Erik Satie: un subversivo o un hombre que nunca olvidó jugar como un niño.

eRIK sATIE
ADVERTENCIA
Erik Satie
A cualquiera:
Prohíbo leer en voz alta el texto durante el transcurso de la ejecución musical. Todo incumplimiento de esta observación levantará mi justa indignación contra el petulante.
No se conceden privilegios.
El nombre de Erik Satie, me llega por primera vez escuchando un cd a inicios de la primera década del 2000, grabado por Melopea, donde el Cuchi Leguizamón contaba una anécdota sobre Satie. Otra vez en un concierto, antes de tocar el piano, El Cuchi, en un pequeño prólogo, decía: «Este tema se lo quiero dedicar a Erik Satie, ese francés que tanto queremos en Salta», con su acento salteño querible y personalísimo. Conocí a Satie escuchando al Cuchi Leguizamón, quien sostenía que el músico francés era un genio y que él se reconocía influenciado. Es muy posible que en alguna de sus zambas alguna armonía o un par de compases estén como homenaje al francés. Me gusta jugar e imaginar que si Satie escuchara la música de Leguizamón también le encantaría.
Muchos años después, una noche, siendo oyente del programa de radio de Alejandro Dolina, este contaba que el 1 de julio de 1925, cuando Satie murió, nadie había entrado a su habitación en Arcueil, zona sur de París, prácticamente desde fines del siglo anterior, el músico nunca había recibido ni una visita en su modesta morada. Después del entierro, sus amigos entraron por primera vez y descubrieron con asombro, además de muchas telas de arañas y toneladas de polvo, las siguientes cosas:
- 13 trajes de terciopelo gris, idénticos.
- Casi un centenar de paraguas jamás usados.
- Cartas de amor a Suzanne Valadon.
- Cajas de puros.
- Más de 4000 rectángulos de papel donde el músico había descrito, de manera meticulosa, paisajes imaginarios, palabras sueltas, dibujos, etc. En uno de esos escribió: Me llamo Erik Satie como todo el mundo.
- Partituras, cientos de ellas, algunas no publicadas y otras inconclusas.

Satie sigue inspirando a los artistas. Los papelitos de Satie inspiran a poetas. La editorial Caja Negra, en 2018, publicó Objeto Satie de María Negroni. Una apuesta desconcertante y arriesgada que llega a buen puerto. El nombre del libro es exacto, ni biografía, ni ensayo, ni poema, ni documento: objeto. Se encuentra conformado a partir del montaje de textos e imágenes, partituras intervenidas, mapas y grafismos. Un libro creado para el disfrute al mejor estilo de los papelitos de Satie.

El músico era un explorador sonoro, colocaba papeles entre las cuerdas del piano para lograr efectos y apagar el sonido. Satie era extravagante. Cuentan que la obra Tres piezas en forma de pera, de noviembre de 1903, surgió como respuesta a la crítica de su amigo Claude Debussy de que la música compuesta por Satie carecía de forma.
Tres piezas en forma de pera, en realidad está compuesta por 7 piezas, a saber:
1. Manière de commencement (Una forma de comenzar) – Allez modérément (moderadamente).
2. Prolongation du même (más de lo mismo ) – Au pas (ritmo de caminar).
3. Morceaux 1 (Pieza I ) – Suspensión (lentamente).
4. Morceaux 2 (Pieza II ) – En levé (individual).
5. Morceaux 3 (Pieza III ) – Brutal (brutalmente).
6. En plus (Qué es más ) – Calme (con calma).7. Redite ( Rehash ) – Dans le prestado (lentamente).
Como puede observarse cada pieza tiene indicaciones que no son las habituales (forte, largo, pianissimo, etc.) sino otras bastantes particulares. En el libro Cuadernos de un mamífero, conformado por textos de Satie y del que se tomaron los poemas que acompañan este artículo más adelante, en una de las notas al final del libro se comenta:
«El poeta catalán José Patricio Contamine de Latour, amigo inseparable de la juventud de Erik Satie, contó como este, jubiloso ante su descubrimiento, decidió un buen día reemplazar en sus composiciones, a partir de entonces, las indicaciones de movimiento habituales (lento, grave, pianissimo…) por expresiones de su invención (sin orgullo, con sorpresa, aún más blanco, si es posible…) que, en lugar de referirse a la técnica del intérprete, le indicarían el estado de ánimo más propicio para transmitir las verdaderas intenciones del compositor.
