Hace un tiempo estuve conversando con Verónica Manzone, actriz, directora, docente e investigadora teatral residente en Mendoza para el ciclo #TeatroFederal del programa Restos Diurnos (que pueden escuchar por aquí-> https://open.spotify.com/episode/0YmU4THRHlOqIXy98UXhh3 ) y entre tantas cosas interesantes que me compartió, nombró a una persona muy particular: Ernesto “el flaco” Suárez. Mi curiosidad se disparó cuando ella dijo algo así como que “todos sabemos que tiene un método, pero él dice que no”. Entonces me adentré a conocer su historia y su legado al teatro mendocino.
Ernesto Suarez es un hombre de teatro. Desde siempre ha estado presente en todos los circuitos: independiente, universitario, pubs, café concerts y donde más cómodo está, en lo barrial y comunitario. Más de tres generaciones de hacedores de las artes escénicas saben muy bien quién es. Sobre todo, en Mendoza claro.
Antes de “la beca Videla” como él menciona siempre que puede de forma irónica, fue director de la por entonces Escuela de Teatro, hoy Carrera de Arte Dramático en la Facultad de Artes de la U.N. Cuyo en la que también luego se desempeñó como profesor titular de diversas cátedras. A principios de los ´70 en el ámbito independiente, era parte de creaciones colectivas donde participaban hasta los mismos vecinos del barrio en donde se desarrollaba la puesta escénica. Quizás el ejemplo más significativo fue la obra “El aluvión” llevada a cabo por el grupo Arlequín (del que formaba parte Suárez) y los vecinos del barrio Virgen del Valle.
En su exilio -debido a la dictadura militar- como se mencionó, estuvo por Perú, Ecuador y Colombia, entre otros países. A su regreso trajo a Latinoamérica consigo y funda el grupo “El taller”, aún sigue vigente. La creación siempre fue permisiva, estaban las adaptaciones de textos clásicos de autor, y también el lugar para la experimentación e investigación. “Educando al nene” y “La huelga de las mujeres” fueron éxitos a finales de los ´80 y principios de los ´90. El grupo alquilaba un lugar en la calle Lavalle y llegaron a tener funciones tres veces por semana.
Ha representado, escrito y dirigido muchas obras para niños y adultos y dictado clases en forma permanente.
En 2015, fue su “debut y despedida” como actor de cine, en el film “Camino a La Paz”, junto a Rodrigo de la Serna y dirigido por Francisco Varone. Despedida en sus palabras porque la prisa y la chispa que maneja no se condice con el trabajo de cine, como pasa con el teatro, con ese constante aquí y ahora.
“El flaco”, tiene algo muy en claro: «Se puede hacer un teatro popular, para la gente, lo que no significa «populachero», algo vulgar o de mal gusto. Una verdadera herencia.
Fuentes consultadas:
- Manzone, M. V. (2018). Prácticas teatrales colaborativas en Mendoza. Noción de grupo y sus modificaciones. Telondefondo. Revista De Teoría Y Crítica Teatral, 14(28), 69-84. https://doi.org/10.34096/tdf.n28.5478
- https://www.diariouno.com.ar/sociedad/el-flaco-suarez-y-una-mirada-retrospectiva-su-cumpleanos-numero-82-n990893
Cerramos esta columna con “Aunque sangre la verdad” de José Lucano, de su disco “La travesía de los átomos”
¡Hasta la próxima!