Poiesis es una revista que surge como efecto del taller de escritura gestado a partir de un convenio de la Secretaría de Unidad Ejecutora de Programas y Proyectos Sociales con las organizaciones Sociales del Barrio Juan Bautista Alberdi Norte e instituciones estatales. El taller tiene la finalidad de brindar un espacio para jóvenes en conflicto con la Ley penal que tienen como condición para su libertad el cumplimiento de una probation. La propuesta ofrece como tarea comunitaria la posibilidad de asistir a un taller de escritura en vista de la realización de una publicación anual en formato revista, nos cuenta la Psic. Isabel Brizuela.,
Si bien puede tener una forma de proyecto, el mismo contexto en el que se desarrolla hace que en la práctica opere como un dispositivo; la experiencia de la territorialidad para proyectos sociales impone muchas veces el uso de estrategias para complementar el objetivo estructural que es el de promover derechos que para jóvenes con un trayecto de vida desarrollado a la par de las instituciones es un proceso complejo de construcción de identidad y de autonomía. Es por esto que en ese marco es interesante profundizar muchas veces sobre las modalidades con que se interviene y el desafío de poder construir acuerdos y sostener estas dinámicas con los jóvenes. Generalmente en este tipo de dispositivos si bien es necesaria una planificación a mediano plazo, muchas veces los espacios y tiempos institucionales generan interrupciones o rupturas de algunos procesos. En este caso Poiesis tiene ciclos de diez meses desde donde sostienen un espacio de creación de tres momentos, instancia de escritura, de reescritura y un espacio o momento dedicado a la oralidad que es de suma importancia. En cada taller hay una intención programática, un disparador planificado bien sea un relato, una poesía o una canción; es aquí cuando la dinámica nos permite enlazar este disparador a fragmentos de memoria o un instante emocional desde el cual abordar el proceso de elaborar un texto, muchas veces independientemente del formato la importancia subyace en el registro mismo.
La poesía no sabe qué es un poema ni qué es un ticket o un estante se esconde en la puerta con olor a pis de la estación de servicio y se monta en la birome donde la piba le escribe en una servilleta su número al playero se cuela en el chiste del vendedor ambulante que ofrece encendedores y rimas para poder juntar unos pesitos antes de que caiga el sol o él -lo que suceda primero rebota por el asfalto salta de mochila en mochila titila en las pupilas del niño que mira el mundo por primera vez a través de la ventanilla del colectivo se amotina en las prisiones académicas y se fuga, como un perro famélico por la calle de tierra hacia el latido inasible de las amantes que se besan sin permiso ni vergüenza se desliza por la comisura hacia la saliva con la que el pibe lame el lillo antes de darle la sequita de la suerte para romperla hoy en la batalla de la esquina
Lo que generalmente aparece es la intención de graficar o fotografiar instancias de los trayectos personales de los pibes, eso que se mira dándole legitimidad; poder extraer esto en el marco de estos espacios sirve fundamentalmente como un refuerzo interior a una realidad que muchas veces es inabordable, es entonces cuando aparece lo poético como gesto de identidad, como un acto de estética genuina y propia de lo que de otra manera no se podría ver.
Raíces Un día se abrió la puerta la llave era un hecho una mordida nomas cerrándose cortando raíces bajo ojos despiertos
A medida que el proceso va profundizándose en muchos jóvenes comienza a mostrarse una capacidad simbólica en las imágenes, ya no está solamente esa poesía de descarga, de relato de un estado interior, comienza a aparecer una intención poética profunda a medida que el vínculo habilitante va generando esa confianza necesaria para dejarse ver de a poco.
Caminar sola de noche no salir de casa tener miedo no tener miedo creer descreer conocer a desconocidos no conocer a nadie soñar demasiado no soñar comer no comer limpiar demasiado no limpiar ¿Cuándo uno es normal?
Es súper interesante entender que este espacio fue el resultado de una demanda de los jóvenes, y además jóvenes que en cierto grado de conflictividad con la ley, requieren de las instituciones que muchas veces son expulsivas. Muchas veces se requieren dispositivos que tengan en cuenta las particularidades de los jóvenes y las subjetividades que están en juego y que estén pensados para estimular o despertar procesos de adquisición de identidad. Es importante trabajar desde principalmente el deseo en un contexto amable a las circunstancias individuales. Que la poesía pueda habilitarlos a decir más de sí mismos; que se les pueda facilitar espacios que no los violenten y que los impulsen a un proyecto saludable de sí mismos y darles otro presente a un pasado que si bien nos construye no nos determina
Poiesis ya tiene 3 números, se realiza anualmente con financiamiento estatal, y ha sido posibilitado por la construcción de acuerdos con otras instituciones a las que originalmente los jóvenes son destinados para cumplir con sus medidas. La obligatoriedad en este caso muchas veces no resulta en el cumplimiento de las medidas; poder encontrar desde lo literario y lo poético un espacio respetuoso de sus circunstancias particulares, habilitarse a sí mismos para trascender esas instancias, poder fantasear con que ya no saldrán en policiales de La Gaceta sino en las páginas de cultura. Para jóvenes en cuyas realidades es complejo manifestar lo que se siente, cuán necesario resulta como ejercicio de salud construir otra subjetividad desde la imagen, desde la música de su verdad.