Los cuentos infantiles de Clarice Lispector son pocos conocidos, aquí un resumido catálogo de las obras para niños de la gran escritora brasileña y algunas pistas extras, más la versión en castellano de uno de sus cuentos infantiles
A Clarice Lispector se la considera una de las escritoras brasileñas más importantes del siglo XX. Perteneció a la tercera fase del modernismo, de la generación brasileña del 45. Esta afirmación no puede cuestionarse ya que la sola obra de Clarice es la prueba fehaciente de ello, uno se acerca a ella y queda atrapado por un aura única, bella y genial. Encontraremos en la trayectoria de Clarice artículos periodísticos, reportajes, traducciones, cuentos, novelas y poemas; también, aunque un poco menos conocidos, cuentos infantiles.
Clarice no nació en Brasil ni se llamaba Clarice, sino que su madre Mania la parió en Chechelnik (Ucrania) y con su padre Pinjas la llamó Chaya Pinjasivna Lispector (Хая Пинхасiвна Лиспектор). Al poco tiempo de nacer sus padres emigraron a Brasil, llegaron primero a Maceió donde Pinjas se convirtió en Pedro, Mania en Marieta, y Chaya recibió el nombre de Clarice. Luego la familia se mudó a Recife en Pernambuco.
Comenzó a escribir de muy pequeña, ella contó en una entrevista sobre sus intentos de escritura en la infancia:
“Cuando aprendí a leer, devoraba los libros, y pensaba que eran como un árbol, como un bicho, algo que nace. No sabía que había un autor detrás de todo. Luego descubrí que era así y dije: “Yo también quiero”. En el “Diario de Pernambuco”, los jueves publicaban cuentos infantiles. Yo no me cansaba de mandar mis cuentos, pero nunca los publicaban, y yo sabía por qué. Porque los otros decían: “Érase una vez y esto y lo otro…” Y los míos eran sensaciones”
En una constelación de libros (guiño para sus seguidores, la última novela de Lispector se llama La hora de la estrella) hay publicados cinco destinados a los pequeños lectores, estos son:
“El misterio del conejo pensante" (1967) El protagonista es un conejo blanco muy astuto llamado Joãozinho, que inventó una forma de escapar de su jaula de hierro cada vez que olvidaran darle de comer y de esa forma se dio cuenta de que le gustaba la libertad "La mujer que mató a los peces" (1968) A partir de historias de animales (un perro que tiene un alma muy grande, un conejo que tiene historias secretas, etc. menos de caballos aunque estos sean animales hermosos) hasta la confesión del “crimen” de haber matado peces. La autora busca transmitir en este texto un mensaje de comprensión, cariño y solidaridad para los niños que leen con el corazón. "Doce leyendas brasileñas - Cómo nacieron las estrellas" (1977) Para cada mes del año, Clarice narra una leyenda o un cuento que retrata escenarios y tradiciones características de la cultura brasileña anclada en sus orígenes indígenas, donde los escritos de cada mes concluyen con una enseñanza. "Casi de verdad" (1978) Lanzado póstumamente, el narrador de este libro es Ulisses, un perro callejero que cuenta la historia de una higuera envidiosa, de un gallo llamado Ovidio (de ovo ) y de una gallina llamada Odisea, de su dueña la señora Oniria casada con don Onofre. Tiene contenido político abordado lúdicamente. "La vida íntima de Laura" (1999) El libro relata la historia de Laura, la gallina que pone más huevos en todo el gallinero y que vive en el patio de Doña Luisa pero que tiene el cuello más feo del mundo y es tonta hasta dar pena, es una gallina que piensa que piensa.
Clarice empezó a escribir para niños para cumplir con el pedido de uno de sus hijos (Pedro y Paulo), específicamente de Paulo cuando este tenía seis años. Así El misterio del conejo pensante se convertiría en su primer libro para niños; guardado más de una década antes de ver su primera edición en 1967. Todos sus libros infantiles están protagonizados por animales, esto no es casual, Clarice sentía un amor incondicional por los animales. Una curiosidad, en varios de los libros infantiles aparecen gallinas, en su literatura para adultos también, por ejemplo en el cuento “Una Gallina” del libro Lazos de familia. Clarice Lispector raramente comentaba su propia escritura, pero en el libro La Legión Extranjera fue publicado un texto donde describe la génesis de Lazos de familia, en un fragmento nos cuenta que:
«Una gallina» fue escrito en una media hora. Me habían encargado una crónica, yo lo estaba intentando, sin intentarlo exactamente, y acabé por no entregarla. Hasta que un día noté que aquella era una historia completamente redonda y sentí con amor que la había escrito. Vi también que había escrito un cuento, y que allí estaba el amor que siempre he sentido por los animales, una de las formas accesibles de gente.
También aparecerán gallinas en los siguientes cuentos:
“La imitación de la rosa”, en Lazos de Familia.
“El huevo y la gallina”, en La Legión Extranjera.
“Una historia de tan grande amor”, en Felicidad clandestina.
“Seco estudio de caballos”, en ¿Dónde estuviste esta noche?
“Un día menos”, entre sus últimos cuentos.
¿Clarice estaba obsesionada por las gallinas? No, la respuesta podríamos encontrarla en las palabras de la misma Clarice en un libro de Nádia Battella Gotlib (la mayor autoridad en Brasil sobre Clarice) donde cuenta que de niña pasaba horas con los pollitos y las gallinas en el corral: «Entiendo a la gallina, perfectamente. Me refiero a la vida íntima de la gallina, sé cómo es»
Más adelante el lector se encontrará con una versión en castellano de uno de los textos que Clarice contó en Doce leyendas brasileñas – Cómo nacieron las estrellas, específicamente con la dedicada al mes de Junio que se llama “Una fiesta en el bosque”. Este libro, puede decirse, es disonante respecto a las otras cuatro obras para niños de Clarice, en ella reúne narraciones heredadas de la tradición, reelaboradas por la escritora. Los textos fueron encargados por la fábrica de juguetes Estrela para componer un calendario. Son textos breves que nacieron de la cultura popular y que Clarice se apropia imprimiendo su personalidad.
“En la constitución de las narraciones se evidencia un ritmo pausado, una narración suave, como se debe hablar a los niños, sin recursos infantiles”. Nos advierte Rosa Lens en el prólogo de una de las ediciones de Doce leyendas brasileñas.
Mell Brites, experta en literatura brasileña y autora de la tesis Las infancias de Clarice Lispector, Estudio de la construcción literaria de la infancia en cuentos para adultos y niños (dato: se puede encontrar en internet en pdf y en portugués), comenta:
«En los libros para niños, no se niega el sufrimiento inevitable de todos los que están vivos, pero se busca aplacarlo creando un espacio acogedor de diálogo, donde los niños son atendidos en sus necesidades afectivas y emocionales. Todo esto a través de la voz de esta narradora maternal que conversa con su interlocutor a lo largo de las narrativas»
Una fiesta en el bosque Clarice Lispector Estamos en el mes de junio, las hogueras de San Juan se encienden, los globos suben, ya hace un poquito de frío y hay que acurrucarse. Se puede comer batata dulce a medianoche con café bien caliente. (1) Pero me dijeron que la fiesta no es solo nuestra. ¿Puedes creer que iba a haber una fiesta para los animales en la selva? Y supuse que ocurriría en el mes de nuestras propias festividades. Al menos eso es lo que cuentan los indios de la tribu Tembé. (2) Sucedió así: los animales del bosque estaban ocupados y tranquilos en relación con sus deberes, pues el deber de un animal es existir. Pero de repente, surgió en el aire un rumor que