Osvaldo Bossi, selección de poemas

El poeta viejo

Soy ese chico
de nueve años, que un día
se calló para siempre.
 
Escribir no es hablar, es
tender una cuerda
silenciosa. Es irse a otro
 
país --ni oscuro ni luminoso--
lejos. Es morir y resucitar
al tercer día. Es vivir de otro
 
modo. Ahora que ya cumplo
60, escribo como si
no hubiera escrito una sola
 
palabra nunca. Descubro
cielos, pozos encantados
en la cocina, mientras revuelvo
 
la comida o caliento el café.
Si antes estuve solo, ya
no lo estoy. Escribo para mí.
 
Alegre, aunque esté triste.
O al revés. Ser niño fue algo
hermoso (todavía lo es).
 
Ser joven, lo mismo. Pero
déjenme con mis años
finales, los poemas finales,
 
como quien regresa
de un largo viaje
(o no tan largo) pero
 
regresa. Como quien
al cerrar los ojos, los abre
y piensa “Es la primera vez
 
que algo así, tan
extraordinario, ocurre". Y
apenas lo dice, ya pasó.

Flash

Que llegue un día, un día, un simple 
muchacho que me quiera. No pido 
más que eso. Ni mares ni estrellas 
ni abismos ni fortunas. Sólo su sonrisa
 
de rufián esperándome en el café 
de la esquina. Sé bien que tanta literatura 
no me ayuda. Que vivo en un mar
de engaños. Que estoy más cerca
 
de la luna que de sus ojos. Pero Señor, 
sé bueno conmigo. Que un día al darme 
vuelta sobre la cama me tope con su 
cuello, o con el dedo gordo de su pie
 
--el más solitario de todos. No pido 
la fantasía de un chico eterno, no... ya no. 
Apenas el relámpago de su voz diciéndome
no sé, cualquier pavada por teléfono.

La canción más linda del mundo

Anoche mamá se me apareció
en un sueño. Alegre como una muchacha
de veinte, y ya había pasado los setenta.
Me dijo: Vine a decirte que estoy bien.

Que los muertos no nos pasamos
la eternidad echados panza arriba
mirando la noche. Que trabajamos
mucho, me dijo, para que allá en

la tierra no falte el pan, ni un techo
digno, para los que menos tienen. 
Y donde se abre un corazón herido,
ahí estamos, para barrer la oscuridad.

Yo ya no limpio casas, mugre ajena, para 
sobrevivir, pero abro todos los días 
una cocina de luz donde amasamos 
el pan. Es que en el cielo no hay injusticias.

Se terminó. Acá en el Cielo somos todos 
peronistas, Os. Creeme. Ni los ricos ni los gorilas, 
como dice la profecía, entran. Sólo los de buen 
corazón. Los de buen corazón… repetía

mi mamá. La voz amplificada, como en una 
película de Leonardo Fabio. Qué hermoso 
todo lo que me decís, mamá. Qué hermoso. 
Le decía yo, llorando. Que hermoso. Pero no

llores, me decía ella. Pronto voy a volver. 
Ahora tengo que hacer unos guisitos para 
los chicos del barrio. Y vos sabés que hago 
unos guisos fabulosos. Si mamá, siempre

me acuerdo de tus guisitos, le decía yo 
a mi mamá, llorando, mientras ella
cruzaba el cielo a toda velocidad, cantando, 
como no podía ser de otro modo, la marcha

peronista. La canción más linda del mundo, 
según Dios y según mi mamá, que picaba
la cebolla y cantaba, cantaba, como una loca,
todos unidos triunfaremos, muerta de risa

como ahora, en su panadería de luz.
 
(De “AGÜITA CLARA”, Gogymagog 2020)

Sé que tu casa queda cerca

Un poema que vuele
urgente
hasta tu casa.
No importa si lo leés o no.
Pero que baje
hasta tus hombros
como un hilo
de luz, una hoja
en la tormenta, un reflejo
sobre la taza de café.
 
(Ahora, por ejemplo, ya estoy
a la mitad. Hace falta
concentración
y un poco de fe, desde luego.)
 
Que pase como una nube
por tu ventana.
Que te haga apartar los ojos
y mires hacia ahí, donde
no soy sino un poco de aire
moviendo las cortinas.
 
