Didascalia 9: Jugar con fuego (teatral) siempre está bien

A inicios de los años 70, Nicolás Pereda y Jorge Peragini llevan a cabo un sueño en la tierra austral de nuestro país. En el cine y teatro San Martín de la ciudad de Ushuaia presenta “La polilla verde”, una comedia clásica de Goicochea y Cordone del año 1954. 

Esta inauguración teatral sella el destino para siempre del grupo TEF (Teatro Experimental Fueguino). En esta primera fase, y hasta aproximadamente el año 1988 la búsqueda siempre fue, podríamos decir, de manera intuitiva hacia la representación del teatro nacional. Es decir, obras ya escritas por otros autores.

Mónica Sándali Noé

A partir de 1985, es cuando comienza la segunda fase y el núcleo de lo que se podría considerar la distinción de este grupo teatral. Se incorporan dos fundamentales aún vigentes en la escena provincial y nacional: Mónica Sándali Noé y Eduardo Bonafede. El elenco y direccionamiento deja de ser en tanto intuitivo para adquirir una plasticidad y por ende evolución o perfeccionamiento en la actuación, esto por parte de Sándali Noé y la búsqueda y concreción de la dramaturgia del propio territorio por parte de Bonafede, ahondando en las características de los isleños del día a día, una suerte de conjunción entre las risas y la angustia. Realismo, ante todo.

Eduardo Bonafede

Por supuesto que clásicos de la escena teatral de todos los tiempos tanto foráneos como nacionales fueron degustados escénicamente. Así podemos nombrar a La valija de Julio Mauricio o La cantante calva de Ionesco.

Aún así, la marca registrada de lo propio empezó a fluir con presencia, este binomio teatral ya mencionado estrenó Aquellas cartas… y fue un suceso. 

Esta puerta, le abrió el paso a la creación de otros grupos con sus estilos e improntas que derivó en una asociación sin fines de lucro denominada ACTUAR justamente para cuidar todo lo realizado fomentando la capacitación, la producción, actividades pedagógicas e intercambios culturales.

Innumerables elencos, formas, estéticas y realizaciones han pasado y siguen pasando por la escena fueguina. Estas palabras con seguridad no le hacen justicia a esta increíble y rica historia sureña. 

Pero sin duda que sirve para colocar algún objeto pesado en el suelo, treparse a la pared cual niño y espiar con esa curiosidad e inocencia que es lo que pasó y está pasando ahí, en el teatro del fin del mundo.

Fuente consultada: Teatro fueguino: orígenes y consolidación de un campo en constante formación (1970 – 2007) – Lía Noguera AURA. Revista de Historia y Teoría del Arte – Nº 4 – Septiembre 2016 – ISSN: 2347-0135 – Pp. 54-75 http://ojs.arte.unicen.edu.ar/index.php/aura

Hasta aquí estimados lectores, será el periplo de estas columnas denominadas “Didascalia”. Mis disculpas por la inconsistencia de estas entregas. Ojalá a quienes lleguen estas palabras les despierte una curiosidad, un gesto de duda o pregunta por saber quienes fueron pioneros en esta senda del teatro nacional. Los saludo con afecto y cariño.

Juan M. Ramírez

Mi despedida será como siempre, musical, gracias por este espacio Zaida y Daniel.

Mecha Corta – Quiero ser tu gato

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