Pienso y luego disparo

Alejandro Gomez Tolosa

Alejandro Gómez Tolosa se define como un artista visual, hoy compartimos unas palabras de él sobre su relación con la fotografía.

Alejandro es un artista nacido en Tucumán, de la generación X, especialista en artes visuales con títulos obtenidos en Chile, España y Argentina, pero su formación no es solo académica, ha obtenido conocimientos también por su propia búsqueda, así se especializó en fotografía. Artista plástico de academia, fotógrafo autodidacta.

Ha realizado más de 300 muestras nacionales e internacionales (Bélgica, Francia, España, Japón, Australia, Estados Unidos, son algunos de los países en donde estuvieron sus exposiciones). Participó en más de 60 salones y obtuvo 34 premios, tres de ellos internacionales (dos en España y uno en Chile).

Fue Profesor en la Universidad Nacional Arturo Prat de Chile y en la Universidad Nacional de La Rioja, actualmente ejerce en la cátedra de taller I de la licenciatura en Artes Plásticas y de la licenciatura en Artes Visuales de la Facultad de Artes de la UNT.

—¿Por qué fotografía?

Alejandro Gómez Tolosa: En principio mi formación artística es en Artes Visuales,  dentro de las disciplinas del dibujo, la pintura y el grabado. Por tanto ya en mis trabajos iniciales, trabajaba con fotos, aunque de diferentes maneras. Para mí el mundo es prioritariamente visual. Desde que salgo a la calle y observo, todo pasa por este sentido. Mis primeros recuerdos son visuales y mi forma de ver  y de memorizar cosas es puramente visual. Entonces nada más natural para mí, viniendo de ese mundo donde la imagen es primordial, que haber entrado al mundo de la fotografía, como dije antes, de diferentes maneras.

—¿Autodidacta o formación académica?

AGT: Tengo una mezcla de ambas formaciones. Soy alguien que indaga todo el tiempo y la curiosidad me lleva por caminos impensados. Si bien tengo una formación estrictamente académica con la Plástica, no así con la fotografía. Y sobre todo en el campo que más me interesa, que es la edición y posproducción digital de las imágenes. Comencé en este camino en el año 1996 (año que me amigo con la tecnología digital y coincide con mi regreso a Argentina). No había nadie que pudiera ayudarme en este campo, así que arremetí solo, en base a publicaciones españolas (revistas que llegaban con un año de atraso!) como Arte y Diseño por Ordenador de Barcelona, la cual publico mis trabajos en el año 2000. Desde ahí en más fui encontrando bibliografía (La fotografía de digital de Alta Calidad de José María Mellado es la piedra fundamental de mi trabajo) y luego ya con el advenimiento de Internet, fue más profunda mi formación, a la par de una práctica en campo incesante. También realicé talleres con fotógrafos para afianzar todo lo que es inherente a la fotografía en sí.

—¿Qué lugar ocupa la edición digital en tus imágenes?

AGT: Bueno, como ya comenté antes, mi búsqueda dentro de la fotografía (a la cual considero un medio y no un fin) es la posibilidad de crear un universo totalmente alternativo. Mi pasión es la edición. La capacidad de poder alterar, mezclar, recrear, manipular; la imagen digital es una experiencia que me permite expresarme, como si de las artes plásticas se tratara. De hecho, estilos y maneras diferentes de tratar la imagen me ha permitido establecer un contacto con el mundo y poder decir lo que necesito decir. Por tanto podría decir que es el primer lugar…

—¿Disparo y luego pienso o pienso y disparo?

AGT: Invariablemente Pienso y luego disparo. De hecho mi forma de trabajo muchas veces exige un trabajo de planeamiento, de armado y de repensar una idea hasta que esta queda plasmada como yo la pensé. Y ahora podría decirte, también que hay cierto uso de la casualidad en algunas imágenes que tomo, que sé que me servirán en el futuro. Hay veces que veo algo, un lugar, un elemento, un edificio, que me va dictando una idea que luego pulo y redirijo hasta convertirla en una obra. También en este aspecto puedo decir que muchas veces acudo a ambas formas de trabajo…

—¿Analógico o Digital?

AGT: Hoy por hoy, con las ventajas que me da el digital para mi trabajo de procesamiento y edición, la respuesta es digital sin pensarlo. No soy cultor de la fotografía en el estricto sentido fotográfico (el disfrute de un papel particular, por ejemplo) pero si lo hago desde la edición y muchas veces desde la impresión de aquello que deseo mostrar.

—¿Si tuvieras que elegir un único lente, cuál sería?