Después de vincularse, a finales de 1912, al pianista catalán Ricardo Viñes— el mayor intérprete de música contemporánea en el París de la época— y establecer con él un lazo de sólida complicidad, Satie afinó aún más su vocabulario, elaborando minuciosamente las supuestas “indicaciones de carácter”, donde el gusto por el absurdo convivía con el humor poético (sobre terciopelo amarillecido, de dientes afuera, lacado como un chino…).
Poco a poco estas “indicaciones” iban a desarrollarse hasta adquirir la dimensión de breves relatos que, bajo la apariencia de sainetes, daban, en realidad, la clave de las alusiones musicales contenidas en las partituras correspondientes.
Viñes, de temperamento místico y abierto a la comunicación subliminal, respondió perfectamente a la expectativa del compositor. Otros pianistas, en cambio, impresionados por el lado insólito, decididamente humorístico, de los textos que había introducido en los pentagramas, tuvieron la idea de emplearlos para mejorar el efecto sobre el auditorio leyéndolos en voz alta durante la ejecución musical. Según el testimonio de Darius Milhaud, el mismo Arnold Schoenberg lo hizo durante un concierto de música francesa en Viena. Pero si bien estas prácticas pudieron llegar a suscitar la simpatía y a veces la hilaridad de la sala, provocaron invariablemente la cólera de Satie, que no soportaba que se alterase la audición de su música, por mucho que fuera con sus propios textos.
Declaró pues, de una vez por todas, que aquellas indicaciones «eran— y debían seguir siendo— un secreto entre el intérprete y él.»
Las sugerencias o indicaciones de carácter, introducidas en los pentagramas no tenían otra intención que influir en el estado de ánimo al momento de la ejecución. Algunas son verdaderos hallazgos poéticos como puede observarse a continuación:
INDICACIONES DE CARÁCTER
A flote A la napolitana Abra la cabeza Acariciador Aconséjese atentamente Acribillado Acumulativamente Adoptar aire falso Afectando demasiada importancia Afirmativo Agitado Alegremente Alegría moderada Alto Aminorar con amabilidad Aminorar con bondad Aminore mentalmente Ampliando la cabeza Ampliarse Amplíe su impresión Amplio de miras Apaciblemente Apague Arrulle Atentamente Atrase despacio, sin ambages Atrase una hora Bailando Bajamente Bastante alerta Bastante encendido Bastante frío Beba Blanco Brutal Caeremoniosus Caiga hasta el debilitamiento Calmado sin lentitud Calmado y profundamente suave Cante Cante seriamente Casi invisible Claustralmente Como un animal Como un ruiseñor con dolor de muelas Como una suave petición Con asombro Con ceremonia Con convicción y una tristeza rigurosa Con deferencia Con dos manos Con el rabillo de la mano Con el rabillo del pensamiento Con energía Con entusiasmo Con fascinación Con fuerza Con la cabeza Con la mano en el corazón Con lentitud Con más soltura Con mucha seriedad y una gravedad cortés Con mucho cuidado Con precaución y lento Con sencillez Con ternura Con tristeza Con tristeza y fatalidad Con un candor recatado pero conveniente Con un profundo olvido del presente Con una gran bondad Con una justa cólera Con una ligera intimidad Con una sana superioridad Con una tímida devoción Con una tímida piedad Concentrarse en la renuncia Convencer Corpulentus Corra Cuidadosamente De cuerpo De lejos De lejos y con aburrimiento De lo alto de usted mismo De manera que obtenga un hueco De dientes afuera De un soplo De una manera muy particular De reojo y contenido por adelantado Despegado sin aridez Determinado Doble cuidadosamente Doble lentamente Empapar Empaparse En blanco e inmóvil En el gaznate En el más profundo silencio En la boca del estómago En las costillas En llamas En lo mejor En pleno pecho Engordar Enigmático Epotus Establecerse Esté como encendido Evite toda exaltación sacrílega Exaltado