La poesía sin cuerpo no tiene sentido. Tampoco sin erotismo, como dijo Octavio Paz: “La poesía erotiza al lenguaje y al mundo porque ella misma, en su modo de operación es ya erotismo.” El poemario de Estefanía es un canto al erotismo. Ya desde su título, Desnuda, provoca. Nos invita en la primera página a desnudarnos: “Desnúdese de los domingos monótonos […] y los atardeceres cobardes”.
Esta Safo catamarqueña lee a Virgilio y lo adora, lo toma para la construcción de sus poemas, pero crea algo nuevo, algo propio. Un universo que está situado en algún lugar del norte, en el que los amantes tienen lengua de chañar, y el perfume del café se mezcla con el laurel. Cuerpo, poesía y territorio circulan y se entremezclan.
No es casualidad que el color verde esté presente en todo el libro e impregne los poemas con la fuerza del deseo. La marea verde es aquí canto al erotismo, casi una súplica: “desanda el gris y conviértelo en verde”, nos dice un yo lírico que no le teme al deseo, es más que sabe que la única forma de salvarse del tedio es a través del erotismo, que es siempre encuentro con un otre.
Pero en el norte no sólo hay amantes con lengua de chañar, allí el peso de la tradición y la iglesia han controlado históricamente los cuerpos de las mujeres, y esto está en los poemas. Estefanía toma la figura de la virgen, la reina y Ariadna, y las libera de herejías, mediante el goce. Creo que hay en ella conciencia de una tensión profunda: una sociedad conservadora convive con libaciones dionisíacas, que suceden como ella misma dice, entre los muslos de una mujer, y nos hace sentir ganas de viajar.
Estefanía que es docente y madre, nos cuenta en Restos diurnos el miedo que sentía antes de publicar estos poemas, a que sus alumnxs o lectores no pudieran separar al yo poético de la poeta, porque aún parece un escándalo que una mujer escriba de sexo, sobre todo si escribe sobre sentir placer y pasarla bien. Pero ella es valiente, por suerte, y nos regala en este libro un manifiesto de liberación a través del goce, una liberación que es también soltarse el pelo. Nos invita con la belleza de sus poemas a desnudarnos de mandatos y opresiones.
Desnuda (Puerta Roja Ediciones – 2021) de Estefanía Herrera