En este momento me encuentro en El Mollar, Tucumán. La única proveedora de datos móviles que opera decentemente con una torre propia, no es la que yo contrato, por supuesto. De lo único que dispongo en el valle, en términos de información BIT, se corresponde con un archivo de conversaciones, imágenes y audios sin borrar en la tarjeta de memoria de mi teléfono celular y notebook. Uno de mis pasatiempos es redactar el siguiente texto, la materialización de una especie de collage de fragmentos de ideas que vienen orbitando desde más allá del confinamiento. Me resulta especialmente revelador que emprenda esta tarea, la de referirme a la obra de Zulu Souvenir, eximio sampleador, sin tener acceso a motores de búsquedas que propiciarían datos nuevos, sino acudiendo exclusivamente a un archivo restringido a información coleccionada, aparentemente, sin fines específicos.
A propósito de la originalidad, tópico que, tristemente, no sólo aún se discute, sino que retira premios otorgados en los tiempos que corren, recuerdo haber leído en un ensayo de Joan Fontcuberta que los primerísimos artistas japoneses firmaban piedras encontradas durante sus devenires, convirtiéndolas con ese gesto caligráfico en obras de arte. Aunque el propio Fontcuberta nos ha enseñado a desconfiar de todo, la semejanza entre el movimiento nipón y el hito dadaísta de R. Mutt es asombrosa.
Con respecto a lo anterior, recuerdo también que una de las pocas cosas que conservo al día de hoy del intrincado texto de Foucault Esto no es una pipa, es la distinción que le propuso Magritte en una de las cartas que intercambiaron entre las nociones de “similitud” y “semejanza”, alegando que no cabría la posibilidad de correspondencia total entre dos objetos.
Sigo.
En 1924, en su primer manifiesto, el surrealismo postulaba:
“Pero nosotros, que no nos hemos entregado jamás a la tarea de mediatización, nosotros que en nuestras obras nos hemos convertido en los sordos receptáculos de tantos ecos, en los modestos aparatos registradores que no quedan hipnotizados por aquello que registran, nosotros quizá estemos al servicio de una causa todavía más noble. Nosotros devolvemos con honradez el «talento» que nos ha sido prestado. Si os atrevéis, habladme del talento de aquel metro de platino, de aquel espejo, de aquella puerta, o del cielo. Nosotros no tenemos talento.”
Habladme del talento de un dispenser descargándose o de una mochila de un inodoro rellenándose o de un grillo encerrado en una habitación o de un tornillo enroscándose sobre fibrofacil, todos elementos de carácter netamente animistas con los que Zulu Souvenir ha producido piezas sonoras, oportunamente.
Lejos de mi contribuir con una nueva línea de tiempo de manifestaciones artísticas carentes de talento (mis favoritas, dicho sea de paso), por eso no voy a explayarme sobre la obra de Sherrie Levine, quien tomó la posta, a mi juicio, de Warhol, el pupilo más destacado de Duchamp, en mi humilde opinión, y mucho menos sobre el concepto de semionauta bourriaudiano.
Sin embargo, no voy a dejar de destacar a Guru y J Dilla.
Pienso en el déjà vú, esa especie de recuerdo instantáneo que se confunde con la propia experiencia inmediata como la expresión máxima del sampleo. Jazzmatazz y Donuts son referentes de un “estilo musical” intermedial o impuro, que se vale de recursos como los de la apropiación y edición cinematográfica, entre otros. Los LPs mencionados anteriormente pueden pensarse como redentores, ya que, al generar calor a partir de la activación de un vasto archivo sonoro, patrimonio comunitario de información netamente negra como el hip-hop, r&b, blues, soul y jazz, producen información nueva, inusitada, siguiendo a la teoría de la información. Al alejarnos de la muerte térmica podemos pensar en nuestros entrañables sampleadores como salvadores.
Alguna vez, le mensajeé a Zulu, muy entusiasmado, comentando con cierto interés cómo M. Serres en su Contrato natural, sorprendentemente, me había enseñado que el término noise tiene sus raíces en el francés y estaba inicialmente asociado al furor del guirigay (palabra netamente zulusouveniriana), es decir, una discusión barullenta. A lo que Zulu Souvenir, rápida y sagazmente me retrucó:
“Fuss: fuzz it’s a fuss with an electrical buzz. El fondo del cosmos es materia oscura y ruido blanco.”
Alineando una vez más al surrealismo, podemos postular que esta juntura de lo no familiar o incongruente genera chispa, una cantidad de electricidad. Dicha chispa, sin embargo, no es producida por la mano del hombre. El agente humano se limita a deslumbrarse delante del fenómeno luminoso. La escritura automática no se relaciona en absoluto con la compulsa entre el simbolismo y el expresionismo, no se afilia de manera alguna con la imaginación como algo que brota con un rayo inspirador del interior del genio artista creador ni es algo que genera una suerte de mundo paralelo, sino que la imaginación simplemente permite especular no sobre lo que las cosas son, sino sobre su potencia. En lo que podría ser la cosmopolítica de los pueblos originarios, los chamanes serían formidables traductores, inigualables diplomatas.
Por último, pero para nada concluyente, un hipotético diálogo entre Suely Rolnik y Zulu Souvenir:
S.R.: “La fuerza poética es una de las voces en la paradójica polifonía a través de la cual se delinean los heterodoxos e imprevisibles devenires de la vida pública. Éstos no cesan de inventarse, para liberar la vida de sus contratiempos que se forman en los focos infecciosos donde el presente se vuelve intolerable. El artista tiene una escucha fina para los sonidos inarticulados que nos llegan desde lo indecible, en los puntos donde se deshilacha la cartografía dominante.”
Z. S.: “Ese pegar la oreja al suelo para oír las manadas o grupos de jinetes… clásica sabiduría aborigen llanera. Como observar el mar retirándose previo a un tsunami o acompañar los movimientos del Sol y de La Luna u olfatear el ozono antes de una tormenta eléctrica y etc… Les signes están ahí… Los espejismos y, a veces, la sobrevaloración de lo visual , nos desvía de lo instintivo de la escucha en alerta y activa. Sirve par a la vida.”
Links de interés:
https://zulusouvenir.bandcamp.com/