Fisiognómico Flotando Fríamente Fuera y doloroso Graciosamente Grandioso Guiñando el ojo Hábilmente Haga como yo Hipócritamente Ignorar la propia presencia lllusorius Imitativus Impasible Importante Indudable Inflexible Interrogue Intimidar Invitarse Irónicamente La cabeza entre las manos La espalda encorvada La mano sobre la cabeza de su alma Lacado como un chino Lágrimas en los dedos Latoso Lechuguino Lento y doloroso Lento y grave Lento y triste Ligero Ligero, pero decente Los huesos secos y lejanos Llano Lleno de sutilidad, hágame caso Llévelo más lejos Llore como un sauce Macilento de cuerpo Más blanco Más íntimamente Más pesado todavía, si es posible Melancólico Mirándolo dos veces Mirándose de lejos Misma afirmación pero más interior Misterioso y tierno Moderado y muy aburrido Modestamente Mover hacia dentro Muévase Muy aburrido Muy afectuoso Muy blanco Muy confuso Muy conveniente Muy cristianamente Muy perdido Muy reluciente Muy sinceramente silencioso Muy turco Naturalmente Necesariamente Negligentemente Negruzco No cambie de fisonomía No coma demasiado No demasiado sangriento No hable No pierda el norte No salga No se atormente No se engría No sude No tosa No trague Noblemente Nocturnamente Nocturnus Obedecer Obligatoriamente Opacus Oscuro Paedagogus Palidezca Pálido y hierático Para mirar de cerca, no más Paso a paso Paululum Permanezca (poco) justo delante de usted Pesado Por completo Positivamente Postule usted mismo Preciosamente Provéase de clarividencia Que su emoción sea suave Quédese atónito Rasque Rebote someramente Rehuya el sonido Respire Retire la mano y métasela en el bolsillo Sabiamente Seco como un cuco Ser visible un momento Seriamente pero sin lágrimas Siga sin perder el conocimiento Siga recto Sin grandiosidad Sin irritarse Sin lustre Sin maldad Sin nada de poesía Sin orgullo Sin ostentación Sin pestañear demasiado Sin prisas Sin que el dedo se ponga colorado Sin ruido, vuelva a hacerme caso Sin temblar demasiado Sobre la lengua Sobre terciopelo amarillecido Solo, durante un instante Sonría Súbase sobre sus dedos Subitus Substantialis Supersticiosamente Tan tranquilo Temblar como una hoja Tierno Triste Un poco caliente Un poco cocido Un poco rococó pero lento Valientemente fácil y complacientemente solitario Váyase Vea Verdaderamente Virtuoso Viscoso Visible por un instante
Erik Satie colaboró con varias revistas, entre ellas Vanity Fair. Los escritos de Erik Satie no existieron nunca como obra unitaria. Su edición en forma de libro parte de recopilaciones de artículos y manuscritos, aparecidos en publicaciones de la época, o pertenecientes a diferentes archivos, colecciones o bibliotecas. Estos textos fueron reunidos y establecidos por Ornella Volta (fallecida a los 93 años en agosto de 2020), se agruparon en dos libros Memorias de un amnésico y Cuadernos de un mamífero, de este último corresponden los siguientes poemas:
LA PESCA
Murmullos del agua en el lecho de un río. Llegada de un pez, de otro, de otros dos. «¿Qué hay?» «Es un pescador, un pobre pescador.» «Gracias.» Todos vuelven a su casa, hasta el pescador. Murmullos del agua en el lecho de un río.
IDILIO
¿Qué veo? El arroyo está muy mojado y los bosques inflamables y secos como palos. Pero tengo el corazón encogido. Los árboles parecen grandes peines mal hechos; y el sol tiene, cual una colmena, hermosos rayos dorados. Mas mi corazón tiene frío en la espalda. La luna ha reñido con sus vecinos; y el arroyo está empapado hasta los huesos.
Satie estaba dotado de gran intuición musical que compensaba su formación académica bastante precaria. Su paso por los cabarets, sin duda, hizo que su obra se centrara en lo simple y popular. Ingresó inesperadamente en el conservatorio a los cuarenta años para desconcierto de todos con el objeto de aprender herramientas de contrapunto.
