Ediciones del Dock publica en el 2022 dentro de su línea Pez Náufrago, Frutecer poemario de Enzo Cárcano. La palabra precisa y sutil.
Hugo Paledetti es quien abre el libro con el epígrafe que le pertenece y desde el cual se desprende el título de este libro, los versos del artista plástico y poeta santafesino son un dispositivo que no solo nominaliza sino que además acciona. Un aire se propaga como brisa y dispone al lector a la sucesión de las páginas. El tiempo y sus ciclos se manifiestan, los estados y sus mutaciones, el dejar de ser para ser en otro, cada proceso es un final y cada inicio también lo es.
La primera entrada de este camino: tres poemas, escenas fragmentadas que se deben completar casi como un acertijo variable que no tendrá respuesta sino hasta concluir el recorrido. El final cerrará el círculo. Un ciclo vital más, se podría decir, y por lo tanto natural.
Hay un sujeto imaginario que se sumerge en la búsqueda, de sí, de la fuga en la liviandad. Carga con un peso y el deseo lo sacude, ansía despojarse. Con sus manos roe la tierra, su cuerpo pesado asoma al exterior para mutar y elevarse. Se reconoce dentro de ese jardín, donde conviven plantas, árboles: ficus, sauce, araucaria, tipas, jazmín, etc., y animales: lechuza, hornero, paloma, carpincho, etc. Envuelto en armonía asocia su vida, su linaje, a cada especie, a su historia:
Mi infancia es la complicidad de un pino azul en el fondo de un patio el olor resfriado de un plátano entre veredas rotas el abrazo terso de un jacarandá hospitalario Es el tranco resignado de mi abuelo mi escuela mi barrio.
La vida corre en ese lazo que une cada una de las especies. Sujeto, flora y fauna se relacionan para decir uno del otro.
Una hoja de liquidámbar es el otoño la vereda de casa de mi abuelo su alegría encorvada sus manos de arbusto sus sonrisa de lluvia cuando me veía llegar.
El cuerpo se aborda como en un estado primigenio y este, desprovisto, en su desnudez y despojo, es armonía salvaje. Ahí reside lo bello:
Te veo tan perdido tan hermoso abdicación de fruta caída. Cuánta belleza en el desaire en la pulsión de vacío en el tumulto de los cuerpos extraños en su hambre montés.
Enzo Cárcano diagrama este libro como una acuarela sutil que corre, hay un leve decir, sin estruendos, con armonía hasta en la ausencia, hasta en ese anhelo de escapar a la muerte:
Mi abuela se queda en la vida por la fe de un jazmín que cuida orgullosa en un patio de canteros circunspectos y macetas desmedidas Riega con descuido en la confianza del que cree En lo hondo de sus rituales compartimos la misma superstición.
El círculo de este Frutecer, ciclo natural –como dijimos–, se cierra en la quietud de esa naturaleza que muta. En la contemplación todo parece estático, pero todo es devenir.
Enzo Cárcano nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1988, pasó su infancia y adolescencia en Tandil. Es poeta, docente y doctor en letras. Como investigador y ensayista escribe sobre poesía argentina. Entre sus publicaciones académicas se hallan Leopoldo Marechal y el canon del siglo XXI (coeditado con María Rosa Lojo), Poesía Argentina de Indagación Ontológica (editor invitado, número monográfico de la revista Gramma). “Con los ojos en la noche”: la poesía “mística” de Jacobo Fijman en los márgenes (tesis doctoral). En 2022 junto a Jorge Luis Peralta, compiló La lira marica. Una antología de poesía homoerótica argentina (Ed. Saraza).