Punta del Este, poemario de Juan Páez publicado por Apóstrofe Ediciones durante el 2021 donde se conjuga el minimalismo y la extensión infinita del mar.
Desde su puerta de entrada primera, título y tapa, Punta del Este marca una coordenada geográfica precisa y nos predispone de alguna manera al viaje.
El poeta nos cuenta en el epígrafe, a modo de nota que abre el recorrido, el origen de estos versos: escritos durante una estancia en la ciudad costera de la República de Uruguay en 2018. Nos lleva así a lo íntimo del proceso, agradece a la Biblioteca Municipal donde pasó las tardes corrigiendo lo que llama aquí “textos en miniatura”.
Sobre la clasificación de los textos del párrafo anterior volveremos más adelante, antes nos detenemos brevemente en el libro objeto: su disposición horizontal nos recuerda un álbum tal vez, protegido por su tapa dura, coraza del tiempo y del uso.
Cecilia Bajour a modo de prólogo nos abre una ventana a lo que vendrá y, certera, señala entre otras cosas el minimalismo estético unido al azul tipográfico.
Grandes espacios envuelven los poemas. Poemas mínimos, sonoros: como olas, marcan en azul el ritmo, juegan con el espacio, ese manto blanco; se erigen como puertos líquidos en el pliego.
La naturaleza es marca fuerte: espuma, agua, gaviotas, lobos marinos; todo se despliega ante los ojos de quien no solo contempla sino que también se funde con el entorno, es partícipe, aún con su mirada de visitante. Qué mejor mirada que la del asombro?
También forman el paisaje el polo, el surfista, una cámara, el holograma; contrastes de la ciudad acunada por el mar. Todo es un canto hipnótico:
Con su canto Las sirenas reconstruyen el paisaje. Ante esto el poeta se pregunta: ¿Quién vivirá detrás de las olas?
Traza así un espacio infinito, sobre la arena dorada donde los torsos se confunden, contempla y medita proyectándose en la línea temporal. El interrogante, sin respuesta tal vez, corona un cierre en el que resuena cual mantra suave al oído.
