello se hace imprescindible.
Más abajo comparto el artículo “Leerse en los otros”, a modo de un sencillo pero sentido homenaje, publicado inicialmente en la Revista MONI (ARTE), vol 1, N° 4 (2020) donde se cuenta como la poesía de Cabuchi moviliza el espíritu para generar más poesía en el entorno de una experiencia de educación no formal. La poeta conoció la historia narrada en el artículo, en el FIDEO de 2019 logró conocer personalmente a los protagonistas, ella tenía la certeza que los poemas no son, como algunos sostienen, artilugios inútiles, sino piedras contra los Goliat de nuestras épocas.
En SIRIA, Susana nos hablará de árboles pero no de su belleza, sino que testimoniará de los olivos arrasados en mano del hombre que levanta la mano brutal contra otros hombres. En uno de sus textos nos dice:
“yo no sé si esto es poesía,
ni querida
es un grito.”
La poeta logra darle a su grito densidad estética pero más aún ética, logra que sus palabras sean germen de emancipación ante la enajenación, la indiferencia o la cobardía.
LEERSE EN LOS OTROS
Este artículo expone una experiencia educativa posible dentro de un espacio de educación no formal extracurricular en el marco de los denominados Centros de Actividades Juveniles (CAJ), uno de los programas socioeducativos dirigidos al nivel secundario, dentro de las llamadas políticas socioeducativas para la inclusión (1). Se presenta el caso de un participante del taller literario del CAJ donde queda expuesta la potencia de la apropiación de la lectura y escritura transversalizando asignaturas y disciplinas, esto dado por la formación de lectores bajo la premisa del acceso a la literatura como un derecho (2) y la escritura como una oportunidad de visibilizar las voces de los jóvenes empleando las herramientas de la lírica, donde la escritura va a permitir situarnos en nuevos niveles frente a lo escrito, es decir posicionarnos como productores de cultura y no como reproductores de sentidos únicos.
Una experiencia intensa del encuentro con la Literatura en la escuela
Lo que se narra a continuación es una experiencia de creación poética por parte de un alumno en un contexto favorable y catalizador de la misma, situado en la escuela secundaria pública Emilio Castelar, donde los sábados funcionaba el Taller de lectura y escritura La Curita Manchada (3) en el contexto CAJ. Los sucesos narrados transcurrieron en 2018 en San Miguel de Tucumán.
Todo comienza con un poema, con las palabras que elige una poeta para transmitir lo que siente y piensa, y continúa cuando un lector transita esa escritura y le embarga la emoción, en un fenómeno único e inenarrable; entonces las palabras del otro de repente se transforman en propias.
El espacio del taller La Curita Manchada (4) es la sala de profesores, no un aula, alrededor de una mesa iluminada por la luz de la mañana del sábado en una escuela pública. Se hace el intento de que se presente la poesía, pero también otros conocimientos que complementan la posibilidad de mirar, sentir, pensar y crear.
El poema seleccionado es de la poeta cordobesa Susana Cabuchi publicado en una página web (5). El poema es elegido para trabajar en el taller por su potencia y belleza, se llama “Siria” y permitió conversar sobre los mecanismos que conforman un gran poema pero también para que surja algo mágico, difícil de describir y que no siempre aparece, que es la poesía, eso que Juarróz nos dice en unos de sus poemas “No se trata de hablar / ni tampoco de callar: / se trata de abrir algo / entre la palabra y el silencio” (6).
El poema está dedicado a la prima del padre de la poeta, el padre fue un inmigrante sirio y la prima vive en Siria, allá lejos, rodeada de olivos incendiados por la guerra que desde 2011 sólo deja tumbas por todos lados.
Ese día en el taller los participantes ubican, primero, en un planisferio el Asia menor (toda la información está al alcance del teclado gracias a Google), los países que limitan a Siria, luego se realiza una breve reseña de la cultura de ese país, sus mezquitas, sus comidas y la historia trágica de la zona en las últimas décadas, y la intervención de las potencias con sus misiles telecomandados. La tecnología nos permite también la posibilidad de escuchar a la poeta en Youtube leyendo sus creaciones, denunciando las heridas y cicatrices que deja el horror.
El fragmento de una película explicita los conflictos religiosos en esa geografía: cristianos, musulmanes y judíos, todos con el mismo Dios, todos con la misma sangre tibia en las arterias y en las manos.
El marco está planteado, los lectores se enfrentarán al poema con el capital intelectual para poder transitar cada verso y el dolor que habita el poema de Cabuchi.
