Una batalla a la medida de sus manos (S. Villalba)
Me encuentro frente al último poemario del poeta catamarqueño Victor Aybar, El Gran Baile de la Reyna, publicado por Falta Envido Ediciones (2022).
El poema que abre esta danza, es un manifiesto de la escritura. De por qué se escribe, y de hablar por la diferencia. Me es inevitable no pensar en el artista y escritor chileno Pedro Lemebel. ¿Qué es hablar por la diferencia, y qué hay que defender acaso?
Subrayo unos versos:
escribo porque un amigo que ya no está lo corrieron del valle de San Fernando por ser poeta y maricón o maricón y poeta por maricón (…) escribo porque soñaba con un dúo que bailara toda la noche.
Un manifiesto de la justicia del deseo haciendo oposición a el callarse y ser callado.
En este poemario, el autor nos sumerge en una danza que nos lleva de la juventud a la infancia, de la sequía al carnaval. Un imaginario que se construye con un romanticismo salvaje y dulce, sucio y amoroso, una Reyna que disfruta de su cuerpo y su audacia, frente a un territorio marcado por prejuicios y heridas.
La voz poeta declara: soy aunque la lengua se retuerza.
Me pregunto así ¿quién es la lengua o quién puede llegar a ser? ¿Cómo convertirla en una aliada, en unx sujetx en transformación? Hablar por la diferencia hasta retorcer la lengua, como si este lenguaje pudiera ser sujeto y proceso, intención que devele lo que se prohíbe, y oculta, lo que homogeneiza.
Porque aquí no hay una sola forma del amor, como no hay una sola forma del poema. La poesía de Aybar se despliega sobre la astucia, el erotismo, la ambición de un cuerpo que se transforma en la danza de la seducción. Y no cualquier seducción. Sino aquella que transforma los prejuicios y censuras de la homosexualidad, en una homosexualización de la realidad, en un deseo diverso y latente en el territorio. El placer de la fiesta popular, lo popular como una identidad en potencia:
Verlos bajar con la helada después del sol y la cajita de vino toro bajo el brazo changuitos lindos toda una ofrenda a la reyna y su santuario una casita llena de música truco y cuecas (…) uno me pide que baile el centro se ha expandido y el mas valiente me toma
Lemebel dijo que el deseo burla la vigilancia, que el deseo es necesario para que una ciudad respire, soltar la desnudez, la obscenidad, la idea de pulcritud, sobrevivir. La Reyna de este poemario escribe:
La alfombra roja se despliega desde la vereda de mi casa hasta el kiosko bajo el paraíso están los changos la siesta les ha robado la remera
Nos relata una experiencia, de escenas y cartas, del amor que cuida frente al descuido, del amor en su plenitud de un descubrimiento, en donde el cuerpo es un difícil y posible mapa de liberación. Una orilla donde confluye la espuma, y el polvo, las cabalgatas como un aprendizaje con un otrx, la vestimenta como el disfrute del coraje, los amigos como amores. La frustración, una herida de fuego social alrededor nuestro.
En el libro Un apartamento en Urano de Paul Preciado, el autor relata su despedida a Lemebel, y menciona una anécdota con el escritor: ambos miran el mar Pacífico de Valparaíso y Paul cita a Deleuze para decir que el mar es como el cine, una imagen en movimiento. A lo que Lemebel contesta: no te hagas el intelectual machito, la única imagen en movimiento es el amor.
Las diosas y las Reynas escriben, desean y aman como escriben. Una fuga para salir del control, esa toma de posesión de la lengua.
En palabras de la Reyna:
por eso todos los tipos te han dejado por hablar mas que ellos por tomar el último trago de cerveza (…) por acabar antes que ellos y no querer más
Fundir poesía e identidad es un acto amoroso, una fuerza corporal. Correr discursos hegemónicos para dejarse llevar por una escritura que abra, que muerda, que brille, que sea la fiesta y no la opresión.
Víctor Alejandro Aybar. Nació en San Fernando del Valle de Catamarca. Es bailarín, Profesor de Danza, Licenciado en Letras (UNCa) y Diplomado en Escritura Creativa (UNTREF). Publicó los libros de poesía Dúo Nocturno (2018), Dos variaciones para solo final (Editorial Lisboa, 2018), Cabriolas en el aire (Ed. Tren Instantáneo, 2020), Umbral. Cinco escritores catamarqueños (El Guadal Editora, 2021) y El gran baile de la reyna (Falta Envido Ediciones, 2022). Recibió las Becas Creación del Fondo Nacional de las Artes en Danza (2014) y en Letras (2018).