¿Sólo eso? ¿Nada más
que eso, persigue
mi deseo?
 
Una palabra
como una gota de agua
y de luz, una gota
de sombra, entrando
por tus labios o
tus ojos. ¿Y luego?
 
Y luego..., nada.
A esperar que germine.

Bajo el cielo azul de puerto Montt

Si te toca un día
de sol, te toca 
la lluvia
con sus dedos 
de agua, te toca 
el pelo, la camisa 
recién planchada, 
te toca alguien, 
no importa 
quién, la nuca 
la rodilla, o tu perrito 
al verte
mueve la cola, mueve
las agujas del reloj, 
la nieve que guardabas
en la heladera
cae por la ventana 
de la cocina, en fin
si te toca
perder las llaves 
en el camino, 
y decir no, otra vez
no, y dormirte 
después, en sus brazos 
tranquilo
como no te dormías 
hace tiempo (qué maravilla)
si te toca partir, te toca 
regresar.

Siguiendo la ruta de un pájaro herido

Tres de la mañana. La hormiga
apoya su cabecita de humo
sobre una pila de hojas secas 
y cierra los ojos. Los hombros
cansados, después de llevar 
y traer, después de cruzar un puente 
altísimo y seguir. No importa la hora.
Como ella, yo espero que este mundo 
se termine de una vez. Por más lindo 
que sea. Que se termine. No digo 
para siempre. Un rato no más. 
Las pocas horas que duerme un obrerito 
de la construcción. Y que el sueño 
no sea una falsa puerta, donde al final 
como otras veces, estés. Hermoso, hermoso. 
Fumando, entre las sombras, tu cigarrillo. 

(De “SIN QUE ME DIERA CUENTA YO”, Patronus ediciones 2121)

UNA VEZ MÄS SANTA TERESA LO ESCUCHA CANTAR A ELI

Cuando Eli se mete en la ducha
y deja la puerta del baño 
entreabierta
para que yo lo oiga cantar, oiga 
 
el dulce chapoteo del agua
golpeando, acariciando
sus hombros, sus axilas, su pecho
 
como santa Teresa de Jesús, lo mismo
que ella, siento
un dardo luminoso
metiéndose de lleno 
en mí, el flechazo 
de Dios, es eso, es obvio
 
toda esa alegría ese dolor 
que no es dolor, es
otra cosa: cuando Eli sale 
de la ducha cantando 
 
y dice mi nombre, mi apodo
en realidad, las dos sílabas
 
desnudo o con una toalla
alrededor de la cintura 
oh Eli oh Dios… 
 
Por suerte 
me preparé toda la vida
para un momento así
 
de manera que
me acomodo plácidamente
en la cama, en el sillón y 
 
lo espero, lo miro, lo escucho 
reírse cantar 
a Eli!

LAS PREOCUPACIONES DE ELI

Si se afeita o si no
se afeita 
es un tema importante
para Eli. Otro, qué vamos a comer
cuando nos veamos
ya que el estómago de Eli
es una caja abierta, hermosa, sin fondo: come
y a las dos horas 
tiene hambre de nuevo.
 
Ahora viaja en taxi
desde su trabajo, una escapada
así almorzamos juntos, Os. 
Tenés ganas? Querés? 
 
Claro que quiero, Eli!
le digo mientras pienso
que acaso la felicidad esté 
ahí, en los intervalos 
que se abren
a la hora del almuerzo.
 
Eli comiendo conmigo
un jueves al mediodía.
Los platos y los cubiertos
ya listos sobre la mesa. 
 
La luz que entra 
por la ventana del bar, y los tiernos
alegres ojos de Elí 
posados sobre mí.

POR LO MENOS HOY

Dormí tanto tiempo solo
en la fría noche. Ahora no. Me acuesto
con Eli y despierto con Eli. 
Parece un regalo del cielo, yo digo 
que es un regalo del cielo. Cocinar 
con Eli, hablar con Eli de cualquier cosa, pero 
sobre todo 
escuchar música. Mis vecinos deben pensar 
que algo raro está pasando 
en el 2do 12. Y tienen razón. 
Antes, todo era tan silencioso aquí, y ahora
rompe el aire de la noche 
el zumbido incansable de las guitarras 
eléctricas. Es que Eli es puro 
rock and roll. En serio. Cuando canta, cuando
me pide que escuche las letras 
de las canciones que le gustan, y las repite 
palabra por palabra, sólo para mí. 
Entiendo que los vecinos de mi edificio 
estén tan confundidos. ¿Qué pasa 
en el 2do 12? Qué escándalo ese chico 
Eli, no? ¿Se dieron cuenta? Más que el ángel 
de la soledad, parece el demonio. 