AGT: Si me preguntás por un lente que cumpla con las pautas de trabajo, con la necesidad de calidad y con la posibilidad de conseguir tomas excelentes, puedo nombrar a mi 50mm f/1.4 sin dudar (aunque también amo el 85mm f/1.8 con el que consigo los retratos que me apasionan…). Y si me preguntas más, me fascina el trabajo con el 14mm f/2.8 que me ha dado grandísimas satisfacciones. Sin ellos y más un par más que poseo, mi trabajo no sería el mismo…

—¿Existe una influencia de la pintura en tus fotografías?

AGT: ABSOLUTAMENTE. Hay mucho de las pinturas de Caravaggio en mis obras (pintor que admiro y sigo) en lo que hace a la luz y a lo dramático. Puedo citar también a los pintores surrealistas, en lo que hace a mis composiciones, como a Lucien Freud en los retratos, a Jenny Saville en la cuestión de los planos y los cuerpos, mi obra también tiene una deuda con Courbet o Ingres y hasta Van Gogh en los colores que trato de utilizar. Me he formado viendo a estos artistas, disfrutándolos y los he transformado en mis influencias innegables, como el cine y sus imágenes que también han hecho su impronta en mi trabajo.

—¿Qué es para vos el acto creativo?

AGT: El acto creativo es un estado especial de la mente y el espíritu (si tal cosa existe). Lo que generalmente la gente llama inspiración, es parte importante de este proceso. Si pudiera describirlo es casi como un estado de ausencia o meditación mezclado con placer físico. Es la capacidad que tenemos de poder expresar una idea, de forma que en la otra persona (quien ve la obra) sienta fehacientemente o aproximadamente lo que queremos comunicar. Pero esto no es una cuestión divina de que la Musa toca tu puerta. No se puede trabajar y ejercitar. De hecho en mi Cátedra de 1er Año en plástica, he implementado desde este año Métodos Holísticos que permiten dicho ejercicio de la creatividad.

—¿Referentes?

AGT: En primer lugar, además de los ya comentados artistas Plásticos, puedo nombrar una serie de fotógrafos que me han influenciado. En primer lugar Joel-Peter Witkin, con sus recreaciones de obras. Annie Lebbobitz, cuyo trabajo admiro profundamente. Steve McCurry y su serie de retratos geniales. Cartier-Bresson, Diane Arbus, Chema Madoz. Mapplethorpe, La Chappele, Gonzalez Palma entre otros. Un sitio de honor tiene Robert Capa y James Natchwey, ambos fotógrafos de guerra. Me fascinan sus trabajos, tanto dentro como fuera de la guerra. Mención especial al trabajo paisajista de Panorámicas por Registro de José María Mellado.

—¿Crees que el artista tiene o debe tener algún compromiso social?

AGT: Pertenezco a una generación muy politizada, que buscaba expresarse a través de sus obras y poder decir lo que siente y como lo siente a la gente, no con el ánimo de ser un iluminado, sino de compartir este sentimiento. El compromiso social es un eje dentro de mi obra que no he abandonado nunca, si bien se ha propuesto de un tiempo a esta parte quitar ese compromiso de las creaciones artísticas. Cosa que no comparto en absoluto. El hombre es político y políticas sus expresiones (sin necesidad de que sea política partidaria). No entiendo un arte que no cause una emoción. Quizás suene a anticuado y demodeé como alguna profesora de Artes supo decir, pero no me interesan esas opiniones. Yo soy lo que soy y como soy gracias a la influencia que han tenido en mis artistas comprometidos con su época y su sociedad.

—¿Cuál es la condición del artista hoy en Tucumán? ¿Qué lugar ocupa el arte en Tucumán?

AGT: La condición del artista en Tucumán es complicada. La banalización de la cultura en general y las artes visuales en particular, ha hecho que estos deban buscar formas muchas veces alejadas de las artes visuales para sobrevivir. El artista si bien goza de un cierto mínimo respeto, aún no ha logrado ubicarse como un trabajador de la cultura, que también tiene un lugar importante en la sociedad. Y con el afianzamiento del Neoliberalismo en estas últimas décadas, veo que la cuestión de la valoración del artista por la cantidad de obras vendidas, está cundiendo como un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Y esto puedo decirlo con conocimiento de causa, veo a nuevos artistas solamente perseguir una meta económica, sin importar la calidad del producto que hacen y a artistas mayores plegarse a esta táctica. Y a veces me siento solo gritando al vacío. Pero esto no es solo aquí, es un fenómeno económico-cultural a nivel mundial. Y esto produce que el arte ocupe solo el lugar de mercancía u objeto de cambio económico y no del orden de la esencia misma del ser humano.

 

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