Cinco poemas de Iván Quinteros

Poema libertario

Mi revolución fue pequeña
Como la mano de un bebé
Acariciando el seno de la madre,
Sin consignas ni banderas
Mi revolución avanzó
Como los pies de un niño
Hacia los brazos del padre.
Luego vino el lenguaje y sentí la posibilidad,
El destino de la revolución en un poema.
Junto al poema llegó la primavera
Y mi revolución fue amar tu cuerpo,
Tu libertad nunca puede terminar
Donde empieza la mía
Nos dijimos al desnudo
Porque nuestras libertades
Se expanden en el otro.
La revolución es el otro
Pintamos en las paredes
Y cuando la utopía estuvo ahí
Mi pequeña revolución
Cayó bajo una bala antirrevolucionaria,
Una pequeña bala muda y sangrienta.
En el mundo de las maravillas
Donde impera el orden y la paz
De la disciplina represiva
De todas las aventuras que ofrecen 
Los brillantes espejos
Mi pequeña revolución fue buscar tu mirada.

Desesperado 

Sí, claro que te voy a esperar hasta que vuelvas
Te voy a esperar hasta la medianoche
Hasta convertirme en calabaza
Te voy a esperar hasta el amanecer con una sonrisa
Abrazado a las llamas de la hoguera
Porque yo también te extraño
¿Cuánto tiempo necesitas que te espere?
Extrañar para mi significa ganas de verte, de compartir,
No saber qué hacer o para dónde ir.
Por eso poco importa esta espera
Aunque sea bajo la lluvia o los rayos del sol
Frente al viento de las adversidades o la fresca brisa de las alegrías,
Igual te confieso la espera también es desamparo.
Te voy a esperar como un pez que se acerca al muelle
Anhelando las bendiciones de los pescadores,
Te voy a esperar de este lado inescrutable de la historia
Hasta que vuelvas y me devores con tu lengua
Y así espantes de una buena vez esta soledad penitente
Que acecha con dientes afilados
Y viste de amores sin plumas,
Te voy a esperar porque no tengo remedio
Porque me siento perdido sin tu mano,
Ciego sin tus ojos, sediento sin tu boca,
Te voy a esperar hasta que los bailarines, los músicos y el público
Dejen de mirar el reloj,
Te voy a esperar en el eterno presente
Porque cuando vuelvas
Yo no seré yo,
Te voy a esperar con los párpados temblorosos
Mientras repites una y otra vez
Como aquel día
Las
Palabras
De Simone de Beauvoir
Ser libre es querer la libertad de los demás
Y luego te fuiste sin despedirte.
Cuando vuelvas voy a estar acá,
Claro que sí.
Te voy a esperar con jazmines, claveles, azucenas y un abrazo
Para desatar una fiesta gitana que dure mil años
Mientras tanto 
te esperaré 
dócil como siempre 
e 
indócil como nunca.

Almarena

Anoche soñé
Que se apagaba el sol,
Era un sueño simple,
Una gran sombra avanzaba
Sobre tu cuerpo
Y la vida se consumía
Súbita en un suspiro
Dejando una retahíla
De ausencias y cristales rotos,
Pupilas en llamas
Y la quietud
De tus labios a la deriva.
Más allá de la regla
Del silencio incómodo
Siempre estarás en mí
Como un sentimiento sin nombre.

Lengua de poeta

Mi lengua emperatriz recorre 
las delicias de tu palacio 
hacia el encuentro del goce emperador.
En puntas de pie, de arriba hacia abajo,
De izquierda a derecha, en círculos de seda,
Voy a lamer tu ombligo, sexo y espalda.
Voy 
a 
morder 
tus pezones, 
orejas, cuello y boca.
Quiero morir haciéndote el amor y que arrojen mis cenizas allí,
En tu placer más oscuro, en tu deseo más secreto.

El poder de la palabra

Háblame a mí por favor, solo soy yo
Tratando de ocupar mi propio lugar,
Nunca usurpé la piel de otro
Nunca jamás imaginé ser la pantalla donde
Proyectabas los fantasmas del pasado.
La exigencia, la comparación, la música, los patrones
Y las pericias de las causalidades
Absolutamente todo será siempre inestable,
Tú y yo somos frágiles, nadie acepta perder.
Si el destino del amor es el desamor
Nunca seremos más que la bendita ley de reciprocidad.
Estamos aquí, todas las pulsaciones,
Las creencias, las acciones y los deseos
Constituyen el milagro inestable
De nuestros nombres,
Esas sutiles raíces son flores blancas
Flotando en la eternidad,
Las palabras y las personas debemos partir
Como si al enmudecer pudiéramos sellar el adiós.
¡Amada mía!
Es mentira que las palabras nos habitan
Es mentira que nos habita el tiempo
Es mentira que nos une la necesidad
En algún momento perdimos el control, eso fue todo.
Solo fuimos adictos a la palabra
Esperando el último beso,
La última ola,
La última caricia antes del sosiego.

Iván Quinteros. Poeta, escritor y docente argentino perteneciente a la generación X, nacido en la Ciudad de Buenos Aires en el mes de marzo del año 1973. Comenzó a escribir tempranamente al mismo tiempo que transitaba el under porteño del rock allá por los inicios de la década de los 90, participando de diversos proyectos musicales y luego grabando cinco discos como solista en forma independiente. Entre los años 1998 y 2008 editó también en forma independiente los siguientes libros: Espejos enfrentados (relatos y poesía), Puerta ciega (relatos y poesía), Pamparadán (poesía) y Rueda (cuentos). En el año 2012 comienza a editar con Clara Beter Ediciones donde participa de las antologías Poesía bajo la Autopista I y IV, y edita las novelas La puñalada (2018) y Niño (2020), los poemarios Oleajes (2018) y Mundo Algoritmo (2019), reedita Pamparadán (2020) y publica en el año 2021 Este Reo Tipo (poesía). Desde el año 2018 conduce el programa de radio “Cuerpo a cuerpo” donde entrevista a poetas, escritores y artistas en general.

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