“Qué sé, qué desconozco para que ella repita varios meses después, Susana, no lo olvide –suena firme su voz en el teléfono– escriba sobre Siria. Qué espera, qué me pide? Hablaré de Quneitra, del pasto crecido sobre los escombros, de los testimonios del Golán? Ibrahim me muestra unos montículos de nada y dice: esta era mi casa. Por esta calle iba a la escuela cada mañana. Y señala la escuela, lo que debo creer que fue una escuela, cemento y hierros arrasados por las topadoras. De quiénes eran las tumbas? Cuántos lloraban entre los olivos? Alguien preguntó sobre la poesía después de Auschwitz, también yo lo pregunto desde las ruinas de Quneitra, sus hospitales muertos, sus calles incendiadas, las infinitas filas de cruces blancas sobre la vergüenza del mundo. De quiénes son las tumbas? Cuántos lloran entre los olivos?
Cuando termina la lectura del poema no hay palabras posibles, le sigue un silencio conmovido esa mañana de sábado, de CAJ en la escuela.
Hicimos algunos registros fotográficos de los pequeños libros cartoneros (7) que cada participante de la lectura se llevó con el poemario. Por medio de Facebook le comenté a la poeta cordobesa que habíamos trabajado su texto y recibimos de respuesta sus agradecimientos.
En el transcurso de esa semana de abril, Siria tuvo un brutal bombardeo por parte de las potencias: Trump, Macron y May fueron los responsables de que cayeran bombas sobre la milenaria Damasco y su población.
El sábado siguiente, los participantes del taller regresaron a la escuela angustiados ante la noticia de que en Siria, que ya no quedaba lejos, las bombas caían sobre la población civil, personas como ellos que amaban, sufrían, tenían hijos, padres, amigos. Recordaban que ahí estaba la prima del padre de la poeta. El poema había acercado la conciencia del horror de la guerra.
La foto de una pequeña que tiene en sus brazos una muñeca circula por las redes sociales, la niña despeinada y de carita sucia le tapa los ojos a su muñeca. La niña, dicen, es víctima de la guerra en el Asia Menor. Aún todos tenemos en la retina la imagen de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años muerto en una playa de Turquía, cuando con su familia en 2015 trataba de emigrar a una Europa de puertas cerradas, aún tenemos en la retina el cuerpo pequeño, frágil y solo de Aylan Kurdi muerto sobre la arena por escapar de la guerra.
Ezequiel, alumno de la escuela Secundaria Emilio Castelar participante de las actividades del CAJ (8), no sólo mira la foto en su perfil de una red social, sino que puede acercarse más al drama que vive la niña que tapa los ojos de la muñeca para que no vea el horror. Desde su sensibilidad, le pone palabras a esas imágenes y denuncia la injusticia, la crueldad y el dolor que sufren las víctimas de las guerras, surge así su poema, que tiene el siguiente epígrafe:
“Alguien preguntó sobre la poesía después de Auschwitz, también yo lo pregunto desde las ruinas de Quneitra” Siria, Susana Cabuchi
“Después de Auschwitz, no se puede escribir poesía” resuena como un eco trágico la sentencia de Adorno, pero el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial fue posible porque nadie gritó con poesía o sin ella los Holocaustos anteriores. Un par de décadas antes el Holocausto Armenio es un ejemplo de los dolores cercanos en el tiempo y el espacio que fueron acallados, quedando impunes los asesinos.
Cuando leo el poema, le pregunto por el título, pero Ezequiel no se había decidido. Como sugerencia propongo “La niña siria” y tengo de respuesta que era demasiado obvio, que el lector podía arribar a su intención con la información que proporcionaba el epígrafe. Terminó eligiendo acertadamente como título “Las dos Muñecas”, que potencia y completa ese artefacto que es el poema, porque una muñeca es un juguete, parece un humano pero no tiene humanidad, está vacía, es una cosa y como tal puede ser descartada, tirada a la basura, como las vidas de los débiles; en general son niños, ancianos y mujeres las víctimas sin escapatoria de la barbarie.
