La vida de Camille Claudel desde su llegada al mundo del arte no fue fácil, admirada, subestimada y olvidada en su tiempo. Fue discípula, colega y amante de Auguste Rodin, relación que la marcó de por vida, convirtiéndola en una errante entre la locura y el genio. los últimos treinta años de su vida los pasó sola recluida en un hospital psiquiátrico no pudiendo crear y esculpir nunca más.
Camille Rosalie Claudel Cervaux nació en Fère-en-Tardenois en Aisne, Francia el 8 de diciembre de 1864. Nacida en el seno de una familia burguesa se esperaba que la joven Camille fuese la mujer y esposa ideal, lejos estaba Camille de ello. Desde su infancia se perdía en aventuras explorando los alrededores de la casa familiar, modelando figuras en barro y usando a sus hermanos de modelos, el futuro poeta Paul Claudel y la pianista Louise, como diría Paul años más tarde, parecía que desde pequeños los hermanos Claudel ya tenían decidido su vocación. Desde pequeña manifestaba su vocación por la escultura, así como su carácter irreverente frente al status quo de esa sociedad francesa de finales del siglo XIX. La relación con su madre, una descendiente de sacerdotes católicos y familia de granjeros, nunca fue buena y se oponía rotundamente a que fuera escultora, a pesar de ello Camille encontró en su padre alguien que logrará entender su vocación y sustentar sus estudios.
A partir de 1881 con el traslado de la familia Claudel a Paris, Camille pudo tomar estudios con el escultor Alfred Boucher cuando tenía 17 años, y si bien no fue admitida en la Academia de Bellas artes, que solo era para hombres, fue a la en la Académie Colarossi, uno de los pocos lugares donde admitían mujeres. Ahí junto con su amiga inglesa Jessie Lipscomb y cuatro amigas más alquilaron un departamento al cual iba Boucher una vez a la semana a corregir los trabajos de este grupo de escultoras. Sin embargo el viejo maestro al ganar un premio en Roma, tuvo que buscar un reemplazo, dejando en su lugar al afamado y reconocido ya por ese entonces escultor Auguste Rodin, visitas que darían pie a una de las historias más famosas y turbulentas de la historia del arte.
El famoso escultor fue deslumbrado por la joven escultora, tanto que para 1884 Camille ya trabajaba en el taller Rodin, convirtiéndose en su ayudante, alumna, colega y amante a la vez. De esta etapa suele hacerse todavía la arcaica pregunta de ¿quién, influyó a quién?, dado que es una etapa creativa, expresiva e innovadora en la obra de ambos en la que a lo largo de la historia del arte solo se consideraba a Camille como una alumna que crece bajo el ala del gran maestro, despojándola de toda la influencia que ella ejerció sobre el escultor en toda esta etapa. Claudel a pesar de su corta edad y ser una aprendiz (19 años tenía cuando entra al taller de Rodin), es en este período cuando su obra alcanza la madurez y adquiere su sello personal, presente en obras anteriores ya, pero llegando a un nivel expresivo mayor. De hecho fue fundamental la presencia de Camille en estos años para el mismo Rodin y para el conjunto escultórico de los Burgueses de Calais y sobre todo la célebre “Puerta del Infierno” que se encontraba haciendo por ese entonces.
Camille luego abandonó el taller y Rodin alquiló una propiedad que le servía de estudio y de lugar para vivir su romance libremente apartados de la mirada de la sociedad, claro está que no hubieran tenido porque ocultarse pues era perfectamente normal, salvo por un detalle: rodin tenía mujer, Rose Beuret con la cual tenían un hijo, Auguste-Eugene que era dos años menor que Camille. A partir de acá la vida de Camille vino en declive, perdiendo un embarazo, que algunos autores afirman a causa de la insistencia de Rodin, ante las mentiras reiteradas del artista de abandonar a su mujer y sus amoríos constantes, sus celos se incrementaron y la llevó a desarrollar un tipo de paranoia persecutoria y obsesión con el escultor.
Camille abandona a Rodin, sin romper totalmente, cosa que sí hará en 1899, debido a su hartazgo y a las críticas constantes de su familia. En esta época es cuando Camille por comisión del estado Francés crea el conjunto escultórico La edad madura que causa un escándalo, y que el mismo Rodin, según afirman algunos historiadores, intervino para ante el ministro de Bellas Artes para cancelar la fundición en bronce de la pieza. La obra en cuestión mostraba a una mujer joven de rodillas suplicante ante una figura masculina impasible que se aleja acompañado de una figura femenina de más edad con el rostro tratado de manera más expresiva. De más está decir que esta pieza artística exponía el triángulo amoroso entre la artista, el escultor y su esposa.
Durante este período Camille abre su propio taller y ejecuta encargos a pesar de su situación económica inestable, algo que será moneda de cambio el resto de su vida, aunque participa de los grandes salones parisinos, ganando reputación como escultora, incluso alabada por los críticos de arte Octave Mirbeau o Louis Vauxcelles. A pesar de una etapa intensa de trabajo, su talento se la sigue subestimando acusando a sus obras como meras copias del estilo de su antigua pareja, la discípula o solo como la amante de Rodin.
Durante estos años de crisis económica y episodios de desequilibrio mental, conocerá al compositor Claude Debussy, con él mantendrá una gran amistad. A comienzo de 1900 y previo a la reclusión de Camille por los episodios más frecuentes de ataques de locura en los cuales llega a destruir gran número de sus obras a martillazos por temor a que Rodin le robara sus ideas, esto sumado a dejar de alimentarse por temor a ser envenenada por el escultor, que según Camille entraba en su casa para robar sus ideas mientras ella no estaba. Su familia, sobre todo su madre que nunca aprobó sus acciones y sorprendentemente su hermano, el poeta Paul Claudel, quien era su confidente y hermano preferido, tras la muerte de su padre en 1913 (cuya muerte se enterará después de ser enterrado) la internarán definitivamente en la casa de salud de Ville-Evrard y desde allí será trasladada en 1914 al psiquiátrico de Montdervergues. Camille solo tenía 48. Pasará allí los próximos 30 años hasta su muerte en 1943. A través de cartas que hoy se conocen y que fueron enviadas a su familia, la cual nunca las recibió -eran devueltas o nunca se las enviaban- encontramos a la artista en perfecta soledad suplicando por ser liberada y poder trabajar, a pesar de las recomendaciones de los doctores y de sus amigos. En una de sus cartas enviadas a su amigo Charles Thierry en 1913 dirá:
¿Valía la pena trabajar tanto y tener talento para tener una recompensa así?
A. Rivière, A. & Gaudichon, B., Camille Claudel. Correspondance. París, Gallimard, 2014
Imágenes museo Camille Claudel www.museecamilleclaudel.fr