1
¿Cómo se habita una casa abandonada? ¿A qué huele
el hambre sobre la mesa? ¿Quién enciende
los fuegos o limpia la fruta que cae de la rama al suelo?
¿Cómo se ama la voz que no responde
desde el otro lado de la puerta?
2
La sombra roja del árbol tiene la misma forma de mi sangre
la herida está llegando a la casa. Nosotras
doblamos la ropa, lavamos el suelo, cenamos
juntas, en el mismo plato.
3
Las alas de los pájaros y las cáscaras de cebolla comparten anatomía.
Lo descubrimos al soñarnos de ojos abiertos bajo tierra de cultivos.
Con el filo del cuchillo las desprendemos, las acomodamos
en fila sobre la tabla. Dicen que aburrimos la muerte y yo, pero esta tarde
vamos a intentar no ser tan trágicas. Con la punta de una aguja y el hilo
de su manto creamos guirnaldas. Las alas de los pájaros
y las cáscaras de cebolla, decoran la casa.
4
Intentamos mantenernos en silencio, hay
un retumbo de voz en las paredes
viene de afuera
de nosotras
lee poemas de abuelas
que se desvanecen
la voz es grave amorfa intenta
atraernos, con declamaciones
nosotras tenemos tapados los oídos. Tenemos sirenas
esta vez. La voz insiste se empasta no ve
que estamos las dos que estamos las tres
ensordeciéndonos.
Nos lee. Nos ama.
Nos lee. Nos ama.
5
Creí que había salido pero solo
me había aquietado. Está cubierta de matices
la casa, dispersos verdes
manchones de clorofila atravesada
de raíces colgajos campanitas del color
de los muertos, llaman insectos, me vigilan.
No se sacuden las casas
no pueden, se dejan enredar.
6
Sobre las rosas té, fruncidas y moribundas
la luz traza tajos cada vez más largos.
Yo llevo frutillas ásperas en los bolsillos
las huelen todas las aves saben el dulzor y chillan
¿Qué mastican? Ella dice
algo. Arriba de la mesa
platos florecidos alguna vez
sirvieron.
7
Los ojos de la muerte son esferas
una tiene la piel de lana
y la voz de los ancianos que conocí
la otra, la que no es de espejo
está destejiendo la mitad de mi casa
8
No hablábamos de vos,
hablábamos, del trayecto del humo en las tormentas
de los ocho cromosomas de las mártires el cinturón
de Kuiper -eso es estar verdaderamente lejos!. Mientras
llenábamos la caja de tus alas tiesas
con todas las flores que teníamos en casa.
9
No lloro
mi casa guarda el agua en las paredes
y en sus enormes jardines
verticales de musgo

Corina Paola Iglesias nació en Buenos Aires el 25 de octubre de 1975. Es poeta y artista plástica. Estudió Artes Visuales en la escuela Antonio Berni, en General San Martín, y actualmente cursa la licenciatura en Antropología en la UBA. Es parte del colectivo de poetas El Evento de la Musaraña, junto a quienes coordina el ciclo de poesía Resistencias, en la Biblioteca Popular Mariano Moreno, en el barrio de Sáenz Peña. Publicó los siguientes libros: Vida, poema cotidiano (Editorial Tipas Móviles), Los colores del fuego (Editorial Cielo de Pecas) y Variaciones sobre una casa (Editorial Mutanta).