AL FINAL YO TENÍA RAZÓN

Toda la vida se burlaron 
de mí, Eli. De mis anteojos, pero más
de mis ojos
que se entretenían mirando 
el pelo y los labios
de Raulito Lemos. 
Mi tío Carolo, mi tío
Serafín, mis sempiternos compañeritos
de grado, tan chistosos, tan 
burlones siempre. 
Que mariquita de aquí, mariquita 
de allá… Pura envidia, Eli. 
¿Quién duerme con vos
un domingo a la mañana, si no yo? 
¿Quién acaricia tus hombros
largamente, muellemente
si no yo, Eli? Ahora que revienten.
Eli paseando conmigo, meando 
conmigo, por las calles
de Almagro, como en un poema 
de Allen Ginsberg.
Y al final, era eso, solo eso. Pura envidia, Eli.
¡Ahora que revienten! 

ALGUNOS HAIKUS PARA ELI

El cigarrillo humea
entre sus labios. ¿Qué mirás?
El humo, Eli. Sólo eso.
 
*
 
Vamos a ser buenos
compañeros, nosotros. Me dice
Eli. De pronto, porque sí.
 
*
 
Dice además que soy igual 
al chico de la foto en la que tengo 
9 años. Ni un año más, Ovi, me dice.
 
*
 
Qué voy hacer? A los 60, 
soy un chico de 9. A los nueve, 
era un viejito de 60. 
 
*
 
Todo lo que Eli hace 
está bien. Y lo que no 
hace, está bien. Lo digo en serio. 
 
*
 
¿Hay algo más hermoso
que el cuerpo de Eli? Si, el cuerpo
de Eli cuando no está. 
 
*
 
¿Y tanto lío por un muchacho?
Hay otras cosas, más importantes
en el mundo, me parece. ¿Vos decis? 
 
*
 
Cada noche, subo 
despacio por su cuerpo. 
--Vení, caracolito.
 
*
 
Bendito el rocío
que se junta entre 
los brazos de Eli!
 
* 
 
En pleno otoño. Eli
es la primavera. Si, amigos.
Eli es la primavera...

(De “GURÍ”, inédito)

Osvaldo Bossi nació en Buenos Aires (Argentina) en 1960. Es poeta y narrador. Publicó los siguientes libros: Tres (Bajo la luna,1997), Fiel a una sombra (Siesta, 2001; Viajero insomne, 2014), El muchacho de los helados y otros poemas (Bajo la luna, 2006), Ruego por el tornado. Tres (Sigamos enamoradas,2006), Del Coyote al Correcaminos (Huesos de Jibia,2007; Editorial Folía 2010), Esto no puede seguir así (Letras Y Bibliotecas de Córdoba, 2010), Casa de viento, antología personal (Nudista, 2011), Ni la noche ni el frío (Textos intrusos, 2012), Chicos malos y otros libros (Editorial Conejos, 2012), Como si yo fuera su novia (Editorial Mágicas naranjas, 2013), Adoro (Bajo la luna, 2009; Modesto Rimba, 2017), Yo soy aquel (Editorial Nudista, 2014), A dónde vas con este frío (El ojo del mármol, 2016), Los poemas de amor que el Coyote le escribió al Correcaminos (Mágicas naranjas, 2018), Las estrellas celosas (Alción, 2018), Única luz del mundo, poesía reunida (Caleta Olivia 2019), Agüita clara (Gog y Magog, 2020) Un tonto deseo de amor, antología poética (Aranga Ranga, 2021) y  Sin que me diera cuenta yo, Patronus ediciones 2021. Forma parte de diversas antologías de poesía argentina y latinoamericana. A su cargo está la coordinación del ciclo de lecturas El rayo verde. Encargado de la formación en el área de escritura, coordina talleres de poesía en forma grupal e individual.

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