Nómades Artistas Itinerantes – Un viaje de sueño y pandemia

Primera entrega

Comenzó siendo un sueño, algo “loco”, una fantasía que con el paso del tiempo se volvía tangible, real.

Obras de teatro, números de clown, narraciones infantiles, una cajita Lambe Lambe y equipos de fotografía y sonido, pasaron a conformar nuestro repertorio, como para nombrarlo a la vieja escuela.

Don Quispe y su nieta – Cajita Lambe Lambe – NÓMADES ARTISTAS ITINERANTES

Recorrer el mundo llevando Arte no era imposible, no es imposible.

Todo parecía confluir, nuestras ansias por viajar y la decisión de vivir haciendo lo que amamos. Nos fijamos ese objetivo en nuestras cabezas. Dos artistas nómades recorriendo el mundo.

Pero todavía faltaba algo, así que a mediados del 2019 dejamos de alquilar el departamento en el que vivíamos para invertir, esa plata, en una Renault Trafic modelo 94, a la cual más adelante nombramos La Caprichosa (ya verán por qué). La transformamos en un Motor Home y también en un gran baúl móvil para llevar nuestros trabajos.

Como dijimos anteriormente, todo parecía confluir porque justo un día antes de que se disparara el dólar y los precios se fueran por las nubes logramos comprar la camioneta.

Le dedicamos muchísimo tiempo y esfuerzo a La Caprichosa. De a poquito la fuimos arreglando. Le compramos los repuestos necesarios y algunas chucherías que nos gustaban, hasta que la dejamos como nueva. Ella,e  ya no era solo un medio para cumplir nuestro sueño, sino que se convirtió en una integrante más de nuestra aventura.

La noche anterior a la fecha de partida terminamos de armarla. Claro que nos quedaron algunas cosas en el tintero, pero eran solo detalles.

Estábamos tan ansiosos por empezar la gira que nos despedimos rápidamente de las personas queridas y en la mañana del quince de enero del 2020 salimos a la ruta. Ahora el camino nos guiaba sin fecha de regreso a Tucumán.

Con mucha emoción íbamos contando los kilómetros que nos separaban de casa… uno… dos… tres… pero en un momento dado La Caprichosa empieza a ponerse pesada, no levantaba velocidad, no tenía fuerza. No podíamos creerlo, a setenta kilómetros de casa nos quedamos en plena ruta. Sentíamos que los sueños e ilusiones se iban por el piso. Por suerte habíamos aprendido algo de mecánica, así que nos pusimos a trabajar para arreglarla.  Eran las diez de la mañana cuando nos quedamos, recién a las seis de la tarde logramos solucionar el problema y continuar viaje.

Cuando por fin llegamos a Salta nos recibieron con los brazos abiertos familiares que no veíamos hace tiempo, que además nos hospedaron en su casa.

Un par de días duraron los festejos, pero después de eso nos pusimos a trabajar, dado que una gira de este tipo implica mucha gestión propia para poder programar funciones en distintos puntos de cada lugar al cual llegábamos. A su vez, esto nos permitió generar redes de contacto que ampliaron nuestro panorama artístico.

Salta siempre fue difícil en época de vacaciones, pero logramos hacer una función en La Usina Cultural con la obra La otra cara de la moneda. Un espacio hermoso que se brindó de manera muy cálida.

Queríamos seguir disfrutando de los afectos pero debíamos continuar, nos esperaban nuevas actividades programadas en Jujuy, en San Salvador y en toda la Quebrada de Humahuaca.

Toda gira está repleta de encuentros, pero también de despedidas. Nos gusta pensarlas como un “pronto nos volveremos a ver”, sino la angustia crece a medida que aparecen nuevas despedidas.

En fin, en Jujuy, La Caprichosa volvió a hacerle honor a su nombre, pero esta vez nos causó gracia. Lo que todavía no sabíamos es que nos estaba dando material para lo que más adelante decidimos hacer.

Durante todo febrero estuvimos con funciones, de un lado a otro, en espacios maravillosos como ser el teatro El Pasillo en San Salvador de Jujuy o en lugares soñados como una escuela de verano en medio de la montaña. Fueron funciones hermosas las que hicimos en aquella provincia, también vimos obras cargadas de sentido político sin dejar de lado lo artístico.

Si pensamos en palabras que describan a la provincia del norte de nuestro país empezaríamos diciendo amistad, para luego decir trabajo y mucho.

Nos costó seguir, no porque no quisiéramos, sino porque habíamos cosechado una gran cantidad de amistades que nos hacía difícil la partida. Aun así continuamos nuestro viaje por el mundo, pero nunca se nos hubiera ocurrido pensar lo que pronto nos tocaría vivir.

Continuará…

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