Transcribo el poema de Ezequiel Balasone (9):
Las dos muñecas “Alguien preguntó sobre la poesía después de Auschwitz, también yo lo pregunto desde las ruinas de Quneitra” Siria, Susana Cabuchi Siento que soy el polvo en el aire, siento que me desvanezco con él, sin hacer nada. Siento lo que escribo, y veo como cae con esas ruinas. Esta aterrorizada. Lo vio todo… Ya no cubren sus ojos y juegan solas entre los escombros. Abandonó la triste playa, y una muñeca aburrida, se va con el océano a buscar calma en el exilio. ( 23 de mayo de 2018)
Este poema es resultado de lecturas que interpelan (10), que incomodan, que duelen, que nos sacan de lo estático para convertirse en incomodidad, en interpelación y en dolor. Un poema nos puede anclar en la realidad y convertirse en mirada no superficial, alejándose del “me gusta” conformista, epidemia de los tiempos actuales caracterizados por la fugacidad y el instantáneo olvido, un poema puede trascender para fraguarse en denuncia del horror de la guerra, dicho de otra forma para convertirse en conciencia.
Consideraciones finales
La poesía como en estos dos casos, el poema de Cabuchi y el de Balasone, se enmarcan en una de las caras de la moneda de la otredad que es la alteridad, es decir, la condición de ser y respetar a ese otro, pudiendo ponerse en el lugar de ese “otro”, alternando la perspectiva propia con la ajena.
Por eso es necesario más poesía en las aulas, pero no para contar sílabas tan sólo y ser presas de la gramática, sino para poder mirarnos y reflejarnos en las experiencias de los otros. Leer poesía es un acto de acercarse a los otros así lo define José Emilio Pacheco en Carta a Geoge B. Moore en defensa del anonimato de Los trabajos del mar (11):
“Llamo poesía a ese lugar del encuentro con la experiencia ajena. El lector, la lectora harán o no el poema que tan sólo he esbozado. No leemos a otros: nos leemos en ellos.”
Este relato es una singular muestra de que el ejercicio de la lectura y escritura profundas y comprometidas en las escuelas puede resultar en una apropiación de saberes, y estas prácticas podrían permitir la reescritura de la cultura desde un posicionamiento activo, creativo y reflexivo.
Notas
1) El Proyecto Pedagógico CAJ fue hasta 2015 parte del Programa Nacional de Extensión Educativa. El Ministerio de Educación de Tucumán dio continuidad al programa de 2016 a 2018.
2) El derecho a la Metáfora. Lecturas: del espacio íntimo al espacio público. Michéle Petit. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.2009.
3) La Curita Manchada fue el taller de lectoescritura que se realizaba en el Centro de Actividades Juveniles (CAJ) de la Escuela Secundaria Emilio Castelar, se extendió desde 2013 a 2018, del que fui el moderador. Ver: https://prismadigital.com.ar/gente-que-inspira/curita-manchada/
4) El perfil del CAJ de la Escuela Emilio Castelar era el artístico, se trabajó con talleres de teatro, música, danza, muralismo, cultura andina y literatura, íntimamente vinculados. Donde la dinámica de trabajo consistía en la apropiación de herramientas de las diferentes disciplinas a partir de su transito con el objetivo final de la creación artística. Ver https://lapalta.com.ar/luchas-sociales/2016/5/15/cuando-sea-grande-quiero-ser
5) Puede leerse el poemario de Susana Cabuchi en la web Excéntrica: http://www.excentrica.com.ar/es/un-paseo-por-la-poesia-de-susana-cabuchi/ .
6) Undécima Poesía Vertical, I, 2; Roberto Juarroz. Poesía Vertical II. Emecé Editores. Buenos Aires. 2005.
7) En la Curita Manchada los textos seleccionados eran impresos y fotocopiados, luego encuadernados en formato A6 conformando un “librito” al que se le realizaban las tapas de cartón intervenidas con diferentes técnicas plásticas: pinturas, hilos, collages, etc; cada participante se llevaba su libro para conformar una biblioteca propia caracterizada por la diversidad de autores y temas.
8) Ezequiel Balasone se acercó inicialmente al CAJ para hacer deportes, al no presentarse esa posibilidad fue transitando la oferta de talleres, comprometiéndose finalmente con el de lectura y escritura. Actualmente es una de las voces incipientes del panorama literario de Tucumán siendo invitado a leer sus poemas en eventos y Festivales.
9) Poema que ganó el Primer Premio del Concurso Puru Samay 2018 y publicado en Puru Samay 2018, Escuela de Comercio N° 2 “Prof Emilio Barberi”.Tucumán. 2018
10) Elogio de la dificultad: formar un lector de literatura en La lectura, otra revolución. Espacios para la lectura. María Teresa Andruetto. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 2015
11) Los trabajos del mar. Poesía IV (1979-1989). José Emilio Pacheco. Colección Visor de Poesía. México. 2014