Reescritura de la figura de la cautiva en Cadáver Exquisito de Agustina Bazterrica

La representación de la cautiva, como esa mujer blanca secuestrada por los indios y arrancada de la “civilización”, se reescribe y actualiza en textos contemporáneos, especialmente en la narrativa argentina escrita por mujeres. Desde matrices como las de la violencia, las mujeres como reses, botines de guerra, como sujetos abyectos y cuerpos fronterizos donde se realizan procesos de cosificación y animalización, podemos destacar estas reescrituras en, por ejemplo, Chicas muertas, de Selva Almada; Le viste la cara a Dios, de Gabriela Cabezón Cámara; Cornelia, de Florencia Etcheves; Nación Vacuna, de Fernanda García Lago, como así también en Cadaver Exquisito, de Agustina Bazterriza, publicada en 2017 y que obtuvo el Premio Clarín Novela también en el mismo año. 

Marcos Tejo, protagonista de la novela, en una de las pocas visitas que realiza a su hermana, se entera de que sus sobrinos juegan a algo llamado “cadáver exquisito”: un juego prohibido que se viralizó a través de las redes y en el que los jugadores impunemente intentan adivinar el sabor de la carne de cada persona. La intertextualidad es clara: este juego da nombre a la novela y también hace referencia a la técnica artística surrealista que pretendía develar las ideas del inconsciente, tanto individuales como grupales. En Cadáver Exquisito, la presencia del virus (real o imaginario) es el pretexto que habilita la legalización del canibalismo, cuando las instituciones de poder lo plantean como única opción de supervivencia. Aunque, por supuesto, hay cuerpos humanos que sí y otros que no.

En Cadáver Exquisito asistimos a una reescritura de la figura de la cautiva. Jazmín se convierte en esa cautiva que al principio parecería que es salvada, domesticada y civilizada por Marcos Trejo pero que, sin embargo, en el final del libro vemos que en realidad su cuerpo ha sido usado como mera mercancía gestante. El rol de “vientres” aparece relacionado con el rendimiento de los cuerpos femeninos en cautiverio, ya que obtienen cierta consideración sólo por la capacidad de acrecentar las ganancias de sus dueños. 

La capacidad de lenguaje es un rasgo que históricamente se asocia con la condición humana. De este modo, no es azaroso que lo que se le quita a la “carne especial o premium” sean las cuerdas vocales y, con ellas, su capacidad de nombrarse a sí mismas y, por supuesto, de expresarse.  La hembra que domestica Marcos Trejo es la única que luego recibirá un nombre. Es interesante notar cómo en el capítulo UNO se la llama simplemente como “la hembra”, mientras que en el DOS se la nombra como Jazmín. 

Al final del capítulo uno se produce el encuentro sexual entre la hembra y Marcos. El protagonista se siente conmovido, intenta borrarle las marcas, incluso le besa aquella que tiene en la frente y que la cataloga como una res PGP, se impresiona con sus ojos verdes y hace lo que está prohibido. El encuentro sexual opera como bisagra; a partir de esto, la hembra adquiere un nombre, pero es Marcos quien se lo otorga, es decir, la re-marca luego de haberse apropiado de su cuerpo. Es una forma más de conquista, apropiación y dominio del cuerpo femenino que se condice también con las reglas del capitalismo y del sistema patriarcal. 

Creo que es muy atractiva la estrategia discursiva que se emplea en Cadáver exquisito al dialogar con textos decimonónicos de la literatura argentina como El Matadero y La Cautiva, pero con una actualización a problemáticas que parecieran no pertenecer a un futuro muy lejano, aunque se enmarque en un género distópico. 

Desde las primeras páginas, la novela nos sumerge en una atmósfera densa, repulsiva, siniestra. En casi todo el libro, el personaje de Marcos se posiciona como el único que pareciera conservar algunos rasgos éticos que lo humanizan, especialmente después del embarazo de la hembra. Sin embargo, la estocada inesperada del final es apabullante. Podría pensarse en este personaje como el nuevo desierto; como ese espacio sórdido y bárbaro donde las normas morales y lo legal se disuelven, se borran para acentuar estrategias de dominación patriarcal sobre los cuerpos femeninos como territorios conquistados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *