Cinco poemas de Flavia Carballo

Tu poder 
se inmiscuye
entre los músculos agotados
y tus cenizas resbalan
como un jazmín fresco
sobre los hombres. 

Tu boca
en silencio absoluto
este erotismo 
que se ordeña
en una laguna
de sexualidad muda. 






Fue como aquella vez
que nos encontramos tristes
bajo las sábanas
y nuestras costillas
se encastraron entre sí
para armar la  casa
donde fuimos a llorar luego.

Tu torso
dibujó las líneas imaginarias
que se encontraron
con las mías
para jugar como niños
con hambres iguales. 






Sin culpa.
Sin remordimientos.
El agua no sabe
que su impulso
es el tuyo
nadando dentro mío. 





No recuerdo
el aspecto de tu mezquindad: 
esa que asoma
como una hendidura en tu pecho.





             “Una flor
             no lejos de la noche
             mi cuerpo mudo
             se abre
             a la delicada urgencia del rocío”

                           Alejandra Pizarnik

Me hubiese encantado escribir
sobre nuestro sexo mal habido
pero hay una miel en el lenguaje
que no conozco
(ni la miel ni el lenguaje)
que repugna y desobedece
cada intención que tenga.

Quizás pueda dibujar la idea
y sostenerla sobre un lienzo
por mucho tiempo
o trazar un mapa
para ahorrarme la confusión
sobre si fue real
o un capricho después del vino. 

Flavia Carballo

(Entre Ríos, 1990). Lectora, poeta nómada y estudiante de Letras por orden de aparición. Formó parte de la Colectiva de Escritoras Patagónicas Casa San Martín de los Andes, quienes recientemente resultaron ganadoras del Premio Democracia edición 2021 y publicaron la antología poética Nos queda el mundo. Algún poema tiene que haber. Formó parte, además, del Centro Editor Municipal de dicha ciudad. Actualmente vive en la ciudad de Salta.


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