Manifestaciones de la emergencia del dibujo. “Horror Vacui” de Gabriela Abram

El dibujo como desborde, como expansión, como procedimiento cognoscente en donde las líneas adquieren otros valores, esos que rondan sobre “el vacío”, el “espanto por la nada”. Muestra de esto es la obra “Horror Vacui” de Gabriela Abram, ganadora del 2° premio en el 48° Salón de Tucumán.

Gaby Abram nació el 3 de mayo de 1979 en Tucumán, lugar de su residencia actual. En el año 2002 ingresó a la Facultad de artes de la UNT, paralelamente se fue formando en talleres con reconocidos artistas. Su producción data desde el año 2004 hasta la fecha, formando parte de muestras individuales y colectivas; salones provinciales y nacionales donde recibió premios y menciones en las disciplinas de dibujo, objeto e instalación. Obtuvo en 2019 mención III Salón Ing. Recalcatti Universidad Tecnológica Tucumán, en 2006 el 2o premio dibujo Salón L. Spilimbergo, en 2005 mención objeto-dibujo Salón L. Spilimbergo; ha sido convocada para participar en diferentes actividades como proyectos artísticos, como la coordinación de actividades educativas en el Museo Timoteo Navarro en el marco de Museo Abierto Joven “Sobre El Dibujo…” Ente Cultural Tucumán, y en ferias como Arte Abasto o Mercado Cultural. A su vez, formó parte de la muestra itinerante y del conversatorio en la región NOA “En frecuencia” organizada por el Consejo Norte Cultura durante los años 2017 y 2018.

En 2019 obtuvo el segundo premio con su obra «Horror Vacui» del 48° Salón de Tucumán. En la memoria conceptual de la misma leemos:

“Horror al Vacío, espanto por la nada, nada que la asociamos a pérdidas, a huecos, a carencias, a la falta de… entonces la intención de invadir nos urge, fantasmas que nos asustan, imperiosos, están ahí auxiliando para no sentir la soledad. Materialidad sometida a la disyuntiva, la tradición del Bendito Dibujo echada por el suelo, también por la pared, ya no dibujo sobre papel, dibujo con el papel, las sombras y la luz son mis elementos para trazar líneas, para crear, para decir y para hacer callar, para dibujar a mi manera. Hoy el horror a perder y a deshabitarnos, nos paraliza, hoy lo que alguna vez fue, ya no es más que un recuerdo, pero ahí está, de otra manera, con otra forma, diciendo algo, porque siempre dice algo, porque no existe el silencio en el arte.”
memoria conceptual

Gustavo Cabrera en «El potencial subversivo del dibujo» nos dice que, si bien en el arte contemporáneo el dibujo hace uso de lo tradicional, existen “muchos otros casos [en que] el dibujo aparece estallado: así nos encontramos con dibujos realizados con materiales procedentes de esferas ajenas (…) al quehacer plástico tradicional”, se han desbordado los márgenes, estamos ante una manifestación del dibujo que ya no se vale únicamente de las herramientas tradicionales y sus técnicas, es un dibujo conceptual que se sustenta en procedimientos cognoscentes. Esta nueva manifestación gráfica de lo contemporáneo, respecto al dibujo, da cuenta de una heterogeneidad en técnicas, materiales, conceptos que podemos ver, claramente, en «Horror Vacui» de Gaby Abram. La obra consiste en una instalación compuesta por numerosas extensiones de papel. Esta invitación ofrece como obra el proceso creativo mismo: interviniendo, invadiendo y componiendo en el espacio con líneas nacidas de luces y sombras. Según en donde apuntemos la mirada las formas significarán diferente, una experiencia visual para le espectadore que lo desafía cognoscitivamente.

“Horror Vacui” estuvo en exhibición en junio del 2020 en el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro, Tucumán; y consistió en una instalación compuesta por numerosas extensiones de papel que evocaron paisajes, para unes, espacios indeterminados, para otres.

Como ya vimos la artista ha realizado un largo camino que desafía no solo el objeto sino los procedimientos del mismo, al respecto nos dice “mi recorrido en el arte está íntimamente ligado a doblegar la materialidad, gestualidad y fundamentalmente a la cuestión física que nos interpela la disciplina tradicional del dibujo, tan arraigada en nuestra escena, mi producción, se puede decir, que transita por dos caminos absolutamente ambiguos, pero con una clara conexión formal, por un lado la cuestión dura y cuasi científica del estudio de la técnica en un ejercicio disciplinado del dibujo tradicional y la oposición rotunda de la desmaterialización, siendo este ejercicio sometido a la anulación total de grafismos como se conocen “normalmente”, el famoso ya “ lápiz sobre papel”, haciendo un paso adelante propongo poner en conflicto los materiales y hacerlos dialogar desde otros lugares.”

