Breves notas de una lectura de El conjuro de las géminas de Vanesa Carballido. Sensaciones y emociones que deja la lectura de un libro de poemas que conmueven.
En los campos de Etiopía, científicos encontraron partes de un esqueleto de más de 3 millones de años, durante el festejo por el descubrimiento en la radio sonaba Lucy in the Sky with Diamonds de The Beatles, la ciencia nos dijo desde entonces que todos descendemos de esa hembra del África, que la abuela lejana de todos es esa mujer negra y cuyos genes ancestrales recorrieron paisajes y culturas donde las mujeres aun sin tener la tez oscura sufrieron por su condición de subalternidad; viene, también, a mi memoria aquel poema de John Lennon que nos dice “La mujer es el negro del mundo / Piensa en eso… haz algo al respecto” y El conjuro de las génimas parece una acción en respuesta a ese llamado. Un libro que a través de imágenes evocadoras y consideraciones personales, nos invita a reflexionar sobre la vida y nuestras propias experiencias.
Los poemas presentan una mirada «femenina» desde la cual se abordan temas relacionados con la identidad, la experiencia emocional y la conexión con la historia personal y colectiva. Con imágenes y pensamientos íntimos, los poemas van tejiendo y explorando la feminidad, la memoria, la maternidad y la relación con el cuerpo y la historia de las mujeres. En los poemas van a converger experiencias y emociones particulares donde la voz poética se erige, proporcionando una perspectiva única y sensible que refleja la vivencia femenina en su diversidad y complejidad.
En El Conjuro de las géminas los textos plantean cómo el cuerpo femenino se convierte en un sitio de memoria y resistencia, llevando consigo las huellas de la historia y la experiencia colectiva de las mujeres, donde resonarán ecos de fuerza y resiliencia.
El libro está estructurado en tres poemarios: Mujeres que me habitan, Cara de Loca y Des-tratadas, donde uno puede encontrar puentes temáticos, pero también claras diferencias, abordan temas sociales y problemáticas que afectan a las personas. El primer poemario explora la existencia, la identidad, el amor, la pérdida, la memoria y la conexión con los antepasados. Cara de Loca se centra más en la intimidad y las relaciones amorosas, mientras que Des-tratadas aborda el abuso, la violencia y la supervivencia. Los poemarios están acompañados por dibujos sutiles que con poco cuerpo sugieren al igual que los poemas. Para decir con contundencia no se necesitan miles de palabras al igual que con el dibujo, solo bastan unas pocas líneas para abrir ventanas que permitan mirar el mundo (los dibujos del interior como el de tapa pertenecen a Zaida Kassab).
Cuando uno lee poesía hay algo del lenguaje, que por extraño, lúdico, sonoro, desplazado, nos genera un estallido interno donde se conjuga el razonamiento y la emoción, de esa combinación se genera el hecho estético, acto que nos humaniza. ¿Y por qué nos humaniza? El poema nos acerca a ese otro que lanza sus palabras al mundo sin conocer a qué puerto arribarán. Entonces el texto en nuestras manos se transforma en un puerto que da cobijo y uno se encuentra con el poema, lo lee y si se produce el mágico fenómeno del abrazo con ese interlocutor (sin lugar y tiempo) de pronto uno se funde y es un poco ese otro. Pasará el tiempo y uno recordará el poema, por eso Horacio o Safo nos siguen dando abrazos cada tanto. En el libro Vida contemplativa de Byung-Chul Han hay un enunciado en el que creo fervientemente: “La información es la forma de actividad que tiene el lenguaje. La poesía, por el contrario, suspende el lenguaje entendido como información. En la poesía el lenguaje se pone en modo contemplación».
Regreso a lo particular de El Conjuro de las géminas, hay dos textos que luego de terminada la lectura del libro me resuenan, por esa extrañeza que es la poesía, ese conjuro que es la metáfora por ocultar y revelar al mismo tiempo. Y quiero compartirlos a continuación para que el lector de esta reseña intente abrazar el libro y sus poemas que impactan con contundencia y belleza a la vez.
Caperucita y el lobo él entró en la habitación exhibiendo sus colmillos en señal de advertencia/ ella se apresuró a quitarse el diminuto vestido/ una voz en el umbral interrumpió la escena —Señor, por favor, el servicio se abona anticipado/ el lobo sacó de su bolsillo tres billetes arrugados/ la abuelita los recibió y volvió a trabar la puerta/
informe de intervención LP veintiséis años indocumentada, con antecedentes de abuso intrafamiliar desde temprana edad sin redes de contención familiar y/o social consumo problemático de sustancias psicoactivas desde la edad de diez años/ tiene las huellas de todos los hombres marcadas en los muslos anoche rezó dice que no conoce el mar/
Vanesa Carballido, nacida en Tucumán, es escritora y abogada egresada de la Universidad Nacional de Tucumán, incursiona en las letras desde temprana edad. Como abogada se desempeña desde el año 2006 en la Secretaría de Estado de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia de Tucumán, fue miembro del equipo técnico del Programa de Asistencia Integral a Víctimas de Trata de Personas entre los años 2018 y 2021. En el campo literario, ha participado de las antologías poéticas Relatos de Mujeres 2 Contra la Violencia de Género y Confluencia Literaria. El conjuro de las géminas (Puerta Roja Ediciones, 2023) es su primer poemario.