se extendió rápidamente a través de los chismes. Este rumor fue traído por el canto del sabiá (3). Dado que el sabiá, según se sabe, canta por el mero placer de cantar, los animales dudaban si era verdad o no. De repente, empezaron a llegar invitaciones para esta gran celebración. Quien invitó no mencionó quién era, pero todos sospechaban que la idea venía de la reina de las selvas brasileñas, la onza, la jefa máxima. Todos los animales fueron invitados y se garantizaba que la ferocidad sería abolida durante el evento. Incluso la madre búho, que de tan seria y sabia usaba anteojos, fue invitada con sus crías. Las hijas del mono, ansiosas por enamorarse y casarse, se adornaron tanto y con tantas baratijas que parecían unas, así es, parecían unas verdaderas monas. Y quien piense que la serpiente faltó por ser tan repugnante, está equivocado: apareció haciendo salamaleques (4) con su cuerpo resbaladizo para llamar la atención. La noche estaba iluminada por miles de luciérnagas, por la luna silenciosa y por las estrellas húmedas. En cuanto a la orquesta, tengan la seguridad de que era de la mejor calidad: un grupo de tucanes se encargó de tocar en vals los graznidos más hermosos del bosque. Los animales estaban llenos de alegría. El loro fue muy aplaudido cuando entonó una canción alegre, y las monas casaderas, colgadas de las ramas por sus colas, estaban muy seguras de que eran unas grandes bailarinas. Cuando la cosa estaba en su máximo esplendor, la onza comenzó a inquietarse, ansiosa por atacar. Y como no estaba permitida la carnicería esa noche, comenzó a ser feroz con su lengua viperina. Entonces cantó: "Doña Anita es gorda y rellenita como una cerda y tiene el color de una rata". La tapir se enfadó y se retiró. La onza, al ver que había tenido éxito, cantó una ofensa horrible contra la tortuga, diciendo que ésta estaba cubierta de moscas azul verdosas. Tanto que la tortuga ofendida se marchó. Luego, la onza dijo: "Miren qué escote indecente tienen las hijas del mono". Las monas se enfadaron y solo no se fueron de allí porque la esperanza de conseguir un novio es lo último que se pierde. Pero resulta que entre los animales estaba el dios de los venados, Arapuá-Tupana (5), que decidió acabar con la arrogancia de la onza y para vencerla comenzó a cantar. Los animales, sabiendo que morirían si lo escuchaban, taparon sus oídos. Finalmente, Arapuá-Tupana se fue y los animales no murieron. Sí. Pero los animales habían perdido el don del habla, ya nadie se entendía. Y esto continúa hasta el día de hoy. Porque gruñir o cantar no dice nada. Todo por culpa de la onza que hablaba de forma imprudente y malvada.
Notas
- Durante todo el mes de junio, Brasil es escenario de las tradicionales Fiestas Juninas, el evento más esperado del año después del carnaval. Estas fiestas, introducidas por los portugueses durante el periodo colonial, conmemoran los días de San Antonio, San Pedro y San Juan con celebraciones que incluyen músicas y danzas populares, comidas a base de maíz y un espectáculo de color que inunda las calles.
- Comunidad indígena Tembé, ubicados en Alto Río Guama, en la Amazonía brasileña, quienes en la actualidad tienen una vida cotidiana donde combinan la tradición y la modernidad. Esta comunidad lucha contra la deforestación indiscriminada y los miles de incendios generados por los negocios de inescrupulosos, los Tembé toman fotos y videos para documentar la tala en sus tierras y los comparten en medios sociales como denuncia.
- El sabiá-laranjeira es el zorzal colorado (Turdus rufiventris), ave nacional de Brasil, llamativa por la coloración de su plumaje y por su canto melodioso.
- Salamaleques: (del árabe salam ‘ alaik , la paz sea contigo [ fórmula de saludo ] ). Saludo entre musulmanes. Saludo [informal] afectado, exagerado , o con gran reverencia
- En 1994 el compositor director de orquesta y compositor teuto-brasileño nacido en Alemania Ernst Mahle compuso la suite Arapuá-Tupana, basada en la misma leyenda que Clarice toma para versionar en el cuento Una fiesta en el bosque. https://www.youtube.com/watch?v=SGhHy6FCGyg