Que tal si nos adentramos un poco más en el mundo de Gaby Abram?, para ello les invito a husmear en este breve diálogo, con preguntas a las que Gaby, amablemente, se dispuso a responder:

Zaida Kassab: ¿Cómo y cuándo empezaste a dibujar?

Gaby Abram: Esa pregunta es muy frecuente y hubo un tiempo en el que la respuesta me sonaba un poco “mucho” pero mientras fui madurando como artista y creció mi seguridad al respecto nunca más tuve esa sensación, ahí va… “No recuerdo cuando comencé a dibujar, creo que cuando nací en lugar de chupete me dieron un lápiz” . Tengo una anécdota que me encanta contarla y es la siguiente.
Cuando tenía más o menos 6 años, me di cuenta que era diferente al resto, iba a primer grado y nos estaban enseñando las letras del abecedario, cuando llegamos a la letra “V” la maestra nos puso en el pizarrón una serie de palabras que comenzaban con dicha letra, seguidamente nos pidió que elijamos una de ellas y dibujáramos lo que enunciaba, yo elegí la palabra” VACA”, estaba la palabra vaso o volantín, pero no me quedé con la tarea más difícil, sin mayores dificultades superé la prueba, nadie eligió esa palabra, la maestra se acercó a mi cuaderno y me dijo “Niña no tiene que dejar que su madre le haga las tareas, vaya a la dirección, está castigada”, yo no entendía nada, mi mamá no sabía dibujar ni “muñecos palitos”, me fui con la directora quien me preguntó qué sucedía, le expliqué como pude (con 6 años), me pidió que le dibuje nuevamente la “VACA” y lo hice. A partir de ese momento me pedían que haga las gráficas de actos o cosas por el estilo, a lo cual me negué siempre (un besito al colegio no diré su nombre jeje)

Z.K: ¿Influencias?

G.A: En cuanto a el tema de influencias, me considero una esponja, un ser absolutamente curioso y puedo pasear desde arte prehistórico hasta la desmaterialización propuesta por el arte contemporáneo y siempre estoy abierta a recibir cualquier idea que me movilice, es por ello que vivo en constante estado de alerta.

Z.K: ¿Cómo definirías tu estilo?

G.A: Eso es muy difícil de responder ya que mi producción se encuentra atravesada por estructuras básicas relacionadas a la experiencia pura, considero que mis obras son seres vivos en constante mutación, sería “antinatural” encasillarlas quitándoles la posibilidad de desarrollarse.

Z.A: ¿Planificás tus obras?

G.A: En ocasiones si, cuando recibo algún pedido especial por parte de alguien o alguna institución, pero en general ellas me encuentran a mi.

Z.K: Hablemos de “Horror Vacui”. Detrás de cada obra hay una historia, un contexto ¿cuál es el de “Horror Vacui”?

G.A: “Horror Vacui” surge como muchas otras obras de un ejercicio de búsqueda, a mis instalaciones generalmente las ayudo a salir a la luz, yo simplemente soy un medio. En este caso particular fue en un contexto bastante complicado en todo sentido, surgió durante la pandemia, y creo que fue una bisagra para continuar con otras cuestiones formales que me estaban dando vueltas por la cabeza.

Z.K: ¿Qué pensás del dibujo expandido, desbordado? ¿Es una manifestación de la emergencia del dibujo?

G.A: Absolutamente, son conceptos necesarios que deben ser elaborados y pensados. Considero que ya es un lenguaje en sí mismo con autoridad suficiente como las que tienen las otras disciplinas.

Z.K: ¿Podríamos hablar un poco de “Medio Mundo: recuerdo de un paisaje”?

G.A: Esa obra fue mi puerta al mundo del reconocimiento, tuvo una excelente repercusión, aún la tiene. Tiene una historia muy curiosa por detrás, esta instalación es la que me convenció en la cuestión de naturalizar lo azaroso y lo experimental como características de mi producción.

Z.K: ¿Crees que el artista tiene o debe tener algún compromiso social?

G.A: No necesariamente, si está bueno que el artiste se comprometa con algún tema pero en definitiva la obra dirá lo que cada uno llegue a visualizar o leer en ella.

Z.K:¿En qué estás trabajando actualmente?

G.A: Actualmente estoy en una instancia de búsqueda, relacionada a mi producción y abriendo las posibilidades a otros tipos de materialidades sin abandonar los conceptos de base.