Satie fue un personaje enigmático e incomprendido en su época, para algunos hasta la burla, pero cuando él sostuvo “he llegado muy joven a un mundo demasiado viejo”, es muy posible que no se haya equivocado. Aún hoy el arte de Satie es desconcertante. Al igual que Vincet van Gogh con Theo, Erik mantuvo una relación epistolar con su hermano Conrad, menor que él, al que le comentaba sus penurias económicas pero también revelaba sus auténticos sentimientos, por ejemplo en una carta le cuenta:
”Estaba harto de oírme reprochar una ignorancia que yo creía tener, en efecto, porque las personas competentes la señalaban en mis obras…
Heme aquí en 1908, con un documento que me concede el título de contrapuntista…. Me han insultado mucho en mi pobre vida, pero nunca fui tan despreciado. …antes había escrito cosas con un encanto tan profundo. ¿Y ahora? !qué lata! !¡qué pesadez!”

Satie fue parte de una epopeya: el Ballet Parade, donde confluyeron genios de distintas disciplinas artísticas para generar un punto de inflexión, no exento por entonces de escándalo, el ruso Serge Diáguilev aportó la coreografía, la puesta en escena de Jean Cocteau, Pablo Picasso colaboraba en el vestuario y en la escenografía, y Satie se encarga de la música. En medio de una orquesta que dirigiría el suizo Ernest Ensermet, se colaban sonidos de máquinas de escribir, tiros de pistola, botellas de leche y sirenas de barcos.
(Imagen: maqueta hecha por Picasso para la escenografía de Parade)
La première de Parade estuvo envuelta en escándalo, incluyendo un disturbio por parte de una minoría que estuvo abucheando y silbando antes de ser sofocada por el aplauso general. El crítico musical Jean Poueigh dio a Parade una crítica nada favorable. Satie muy enojado le escribió al crítico: «Señor y querido amigo – usted es un estúpido, un estúpido sin música. Firmado, Erik Satie». Esta ofensa le valió a Satie una sentencia de ocho días en prisión.

El poeta Guillaume Apollinaire escribió el programa de mano, que es otro elemento importante de esta epopeya. En el texto decía que Parade era una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las miméticas que constituía el heraldo de un arte por venir que daba lugar a una especie de SURREALISMO. Un par de años más tarde André Breton tomaría el término en otra secuencia de la cadena de la modernidad.
Una de las frases más conocidas de Satie: “Me llamo Erik Satie, como todo el mundo” nos recuerda lo que Georgie Borges le hace decir a John Vincent Moon, ese personaje veinteañero, flaco y fofo a la vez que daba la incómoda impresión de ser invertebrado; en “La hora de la espada”, cuento que pertenece a Artificios:
“Lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres. Por eso no es injusto que una desobediencia en un jardín contamine al género humano; por eso río es injusto que la crucifixión de un solo judío baste para salvarlo. Acaso Schopenhauer tiene razón: yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres, Shakespeare es de algún modo el miserable John Vincent Moon.”
Como curiosidad: su hermana Olga Satie-Lafosse, luego de una prematura viudez y de renunciar a la crianza de su único hijo, huyó en 1902 a Buenos Aires, donde vivió hasta su muerte en 1948, desempeñándose como profesora de piano, sostenía:
“Mi hermano fue siempre difícil de entender. Ni siquiera parece que alguna vez haya sido perfectamente normal.”
Juan Villoro en “La escritura desatada. Vila-Matas rumbo a Doctor Pasavento”, afirma:
“«Me llamo Erik Satie, Como todo el mundo»… Ser Satie es ser irrepetible, esto es, encontrar un modo propio de disolverse hacia el triunfal anonimato, donde lo único es atributo de todos”
En el siguiente link puede escucharse las Gymnopedies 1,2 y 3
En el siguiente link puede escucharse Tres piezas en forma de pera:
Daniel Curto (compositor contemporáneo argentino e integrante de MIA) versionando la Gnossienne 1 con instrumentos orientales para experimentar con la sonoridad.
En el siguiente link https://imslp.org/wiki/Category:Satie,_Erik, pueden descargarse gratis muchas de sus partituras para distintos instrumentos.
2 ideas sobre “Poesía: Metáfora y resistencia IV”
Maravilloso Gustavo!! Qué fascinante todo lo que sacaste a la luz de este músico genial
Excelente nota Gustavo Luján!!! Desconocía este aspecto de Satie que tanto me gusta, me habia quedado en su música, quizás en el umbral. Ahora me gusta mucho más!!!! gracias!!!!