Pintor rupturista estadounidense de principios del siglo XX, abiertamente homosexual en una sociedad conservadora, lo que le acarreo una vida de escándalos que lo impulsó a la fama y que durante su existencia lo llevo a debatirse entre lo público y lo privado.
Nacido en Nueva York en 1904, desde pequeños a Paul y a su hermana Fidelma nunca les faltaron estímulos, la creatividad y el cariño de sus padres, una pareja de artistas que se habían conocido desde muy jóvenes estudiando en la Academia de arte. Su padre Egbert Cadmus, era un litógrafo y acuarelista agnóstico que tuvo como maestro al pintor Robert Henri, y su madre María Latasa, una hispana cubana católica que se ganaba la vida como ilustradora de libros infantiles. Aunque pasó una infancia pobre pudo estudiar arte, a los quince años abandonó la escuela y se inscribió en la Academia Nacional de Diseño, al graduándose, se inscribirá en la Art Students League (1928), allí conocerá a su mayor influencia, amigo y amante, el pintor Jared Frech, quien lo alentará a pintar y a convertirse en artista.
Desde 1928, Cadmus, trabajó en una empresa de diseño, pero renuncia en 1931 y junto a Alfred Jared, ese mismo año en un penoso viaje por barco, llegan a Europa, desembarcando en Francia y realizando un recorrido en bicicleta hasta Mallorca. Durante esa estadía, en Europa, visita varios museos donde tomará contacto con la pintura renacentista. Y sobre todo con la obra de Luca Signorelli, que será una gran influencia para Cadmus. De esta época serán las primeras obras de marineros, como “Shore Leave”, una temática que resultará frecuente en el artista, donde se exalta la sexualidad masculina de sus personajes.
En 1933 este idílico viaje se vería amenazado tras ir acabándose poco a poco el dinero, sin embargo su hermana Fidelma, artista también, le informa sobre un programa financiado por el gobierno. Vuelve a Estados Unidos y gana la Beca del Work Progress Administration, época en la que pinta su obra más icónica “La flota se divierte!” (1934), que causa un gran escándalo, sufriendo la censura y el rechazo de los medios de la prensa y del público, sin embargo sirvió para impulsar la carrera de Cadmus, poniéndolo en el centro de la escena Norteamericana. Esta obra es acusada de exaltar la sexualidad de los personajes, sobre todo masculinos y añadir un hombre abiertamente “afeminado” en la escena. Un rasgo que será común en su obra alternando entre un realismo social y un realismo mágico por cierto aire surrealista.
Después del escándalo, a lo contrario que se pudiera esperar, la carrera de Cadmus cobró un gran impulso y recibió apoyo de todo el ámbito artístico, junto a varios encargos, incluso del gobierno, de hecho volvería a la misma temática en Coney Island en 1935 y en 1938 con Sailors and Floosies, que no solo dejaba traslucir su homoerotismo en sus pinturas, sino una fuerte crítica social. Obras como “The Herrin Massacre”, encargada por la revista Life para recordar la masacre de Herrin en 1922, no fue publicada por su crudeza, los desnudos y por transcurrir la escena en un cementerio.
El casamiento de su hermana con el escritor, empresario, cofundador del New York City Ballet Lincoln Kirstein, amigo de Paul (que moriría en 1991), fue muy importante en la vida de Cadmus, le abrió las puertas a la High Society neoyorquina, como un Mecenas que le permitió tranquilidad financiera y libertad creativa. Para 1937 Jared French ya estaba casado con la artista Margaret Hoening, sin embargo esto no impedirá que sigan siendo amantes, pasando los tres mucho tiempo juntos conviviendo y viajando a Europa, donde formarán al poco tiempo el grupo artístico PAJAMA.
En 1965, Cadmus conocerá a quien será su pareja: John Anderson, cantante de Cabaret, con quien se retirará a vivir a las afueras de la ciudad y que lo acompañara durante veintisiete años, convirtiéndose en su musa y compañero hasta la muerte de Paul en 1999. John tenía treinta años menos que Paul.
Podemos hablar mucho de la obra de Paul Cadmus, como ya vimos con una gran carga erótica, con sus personajes abiertamente homosexuales, como muchos artistas de la época también la tenían en sus pinturas, como el mismo Jerry French o George Tooker entre otros, sin embargo la crítica social de las obras de Cadmus son tan evidentes que van más a allá de las referencias homoeróticas o de visibilización de la comunidad. La parodia y la ironía son sobresalientes, en particular el uso del expresionismo alemán y la caricatura que lo acercan a la obra de Otto dix y a la Nueva Objetividad, como a las autonombradas referencias sobre la pintura del pintor inglés Hogarth, que el mismo artista hace de su obra, las clara alusiones a Tiziano y los desnudos monumentales de Miguel Ángel, Degas e ingres, todas son notorias. No es de extrañar que su vena renacentista lo llevara a pintar con la técnica al temple por sobre el óleo y a buscar un ideal de belleza física masculina que se encuentra siempre presente en el arte grecolatino.
Si bien la obra de Cadmus y su figura desde finales del siglo XX es reivindicada por publicaciones y los colectivos LGTIBQ+, por la innegable carga homosexual de sus pinturas, nunca el autor se puso en el rol de ser una bandera de la militancia gay, de hecho el mismo Cadmus a pesar de los escándalos que suscitaba su obra, aunque no negaba su homosexualidad, ya que la vivía abiertamente, prefería una vida privada y alejada de cualquier ideología. Paul Cadmus sería para la historia de la pintura de comienzos y mediados del siglo XX un paradigma del arte y de la pintura Norteamericana, redescubierto a principios de la década de 1980.
Una idea sobre “Paul Cadmus y la pintura homoerótica norteamericana de principios del siglo XX”
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